Una de las escenas más insólitas del fin de semana en los estadios de fútbol ocurrió en la segunda división de Alemania, durante el encuentro entre el Hansa Rostock y Hamburgo por la Bundesliga 2. Simpatizantes locales lanzaron al campo de juego autos a control remoto que transportaban bengalas de humo con el fin de detener el partido.
Las imágenes que se hicieron virales y captaron la atención de los medios, dado a la rareza de la situación. Los fanáticos soltaron dos coches eléctricos en el césped que tenían adosados los elementos pirotécnicos y los condujeron mediante un control remoto por todo la cancha. Los vehículos fueron arrojando una espesa humareda blanca y azul que obligó al árbitro a detener el encuentro mientras los oficiales perseguían a los coches lanzando patadas para sacarlos del terreno.
El partido entre Hansa Rostock y Hamburgo que se disputó en el DKB Arena continuó desarrollándose con normalidad más allá del incidente y terminó empatado 2 a 2. Por parte del conjunto local, Juan José Perea y Sveinn Aron Guojohnsen fueron los autores de los goles, mientras que para la visita marcaron Jean-Luc Dompé y Robert Glatzel.
A pesar de que el hecho causó sorpresa en el mundo, no ha sido un suceso aislado en Alemania, dado a que en otros estadios se vieron medidas de protesta similares. El motivo de la queja de los fanáticos es para rechazar la inversión extranjera en la Bundesliga. Los ultras de los clubes del ascenso alemán se unieron por un acuerdo de la federación con capitales privados que pretenden hacer sus negocios en el fútbol, algo que rechaza en las tribunas.
Otro caso se dio el viernes en el partido que sostuvieron Werder Bremen y Colonia cuando el encuentro se detuvo durante 10 minutos en el segundo tiempo debido a que los hinchas lanzaron al terreno cientos de pelotas de tenis y dos autos a control remoto, que rápidamente fueron retirados del campo.
También se dieron otras situaciones insólitas en otras ocasiones como lanzamiento de manzanas o monedas de chocolate a la cancha para visibilizar el descontento, pero en el choque entre Hamburgo y Hannover de la segunda división germana, los aficionados interrumpieron la acción atando una bicicleta con candado en los postes. El personal de seguridad sólo pudo retirar el rodado con el uso de una sierra eléctrica.