Una de las sociedades más letales en la historia del fútbol fue la que conformaron el argentino Lionel Messi y Luis Suárez en Barcelona. Ambos contribuyeron de gran manera para agigantar las vitrinas de la institución catalana y marcaron una era y récords históricos con sus goles. Aunque sus caminos se dividieron, la relación de amistad nunca se cortó y ahora volverá a compartir el campo de juego en el Inter Miami de los Estados Unidos.
Durante una extensa y distendida nota con La Mesa, programa que se emite por Radio Del Sol, el Pistolero contó algunas intimidades sobre su vínculo con el ocho veces ganador del Balón de Oro. Entre las principales perlitas se destacan el nacimiento de su amistad, cómo son los mates que hace la Pulga, qué hace enojar al capitán de la albiceleste y la alegría tras su consagración en el Mundial de Qatar.
En la charla, el ex Ajax de Países Bajos y Nacional de Uruguay explicó cómo inició su vínculo con el 10 y cómo se fue ganando su confianza: “Lo primero que hice fue hablar con él y los jugadores. Yo iba a querer ganar y cumplir mi sueño, yo no iba a querer ser el mejor del mundo o ser goleador yo solo. Iba a ganar, a ser parte de la historia del Barcelona. Empecé a hablar y explicarlo”. Y luego, añadió: “Sé que estuvo ibrahimovic, estuvo este, el otro y todos la pasaron mal, por el ego. El jugador de fútbol tiene mucho ego. Yo me pongo, entre comillas, de inteligente. Yo dije ‘vengo a esto’. Si tengo la pelota y veo mejor a Messi y Neymar, se las doy a ellos. Ya me llegará el momento. Ellos vieron eso, que el tipo quería ganar, y en 2015/16 ellos me sacaron goleador, me hicieron ganar la Bota de Oro”.
En tono de broma, uno de los integrantes del programa le pidió que hablara mal de Messi. Luego de soltar una carcajada, Lucho manifestó: “El mate cambió muchísimo. Ahora volví a juntarme con él y mejoró muchísimo. Yo digo que habrá aprendido conmigo. Cuando llegué no tomaba mucho mate y aprendió mucho”.
“Cuando está de mal humor no te le acerques Yo no soy ningún boludo tampoco, se cuando está de mal humor y cuando de buen humor”, alertó Suárez para luego adentrarse en lo que hace enervar al argentino: “Perder partiditos en el fútbol, en el entrenamiento. En los entrenamientos también. O estar jugando un jueguito de fútbol tenis, o lo que sea; también, se calienta. Eso sí, si lo comés; después te come todas las veces. Yo me cago de la risa”.
Para culminar el tema, el futbolista no ocultó su alegría por el hito que consiguió su amigo con el seleccionado en Qatar. “Yo viví en carne propia cuando él toma la decisión de no ir más a la Selección, tras perder la final de la copa américa. Yo viví todo eso con él, estaba con él en Barcelona. Fue duro, fue difícil ese momento para él, para su familia, por todo lo que se decía. Un mundo de disparates se dijeron. Ahora la satisfacción... Aparte de hablar con su mujer y con sus pares, con uno de los primeros que habló fue conmigo, esa famosa videollamada. Él sabe que como familia estábamos con él en esos momentos, en los duros. Como uruguayo yo quiero salir campeón del mundo, pero tenía a un amigo de ese lado. Yo me alegré muchísimo por él”.