Desde muy chico, Carlos Alcaraz ya causaba la impresión de ser una estrella en formación. Hablando en épocas de pandemia con su actual entrenador, Juan Carlos Ferrero (ex N°1 del mundo), se emocionaba contando sobre el diamante de apenas 16 años que le acababan de encargar para que lo tallara.
Y el pequeño Carlos fue creciendo todos estos años en busca de su destino: ser un tenista de élite, tratando de desarrollar una formación personal que fuera legada por sus padres. “Así es como vas creciendo -dice el N°2 del mundo-, con la educación que te han dado y que has ido recibiendo, y eso se refleja positivamente en la pista. Si vas creciendo adecuadamente como persona, con buenos valores, madurando, en la pista se asemeja, van como ligados. O sea, estamos intentando aprender de todas las experiencias que nos van brindando, la vida, el tenis, por supuesto. Y obviamente, sigo con mis padres (comienza a sonreír, siempre lo hace), ellos continúan trabajando conmigo para que crezca adecuadamente”, subraya en una entrevista con Infobae.
- Estás hablando y sonreís, lo hacés en medio de un partido y cuando estás con los fans. Es una sonrisa que no se borra de tu cara. ¿Qué es lo que la sostiene?
- (Obviamente, sonríe más, aún) Bueno, son los valores que me han inculcado mis padres, es lo que me han enseñado de pequeño, que no hay que perder la sonrisa, la buena energía, el buen ánimo. Yo creo que eso es lo más importante, no solo en el deporte, sino en la vida en general. El estar siempre de buen ánimo y sonriendo; eso, al final, te brinda un buen día. Por el contrario, si estás de mal ánimo, todo te sale mal, te frustras, no progresas adecuadamente en lo que buscas o en lo que quieres. Y eso es lo que intentamos hacer cada día. Y estamos jugando tenis, que es mi pasión, que es lo que amo, y no hay momento de estar enfadado o de bajón, que a veces los hay, ¿eh? Porque nada es un camino de rosas, pero entendamos que la mayor parte del tiempo la tenemos que disfrutar sonriendo.
- ¿Y con los fans, no es agotador?
- ¡Con los fans es maravilloso! Está muy bien tenerlos ahí, así que intentamos darles el mayor tiempo que se pueda, para que ellos también disfruten de mi presencia, y surja ese intercambio, que ellos disfruten de mí y yo de ellos.
Para un torneo como el IEB+ Argentina Open, tener a Carlos Alcaraz es elevar el espectáculo para los amantes del tenis y “un verdadero privilegio”, como lo reconoce Martín Hughes, director de Tennium Latam, quien reconoce que se ha hecho un gran esfuerzo.
El Mosquito Ferrero, su coach, era un asiduo concurrente al torneo de Buenos Aires y debe haber contado su influencia para que Carlos Alcaraz regrese a la Argentina por segunda vez y de manera consecutiva: “El año pasado vine porque me había perdido la gira australiana, porque no pude jugar, y llevaba mucho tiempo sin competir -comienza a desgranar el murciano-. Como para febrero ya me encontraba bien, decidí venir y, ahora, volver. La verdad, es que me encantó la organización y el público. Encima de todo, gané el título. Y este año han realizado mejoras que me hacen verlo diferente, porque, para mí, era un ATP 250, pero este año los jugadores nos sentimos más cómodos”.
Una frase que no sólo la repite el español desde que ingresó al club la semana pasada, y que repercutió bien en la organización y deja bien parada a la Argentina, después de la inversión y la remodelación del estadio del Buenos Aires Lawn Tenis Club.
- Recién hablabas de Djokovic y de Sinner como tus rivales directos a pelear por el N°1. ¿Cómo llevás esa puja? ¿Es una carga que te pesa o un objetivo cercano?
- Bueno, es una es una lucha. Es una lucha y es un objetivo el volver al número uno, obviamente. Ahora hay muchos jugadores que están luchando por ese puesto y, también, por ganar Gran Slam. Es una lucha muy pareja. Están ahí Djokovic y Sinner que, para mí, hoy en día, están en el top y son los jugadores a batir ahora mismo. Pero también está (Andrey) Rublev, está (Alexander) Zverev, está Holger (Rune), todos están capacitados para dar su mejor nivel, para estar allá arriba, así que veremos. Pero sí que es verdad que, ahora mismo, entre Sinner, Medvedev y yo hay una batalla pareja por el N°1.
Las presiones son parte del juego y eso lo tiene muy claro el español, sin embargo intenta dejarlas dormidas a la hora de competir. Pero hay algunas de ellas que persiguen su trayectoria. Cuando Alcaraz apareció en el circuito grande, la gente comenzó a verlo como la proyección de Rafael Nadal y la mayoría, en especial los españoles, lo pensaron como el siguiente emperador de Roland Garros, sin embargo, Carlos ha ganado Wimbledon y el US Open, pero sucumbió en semis del Abierto francés.
- ¿Sentís que es una deuda pendiente ganarlo?
- Un Grand Slam vale como cualquier otro, en definitiva, todos valen uno. Yo comprendo que para el público español Roland Garros sea muy importante, lo que sucede es que yo no siento que sea mi deber ganarlo. Es un torneo muy bonito y me hace ilusión ganarlo como a cualquier otro.
- Recién decías que preferías ganar los Juegos Olímpicos a un Grand Slam
- Este año. Porque es un sueño poder llevarle una medalla olímpica a España, pienso que es uno de los logros importantes comunes a todos los deportes.
- ¿Cómo es tu relación con los argentinos?
- Muy buena. Los argentinos son maravillosos, la verdad es que tengo muchísimos amigos argentinos y son personas increíbles. El año pasado no había mejor manera de finalizar esa semana, así que quise venir, para ver de repetir esa semana fantástica, en la que disfruté cada día y cada segundo que estuve aquí. Una semana que se disfrutó de esa manera había que repetirla.
- ¿Probaste el mate?
- (Se ríe y sus muecas no son de mucha satisfacción, pero sigue sonriendo) Lo probé el año pasado y…
- No te gustó
- ¡Uhmmm! Digamos que tengo que probarlo de nuevo (ríe más fuerte ahora).
- ¿Si tuvieras que llevarte una comida de Argentina, cuál sería?
- ¡El asado típico! (exclama)
- ¿Y si fueras una canción? Puede ser cualquiera, no necesita ser argentina. ¿Cuál serías?
- ¡Esa es buena! Es buena. No sabía bien cuál decirte, pero, venga, voy a decir “Neverita”, de Bad Bunny. Es un buen “mood”, sin pasarse de heavy, pero es buena vibra, tranquila. Así que yo diría ésa.