Super Bowl LVIII: cuánto cuesta una publicidad de 30 segundos

El Super Bowl LVIII, uno de los eventos televisivos más destacados del año, está estableciendo nuevamente récords en el mundo publicitario, con costos de publicidad que han llegado a 7 millones de dólares por un espacio de sólo 30 segundos. Este precio, que se mantiene en comparación con el año anterior, representa un incremento del 55% desde 2019, reflejando la continua apreciación del valor de este codiciado tiempo aire.

Las marcas más destacadas del mundo están dispuestas a invertir grandes sumas para captar la atención de una audiencia que supera los 100 millones de espectadores, según reportes de CBS News. Celebrada el domingo 11 de febrero, a las 6:30 p.m. hora del este de los Estados Unidos, desde el Estadio Allegiant en Las Vegas, Nevada, este espectáculo deportivo promete ser un evento monumental tanto en el campo como en los cortes comerciales.

Entre los anunciantes de este año se incluyen nombres de peso como Anheuser-Busch y Uber Eats, quienes han apostado por incorporar a celebridades como Jennifer Aniston, así como la pareja Victoria y David Beckham en sus propuestas publicitarias. No solo el elevado costo de adquisición del espacio publicitario destacaron en estas estrategias de marketing, sino también las significativas inversiones en talento y producciones de alta calidad.

La evolución en los costos de los anuncios durante la Super Bowl ha sido notable, pasando de 4.5 millones de dólares en 2019 a los 7 millones de dólares actuales, marcando así una tendencia al alza que parece no tener fin. Fue en 2020 cuando se transmitieron los anuncios más costosos hasta la fecha, protagonizados por Ellen DeGeneres y Portia De Rossi para Amazon, y un emotivo mensaje de Google, cada uno con un costo estimado de 16.8 millones de dólares, cubriendo así espacios de 90 segundos.

“Este fenómeno de experiencia compartida puede amplificar la resonancia emocional de los anuncios”, señaló Jura Liaukonyte, profesora de marketing de la SC Johnson College of Business en la Universidad de Cornell a CBS News. Y es que, aproximadamente tres de cada cuatro personas afirman estar realmente emocionadas por ver los anuncios durante la Super Bowl, una expectativa que transforma la publicidad en un tema de conversación tanto durante el evento como al día siguiente, potenciando su impacto más allá de la pantalla.

Desde los humildes inicios del Super Bowl I en 1967, donde colocar un comercial costaba algo más de 37.000 dólares, el ascenso en el costo de la publicidad durante este evento ha sido vertiginoso. Para ofrecer una perspectiva, según datos recopilados por USA Today, en 1970 el precio era de 78.200 dólares; tan solo una década después, en 1980, había escalado a 222.000 dólares.

Durante los años 90, el costo de entrar en los codiciados cortes comerciales del Super Bowl superó el millón de dólares, siendo el Super Bowl XXIX en 1995 el primero en cruzar esta barrera con 1.15 millones de dólares por un anuncio de medio minuto.

La tendencia ascendente continuó imparable en el nuevo milenio, con el Super Bowl XXXIV en el año 2000 fijando el precio en 2.1 millones de dólares. Hacia el 2010, el costo rondaba los 3 millones de dólares, un precio que seguía considerándose una inversión válida por el masivo alcance y la atención captada.

El análisis histórico de estos precios no solo habla del crecimiento en la popularidad del Super Bowl como fenómeno cultural y deportivo, sino también de la evolución en las estrategias de marketing y del valor que las grandes marcas le otorgan a la visibilidad y el impacto mediático. Los anuncios del Super Bowl se han convertido en mucho más que simples comerciales; son eventos dentro del evento, esperados y comentados tanto como el juego mismo o el espectáculo de medio tiempo.

Dentro de este exorbitante despliegue publicitario, personalidades como Tom Brady, Ted Lasso y Lionel Messi brillan en anuncios que mezclan deporte, humor y mensajes sorprendentes, según confirmó FOX News.

Michelob Ultra apostó fuerte por combinar el talento del aclamado argentino Lionel Messi, redefinido como el mejor jugador de la historia del fútbol, con el carisma de Jason Sudeikis, actor y productor que da vida a Ted Lasso. Este enfoque deportivo se complementa con la presencia de Dan Marino, miembro del Salón de la Fama de la NFL, destacando así el interés de la marca por vincularse con figuras estelares del deporte.

Por otro lado, Anthony Hopkins sorprendió al asumir el papel de Wrex el Dragón, mascota del club de fútbol galés Wrexham, en un anuncio que juega con la ironía y la transformación del actor en un personaje insólito, evidenciando la versatilidad publicitaria del Super Bowl. Este club, que ha ganado notoriedad global gracias al documental “Welcome to Wrexham”, demuestra cómo el deporte y Hollywood encuentran puntos de encuentro en el gran escenario de la Super Bowl.

En un tono más humorístico, Hellman’s introdujo a un gato parlante que sorprende al decir “mayo” en lugar de “maullar”, con Pete Davidson sumándose a la trama en un giro inesperado y gracioso. La nostalgia y la moda se hacen presentes con Kawasaki, que apostó por el regreso de las melenas con un anuncio protagonizado por ‘Stone Cold’ Steve Austin y una variedad de personajes, incluidos animales, luciendo mullets al experimentar el vehículo Ridge todo terreno.

Entre las colaboraciones más inesperadas, Snoop Dogg y Martha Stewart volvieron a unirse para promocionar encendedores BIC, utilizando juegos de palabras relacionados con el consumo de cannabis y reforzando su ya icónica asociación. En cuanto a los avances tecnológicos y los giros innovadores, Drumstick presentó a “Dr. Umstick” en su primer anuncio de Super Bowl, ofreciendo una mirada cómica a la importancia de la adaptación de marcas clásicas a contextos modernos y peculiares.