La historia cuenta que hace un par de años, en 2022, hubo un jugador que fue señalado en el Draft de la NFL. En la lotería de selección de jugadores, que se organizó en el Caesars Forum de Las Vegas, muchos hablaron de la primera elección de los Jacksonville Jaguars, que se quedó con el defensor Travon Walker. Pero hubo otro jugador que se llevó una parte de los comentarios de la velada.
Brock Purdy se llevó el apodo de “Mr. Irrelevant”, (Señor Irrelevante) en aquella velada en la misma ciudad donde en horas se jugará el Super Bowl LVIII. ¿Las razones? De la larga lista de 262 jugadores que se presentaron, el mariscal de campo que provenía de la Universidad de Iowa State fue el último. Terminó como el último de una larga lista: el 262 en la nómina y el que cerró la ronda 7. Fue por eso que recibió el mote por el que hasta hoy se lo conoce tras sumarse a los San Francisco 49ers.
La historia de convertirse en el “irrelevante” de la NFL, surgió a mediados de la década del 70 cuando, un ex jugador de la liga de fútbol americano (Paul Salata), organizó un evento especial dedicado al jugador que terminase en la última posición en la lotería. Aquel que tenía dicho honor, recibía una invitación a California para tomarse unas vacaciones que incluían un viaje a Disney y participación en torneos de golf y demás.
Poco pasó para que Purdy desembarque en el Super Bowl LVIII. En realidad, fue mucho lo que sucedió para ver a este brillante líder de una franquicia icono de la NFL y que buscará su sexto título en la historia para igualar a los otros dos equipos que ya tienen esa cantidad de trofeos (New England Patriots y Pittsburgh Steelers). En tiempo, fue breve porque sólo pasaron un par de temporadas desde su estreno en la competición.
Si nos subimos a una máquina del tiempo, Purdy llegó a los 49ers como el tercer mariscal de campo del equipo. Pero el destino quiso que su brazo derecho se hiciera responsable, sin pensarlo, de una de las franquicias con mayor tradición en el deporte más popular de los Estados Unidos. En la temporada 2002, el QB titular Trey Lance sufrió una dura lesión en la segunda semana de acción (fractura de tobillo), lo que lo dejó a las puertas de sumarse al campo de juego.
Esa baja provocó que Jimmy Garoppolo vuelva a convertirse en el líder de la ofensiva. Hasta que en la semana 13, otro hecho desafortunado le abrió las puertas al número 13 para convertirse en el titular. El jugador, que hoy milita en los Raiders de Las Vegas, tuvo una fractura en unos de sus pies que automáticamente lo sacó de la cancha por el resto de la campaña.
A pesar que la directiva de la franquicia decidió traer un mariscal de campo veternano (Josh Johnson) para que se haga cargo del ataque, el entrenador en jefe Kyle Shanahan no dudó y eligió a Purdy como su quarterback titular. ¿El resultado? En el primer partido, ante Miami Dolphins, fue victoria por 33-17 para San Francisco y el joven terminó con dos touchdowns y un buen porcentaje de pases completos (25/37). Pero lo mejor sucedió a los siete días, ya que los 49ers se vieron las caras frente a Tampa Bay, el equipo que por entonces tenía al gran Tom Brady en sus filas.
Eso no intimidó a Brock Purdy, todo lo contrario. San Francisco aplastó a los Buccaneers (35-7) con una actuación estelar de “Mr. Irrelevant”, que logró sumar dos anotaciones, más una por tierra y no tuvo intercepciones en un encuentro que, por el rival, el otro mariscal de campo, y el escenario general, marcó lo que vino después para un chico que conoce lo que es el esfuerzo y los obstáculos que tiene que pasar un deportista para llegar a la cima.
Brock es parte de una familia que está acostumbrada al deporte. Su padre Shawn jugó béisbol en la Universidad de Miami y más tarde lo hizo en las ligas menores (1991 a 1998). Por su parte, su hermana mayor Whittney actuó en el equipo de sóftbol en la Universidad Southwestern, mientras que Chubba (menor de los hermanos) es mariscal de campo en la Universidad de Nebraska.
Pero más allá de la tradición familiar, el jugador que cumplió 24 años en diciembre pasado sufrió una dura lesión en medio de la definición de los playoffs de la NFL en la temporada 2023. En la derrota de San Francisco por 31-7 ante los Philadelphia Eagles en el juego de campeonato de la NFC (partido final de una de las dos conferencias antes del Super Bowl), Brock se rompió el ligamento colateral cubital (UCL).
Ese hecho sucedió en el primer cuarto del encuentro que perdió la franquicia de California. Pero lo más impactante fue que, como el mariscal de campo suplente tuvo que salir por el protocolo de conmoción cerebral, Purdy tuvo que regresar al juego en el tercer período y jugar con una afección en su brazo en el que logró completar algunos pases.
Ya fuera de la campaña, se operó con una nueva metodología que le permitió acelerar su regreso al campo de juego. De pensar que podía estar un año sin ponerse la camiseta de los 49ers, la evolución del Señor Irrelevante fue casi milagrosa. Purdy recibió autorización para regresar a la acción en julio y no se perdió ningún campo de entrenamiento del equipo tras la cirugía (10 de marzo). Así fue como, el 19 de septiembre del año pasado, en el inicio de la temporada de la NFL, a seis meses de su operación de codo, fue titular en la victoria del conjunto californiano ante Pittsburgh y Brock acabó con una estadística sobresaliente (19/29 en pases completos para 220 yardas y dos touchdowns).
A horas de la patada inicial del Super Bowl LVIII, San Francisco no llega como favorito ante los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes, el hombre que cambió el puesto. En esa línea, hay que mencionar que, en caso que el conjunto de Brock Purdy de el golpe en Las Vegas, será el segundo pasador más joven en conquistar el trofeo Vince Lombardi después de los títulos de los miembros del Salón de la Fama de la NFL como Steve Young y Joe Montana, una leyenda de los 49ers.
En las últimas horas, al ser consultado si le molesta que lo conozcan como “Mr. Irrelevant” (el público va a la cancha con remeras con esa referencia), el joven fue contundente. “Estoy de acuerdo con ese apodo”, dijo el mariscal de campo que fue candidato al mejor jugador del año en la liga de fútbol americano. “Conozco a un par de muchachos reclutados antes que yo, pero nunca he guardado rencor por eso ni nada por el estilo. Creo que Dios tiene un plan para todos y quedé último por una razón”, mencionó. A menos de dos años de haber sido el jugador número 262 en toda la NFL, este chico quiere subirse al lugar más alto de todos para celebrar el final de un capítulo de su vida que sería digno de Hollywood.