Hay personas que sin darse cuenta han cambiado el curso de la historia. Protagonistas que desconocen la magnitud de sus hechos y las repercusiones que pudieran despertar en un futuro con una simple intervención. Durante años, una gran cantidad de hinchas argentinos le recriminaron a José Pekerman la decisión de haber dejado en el banco de suplentes a Lionel Messi en los cuartos de final del Mundial que organizó Alemania en 2006. Muchos fanáticos están convencidos de lo que hubiera ganado la Selección si Leo hubiera ingresado en el choque frente a los germanos. Pero la realidad acusa que el entrenador optó por Julio Cruz y Esteban Caambiasso en reemplazo de Hernán Crespo y Juan Román Riquelme (la otra variante fue la de Leo Franco por Roberto Abbondanzieri, quien se retiró lesionado) y los penales marcaron la eliminación de la Albiceleste. Se trata de una teoría carente de argumentos que se basa en la confianza depositada en el que sería el mejor jugador de la historia. Pero, en ese momento, ni el más optimista se imaginó la notable trayectoria que formó el astro surgido de Rosario.
Siete años antes, en el Reino Unido se vivió una situación similar, pero a la inversa. Se terminaba el siglo XX y el Manchester City luchaba para salir de la Tercera División del fútbol británico. En el mítico estadio de Wembley, los Ciudadanos disputaban la final de los Playoffs por el ascenso, pero el Gillingham había logrado ponerse en ventaja por 2 a 0. En las tribunas, los simpatizantes comenzaban a desesperarse por lo que significaba otra temporada más en una categoría menor.
La esperanza se desvanecía y el gol de Kevin Horlock en el minuto 90 parecía decorar una llave que para muchos ya estaba sentenciada. Hasta el arquero del Gillingham, Vince Bartram, había sido nombrado como Man of the Match por los parlantes que se ubicaban en las cabeceras de las gradas. Sin embargo, en el tiempo adicional apareció Paul Dickov y cambió el destino para siempre. La conquista del delantero surgido del Arsenal extendió la definición hacia la prórroga y después de media hora de suspenso, los Citizens festejaron el Ascenso a través de los penales.
Aquella hazaña marcó un quiebre en las páginas doradas de la institución inglesa. El Manchester City escapaba de la tercera división mientras su clásico rival conquistaba el Triplete en un encuentro de desenlace similar al de Wembley en el Camp Nou de Barcelona, ante el Bayern Múnich. “He visto ese gol millones de veces. En cada aniversario, los programas televisivos lo recuerdan y esta temporada será especial, porque en mayo se cumplirán 25 años de aquel suceso”, subrayó el propio Paul Dickov en diálogo con Infobae, durante su visita a Buenos Aires.
Como si se tratara de un remake, en 2012 Sergio Agüero protagonizó una acción muy parecida, cuando marcó el gol inolvidable al Queens Park Rangers en el quinto minuto adicional que le permitió al club adjudicarse la Premier League luego de cuatro décadas de espera y dejar con las manos vacías a sus vecinos. Además del valor que significó el grito, lo que llama la atención es la similitud estética de la obra del Kun con la del legendario escocés. “Fueron dos situaciones muy distintas que atravesaba el club. Cuando me tocó convertir, el equipo buscaba volver a la First Division (ahora llamada The Championship). El de Agüero, en cambio, marcó otro hito porque significó la conquista después de 44 años”, analizó con humildad.
La comparación es inevitable. “Alguna vez, mirando en Youtube ambos goles, me di cuenta de la similitud que hay entre ambos. La definición, la ubicación en el área y el estilo de la jugada reflejaron un parecido sorprendente”, remarcó el ex atacante oriundo de Livingston. Y agregó: “Siento mucho orgullo al ver hasta dónde llegó el club. En ese momento no me di cuenta que sucedería todo esto. Simplemente salimos a la cancha con la misión de ganar para volver a la Primera División. Luchamos por una necesidad colectiva del equipo, porque además había una gran presión financiera, porque si no hubiésemos logrado el objetivo, la institución hubiera sufrido problemas económicos. De todos modos, hay que aclarar que no sólo fui yo el que logró aquella hazaña, sino que hubo 10 jugadores más en la cancha y fue un mérito grupal. Nos pone muy felices ver hasta dónde llegó el Manchester City”.
Detrás de las gafas con las que muestra un perfil analítico y pensante, el ex goleador busca cada palabra antes de responder. Su rol de embajador de la institución británica se contrapone a la humildad que lo caracteriza. Incluso no oculta su admiración hacia el ídolo popular surgido de Independiente que dejó una huella imborrable en el Etihad Stadium. “No tenemos muchas historias juntos, pero cada vez que nos vemos la pasamos muy bien. El Kun es un personaje muy gracioso con el que me tocó compartir algunos trabajos. Nos llevamos muy bien, pero no tenemos una relación muy estrecha. Es una gran persona y una leyenda del club. Cuando le conté que venía para la Argentina, me notó muy emocionado y me recomendó muy buenos lugares para ir a comer”, subrayó.
En la actualidad, Julián Álvarez es uno de los encargados tomar el legado que dejaron las glorias del pasado. Y la Araña no deja de sorprender con producciones que le permitieron al combinado liderado por Pep Guardiola ganar todo lo que se proponga. Incluso la Champions League que marcó otro hito en la entidad inglesa. “Todos lo aman: desde sus compañeros del plantel hasta los integrantes del staff. Es un jugador muy humilde y apasionado que trabaja muy duro con un talento grandioso. Sus participaciones han tenido un impacto muy positivo en su selección y en el Manchester City. Creo que Argentina no hubiese ganado el Mundial de Qatar si no hubiera tenido a Julián, porque hizo un trabajo perfecto con el balón y sin él. En muchas situaciones se dedicó a asistir a Lionel Messi o a generarle espacios para que él pudiera desplegar su habilidad. Si bien no jugó todos los partidos, en la final ante Francia se pudo observar el impacto que tuvo su presencia. Y en el club pasa algo similar, porque en los partidos que no le toca ser titular, muestra un apoyo fundamental y aporta goles o asistencias cuando le toca ingresar. Es una figura clave para nosotros”, destacó Dickov.
En la misma sintonía, el ex delantero también mostró una devoción por Haaland, la estrella vikinga que estuvo ternado al Balón de Oro, pero no pudo superar la jerarquía de La Pulga, quien se quedó con el galardón por octava ocasión. “Creo que no ha tenido buena suerte, porque tuvo una gran temporada el año en el que Messi ha ganado el Mundial. Está claro que Leo es una leyenda y un embajador del fútbol internacional. Cuando llegó al Inter Miami cambió a la Major League Soccer. Ahora todo el mundo mira los partidos de Estados Unidos. Y Erling es un delantero fantástico. Sus 50 goles aportaron para ganar los trofeos más importantes del planeta. Si le preguntas con quién hubiera preferido perder el Balón de Oro, probablemente te dirá Lionel Messi”, analizó.
El diálogo distendido y ameno también permitió considerar la teoría de Néstor Pipo Gorosito, quien recientemente dijo públicamente que dirigir en Europa es más fácil que en Argentina. “Me gustaría que Klopp o Guardiola vengan a Riestra un ratito”, fue la frase del estratega de Tigre que generó revuelo en las redes sociales. “No conozco a ese entrenador, pero pienso que Pep puede dirigir en cualquier parte del mundo y consiguiendo el éxito. Es un técnico que siempre ha contado con grandísimos jugadores, pero tiene el don de potenciarlos, como los casos de Kevin De Bruyne, David Silva o el Kun Agüero. Eran todas figuras que estaban en un gran momento, pero con Pep mostraron la mejor versión que podían dar. Es una persona que eleva el nivel de sus equipos, por eso uno lo considera el mejor coach del mundo. Probablemente, Lionel Messi piense lo mismo”, concluyó.
Cabe señalar que el Treble Trophy Tour continuará el sábado en el Golden Center Eventos, donde los fanáticos del Manchester City podrán conocer los trofeos de la Premier League, la FA Cup, la Champions League, la Supercopa y la Copa del Mundial de Clubes que consiguió el elenco de Guardiola en la última temporada. Los títulos estarán acompañados por la mascota del club, Moonchester, junto con varios entrenadores que impartirán sesiones de entrenamiento para los jóvenes aficionados.