La selección argentina tuvo grandes valores en el Mundial de 1978, que lo presentó como anfitrión y campeón tras la final contra Holanda en el estadio Monumental de Núñez. Uno de los baluartes del equipo dirigido por César Luis Menotti fue Osvaldo Ardiles, talentoso mediocampista que no solamente disputó la final como titular, sino un total de seis de los siete cotejos disputados por la Albiceleste (la única excepción fue el 6-0 ante Perú).
Su brillante actuación en la Copa del Mundo le permitió a Ossie dar el salto al fútbol europeo. El cordobés nacido futbolísticamente en Instituto, con un breve paso por Belgrano y de buenas temporadas en Huracán de Parque Patricios, fue fichado por el Tottenham Hotspur, donde milito seis temporadas en tres períodos distintos. Allí forjó una relación con el cantante jamaicano Bob Marley, con el que tuvo un reencuentro espiritual en los últimos días.
En el marco del estreno de la película del emblemántico artista rastafari, Ardiles asistió a la gala, le dedicó unas palabras y recordó la confesión que había hecho: el argentino era su jugador favorito. El primer ciclo del argentino en los Spurs fue de 1978 a 1982, época en la que Marley frecuentó mucho la capital inglesa antes de fallecer por causa de un melanoma (cáncer de piel) el 11 de mayo de 1981 con apenas 36 años de edad.
A través de sus redes sociales, Ardiles contó: “Fui a ver el estreno de la película sobre Bob Marley. Simplemente excepcional. Muy apropiado para un artista supremo y un ser humano maravilloso. Un buen jugador de fútbol, además del fútbol, es la conexión entre él, el THFC y yo. Pasó mucho tiempo en Londres en los años 80 donde jugaba al fútbol prácticamente todos los días con su banda y amigos. Vino a apoyar al Tottenham y afirmó en la prensa que yo era su jugador favorito. Un honor muy especial. QEPD Bob. Tu música se quedaría con nosotros para siempre”.
Con el correr del tiempo, Ardiles se convirtió en una gloria de Tottenham, con el que alzó tres títulos nacionales (las FA Cup en 1981 y 1982, más la Charity Shield en 1981) y uno internacional (la Copa UEFA en el 84). El primer título de su trayectoria como futbolista profesional había sido justamente con la selección argentina en 1978. Más tarde se desempeñó como entrenador hasta 2012: dirigió a los Spurs en la temporada 1993/1994, experimentó en México, Japón, Croacia, Arabia Saudita e Israel, mientras que en Argentina condujo a Racing de Avellaneda (2002/2003) y Huracán (2007).
Bob era un gran aficionado del fútbol. Su padre era hincha del Liverpool inglés y él lo practicaba junto a sus amigos desde que vivía en Kingston, capital de Jamaica. “El fútbol es una habilidad. Todo un mundo; un universo por sí solo. Yo lo amo porque debes tener destreza para jugarlo”, declaró en su momento el cantante que se desempeñaba como mediocampista ofensivo o delantero. En sus pagos, Marley apoyaba al Boys Town FC, que ganaría tres ligas locales en los 80.
Al margen de su debilidad por Ardiles, otro de sus ídolos era el brasileño Pelé. Los cinco elementos con los que Bob Marley fue enterrado fueron su guitarra, una biblia, un brote de marihuana, el anillo que le regaló el príncipe de Etiopía y una pelota de fútbol.