La Fórmula 1 acapara la atención pese a que aún ningún auto salió a pista en este 2024. Tras la bomba de la salida de Lewis Hamilton de Mercedes y su pase a Ferrari desde 2025, a las pocas horas hubo otro estallido con el jefe de Red Bull, Christian Horner, quien fue acusado de un comportamiento inadecuado hacia un integrante de su escudería. Por este motivo podría dejar la escudería austriaca, según se desprende de la información de medios europeos.
De confirmarse este panorama será un cimbronazo interno en el equipo bicampeón mundial y cuya principal estrella, Max Verstappen, viene de conseguir el tricampeonato mundial luego de una temporada en la que ganó 19 de 22 carreras. El team de la bebida energizante apunta a ser otra vez favorito en la temporada que arrancará el 2 de marzo en Bahréin.
Horner, de 50 años (16 de noviembre de 1973), proviene de una familia inglesa de muy buena posición económica e involucrada en la industria automotriz: su abuelo era jefe de compras de la Standard Motors Company, una de las fábricas de autos más emblemáticas del Reino Unido.
Luego de comprar un karting por 82 dólares (60 libras esterlinas), empezó a correr a los 18 años, una edad en la que ya en su época los pilotos estaban en categorías antesala a la F1. Fue haciendo escuela en las divisionales menores y llegó a la Fórmula 3000 (hoy Fórmula 2), por entonces la previa directa a la Máxima, donde un sexto puesto fue su mejor resultado. Logró financiarse para poder poner su propio equipo, el Arden Internacional, en el que corrió por dos años.
Hasta que a los 25 años se dio cuenta de que su lugar estaba debajo de los autos, cuando en uno de los ensayos de pretemporada no pudo alcanzar al colombiano Juan Pablo Montoya. “Lo recuerdo muy bien. Fue en Estoril, Portugal. Seguí a Montoya en la curva uno, una curva muy grande y rápida en la que necesitabas mucho control, velocidad y huevos. Mirándolo desde allí, acepté que no podía hacer lo que él hizo: desconectar el cerebro del pie”, confesó. Esa experiencia fue un quiebre y no se bajoneó ni mucho menos. Entendió cuál era su rol. Potenció su capacidad de liderazgo y conducción de su escudería que logró los títulos de equipos entre 2002 y 2004 y el de Pilotos, en 2003, con el sueco Björn Wirdheim y 2004 con el italiano Vitantonio Liuzzi.
Su idoneidad fue vista por el dueño de la bebida energizante Red Bull, Dietrich Mateschitz, que en 2005 adquirió el remanente del ex equipo Jaguar y montó su propia escuadra en la F1. Con 31 años se convirtió en el jefe de equipo más joven de la categoría. El resto es historia conocida: su programa de formación de pilotos cambió la historia y marcó tendencia con su primer gran exponente, Sebastian Vettel, que fue campeón de 2010 a 2013, mismo período en el que la escuadra austriaca se quedó con los cuatro títulos de Constructores.
“Nunca lucho por la motivación. La motivación es algo que arde por dentro. Creo que ganar se vuelve adictivo”, reconoció Horner. “Es el miedo al fracaso lo que nos impulsa a todos en Red Bull. La F1 es un negocio tan competitivo que no puede permitirse perder el ritmo. Todavía soy relativamente joven y todavía hay mucho que quiero lograr”, agregó.
Con su otra gran figura formada dentro de Red Bull, Max Verstappen, y los potentes motores Honda, en 2021 volvieron a la pelea y lograron terminar con el reinado de Lewis Hamilton y Mercedes. En las últimas dos temporadas el neerlandés de 26 años aplastó gracias a los RB 18 y RB 19, los productos de Adrian Newey, el director técnico del equipo y que diseñó todos los autos campeones de la escuadra austriaca.
El team-manager tiene como principal cualidad el ser el mejor nexo entre los pilotos y el equipo. Por haber sido corredor, conoce a la perfección qué es estar del otro lado, pero también cuenta con la percepción de cómo manejar una escudería. Al haber comenzado muy joven en su rol le dio una cintura y tacto para poder manejar crisis.
Sin embargo, sus éxitos profesionales como responsable de la escudería que hoy es la referencia no podrían salvarlo ante el escándalo que se precipitó. Christian Horner, el hombre que condujo a Red Bull a la gloria, por estas horas vive un infierno.
De un inicio turbulento y el romance de cuento de hadas
Hace 28 años Geri Halliwell era una de las integrantes de una banda pop inglesa que fue furor, las “Spice Girls”. Por ese entonces un joven piloto de 23 años llamado Christian Horner corrió en las categorías promocionales británicas tras el sueño de la Fórmula 1, donde no logró llegar como corredor, pero fue exitoso como jefe del equipo Red Bull. Tiempo más tarde ambos se encontraron, formaron una familia y viven en una lujosa casa de campo donde pasan sus mejores horas.
El mundo de la F1 es muy estresante. “Una picadora de carne”, la definió Bernie Ecclestone, quien fue el dueño de la categoría durante casi 40 años, a pesar de la dureza del magnate inglés a la hora de hacer negocios. Estar a cargo de una escudería implica una gran responsabilidad y más cuando se lucha por un campeonato mundial.
Recorrer miles de kilómetros a través de cuatro continentes, 24 carreras como habrá este año, comenzar con los viajes en febrero antes de las pruebas de pretemporada, armar las estrategias del equipo, tomar decisiones, conducir un grupo que en un equipo grande como Red Bull llega a las 650 personas, genera un gran desgaste mental.
Por eso el team-manager cada vez que está lejos de un circuito recarga las pilas junto a su compañera y sus hijos. El lugar preferido es su imponente casa de campo de Banbury en el condado de Oxfordshire (90 kilómetros al norte de Londres), alejada de todo y donde los Horner prefieren una existencia más tranquila, sin relojes ni presiones que suelen haber en los circuitos donde corre la Máxima.
Allí la pareja vive junto a su hijo, Montague, de 6 años. Además, Horner es padrastro de la hija de Geri, Bluebell Madonna, de 17 años, y también tiene otra hija, Olivia, de 10 años, de su matrimonio anterior con Beverldey Allen.
En la exclusiva mansión tiene una granja que el mismo Horner reparó. “Restaurarla ha sido mi pasatiempo, la forma en que elimino las carreras de mi mente. La casa principal está terminada, pero ahora se están remodelando los graneros”, contó en una entrevista con Luxury London en 2019 en la que también contó otros detalles de su vida.
En la granja se albergan tres burros en miniatura, caballos y cabras en los establos de la finca. También tienen un lago propio donde hay patos y que la familia usa para pasear en bote. Incluye una cancha de tenis y una piscina cubierta que inauguró en la previa del Gran Premio de F1 de Gran Bretaña de 2019 con un selecto grupo de invitados. Para Horner es el lugar perfecto para vivir lejos del ruido de los motores y de la vorágine de la F1.
Horner afirmó que su residencia campestre se “ha convertido en el hogar perfecto para relajarse y alejarse de todo”. La familia ensamblada vive allí desde que Christian y Geri se casaron en 2015. Ambos suelen compartir muchas fotos e historias en sus cuentas de Instagram, en especial ella, muy alejada de aquellos días en los que fue una estrella de la música y fue considerada la “más picante” de las Spice Girls.
A los dos les gusta cocinar: Geri se destaca en su amplia cocina con cuatro hornos separados cuya especialidad son los pasteles y los panes, según lo que difunde en la red social. Mientras que Christian también se luce en la parrilla, en la que agasaja a los suyos.
Además, el jefe de Verstappen y Sergio “Checo” Pérez disfruta con su hijo más pequeño que ya sabe lo que es estar al volante, al menos de un mini tractor. “A Monty le encanta andar en su tractor de juguete por el lugar y la casa”, aseguró y una foto junto a su John Deere lo ratifica.
En tanto que en el interior de la casa tienen varias salas de recepción donde se entretienen. Allí tienen una rockola Wurlitzer original de 22 mil dólares (16 mil libras esterlinas). Cuando Horner celebró su 45 cumpleaños, Geri publicó un video en vivo cantando el hit de Michael Jackson, Billie Jean, mientras agradecía a Christian por la música, lo que sugería que era un regalo para ella. En otro salón se luce una impresionante lámpara de araña, así como una chimenea de mármol.
En el predio a la familia le encanta aprovechar los enormes terrenos donde suelen llevar a sus perros (entre ellos un West Highland Terrier llamado Bernie, en honor a Ecclestone) y Christian recorre con un vehículo UTV patrocinado por Red Bull, mientras que el resto de la familia pasea en cuatriciclos. También disfrutan de los amplios jardines y recogen frutas y verduras que ellos mismos plantaron en una huerta.
Además, Horner tiene una selecta colección de autos y por la asociación de Red Bull con Aston Martin, tiene algunos clásicos de la marca británica como un DB5, que fue el auto elegido por Sean Connery cuando interpretó a James Bond en “007 contra Goldfinger”.
“También tengo un AC Cobra y dos Mini Cooper que originalmente pertenecieron a Ringo Starr y Paul McCartney. Geri me regaló un jeep Willys por mi cumpleaños y busqué un viejo MGB Roadster (deportivo descapotable) como regalo”, concluyó.
Pareja glamorosa
La relación entre Horner y Halliwell les dio de comer a los medios británicos, en especial a las revistas del corazón. Por su alta exposición mediática fue una combinación explosiva y muchas versiones se tejieron sobre cuándo nació su relación sentimental, aunque ambos afirmaron que primero solo fueron “buenos amigos”.
Se conocieron en el GP de Mónaco de 2009, en el que ella fue invitada. Más tarde se habrían reencontrado en el verano europeo en Ibiza y en el GP de Gran Bretaña de 2013 (30 de junio) apareció una foto donde se los vio muy cerca y de hecho a los integrantes del equipo Red Bull les llamó la atención la presencia de Geri en el box.
En octubre de 2013, Beverldey Allen, la ex mujer de Horner, dio a luz a Olivia cuando el jefe de Red Bull estuvo en el GP de Japón. Según cuenta el Daily Mail a esa altura la relación con la ex Spice Girl era un hecho, aunque en diciembre se habrían separado porque él intentó recuperar a Allen, algo que no prosperó y así se terminó un matrimonio de casi 14 años. Geri quedó devastada porque según sus allegados hasta conocerlo a Christian había sido desafortunada con sus ex parejas. Pero al poco tiempo se reencontraron y se la jugaron por su amor.
En marzo de 2014 hicieron público su romance y en ese momento el mencionado medio inglés también tituló: “El jefe de la F1, su pareja embarazada, y cómo Geri Halliwell robó su pole position”, con una foto caminando juntos cerca de la casa de ella en Londres.
En noviembre de 2014, anunciaron su compromiso y se casaron en mayo de 2015 en Iglesia St Mary’s, en Bedfordshire. “Geri y Christian están decepcionados porque sus padres no van a asistir, pero todos sus hermanos, su familia más cercana y sus amigos estarán ahí”, dijo un amigo al Sunday Mirror. “Están muy molestos por todo lo que ha sucedido y sienten que sus lealtades están muy divididas”, agregó la fuente, luego de que se supiera que los padres del novio no le perdonaron a su hijo que hubiera dejado a su ex esposa Allen.
“Realmente fue el día más feliz de mi vida, fue tan increíble. Nunca había encontrado a alguien que yo creía que era la persona adecuada. Pero cuando conocí a Christian, yo automáticamente lo sentí. Le dije a una amiga: ‘Me encontré con el hombre con el que quiero casarme’”, confesó Geri.
Aunque toda esa historia de cómo la pareja logró salir adelante para vivir un cuento de hadas, contrasta con la situación actual que atraviesa Horner. Fuentes cercanas al caso confiaron a Daily Mail que Halliwell, está “devastada” por estas alegaciones, aunque dará su apoyo incondicional hacia su marido después que una integrante del equipo, femenina, lo acusara de ser “controlador”.
Cabe recordar que el año pasado se conoció una fuerte interna entre Horner y el Dr. Helmut Marko, el asesor de Red Bull y uno de los principales responsables del programa de jóvenes pilotos. Hay quienes apuntan que toda este episodio que salpica al jefe de la escudería austriaca podría verse relacionada a esta lucha de poder dentro del equipo. En el mundo de la Fórmula 1 se puede ir del cielo al infierno sin escalas.
Más fotos de la familia Horner en su casa