Está claro que ya pasó la época dorada del básquet argentino, que durante casi dos décadas (2001-2019) estuvo codeándose con las potencias o, directamente, se subió a la cima del mundo. Pero, a esta altura, sólo queda un jugador en actividad de la mítica Generación Dorada (Carlos Delfino a los 41 años) y si bien hay varias figuras en equipos top de Europa, como Campazzo, Deck (en el Real Madrid) y Laprovittola (en Barcelona), esta temporada nos quedamos sin representantes en la NBA, cuando llegamos a tener seis en una misma temporada (2007/2008, ver gráfico). Sólo hay uno y no es jugador. Se trata de Pablo Prigioni, que sigue dejando bien alto la bandera en la mejor liga del mundo, ahora llegando al Juego de las Estrellas que se disputará del 16 al 18 de este mes en el Gainbridge Fieldhouse de Indianápolis, la llamada Capital del Básquet en USA.
Como asistente principal de los Minnesota Timberwolves, los sorprendentes líderes de la Conferencia del Oeste, el cordobés hizo historia este domingo al convertirse en el segundo argentino en llegar al juego central del All Star. El triunfo de Minnesota sobre Atlanta le dio el puesto de coach del Oeste a Chris Finch, entrenador principal, que asistirá a Indianápolis con su cuerpo técnico, incluyendo a Pablo, especialista ofensivo del equipo que manda con marca de 35 triunfos y 15 derrotas. Un orgullo para el básquet argentino, aunque por otro lado una pérdida porque este lugar que ocupa Prigioni le impide estar al frente del equipo que el 22 de este mes comenzará a pelear un lugar por la Americup -el rival será Chile, en Mar del Plata, con la dirección técnico de Herman Mandole en reemplazo de Prigioni-. Esta es la realidad de nuestro básquet…
Por lo pronto, Prigioni disfruta de su gran momento. Y el del equipo. Pablo arrancó como asistente en Brooklyn Nets en 2018 y en 2019 pasó a Minnesota, donde comenzó a hacer méritos para ser el encargado de la ofensiva del equipo. También mostró sus credenciales como ayudante temporal de Sergio Hernández y luego como asistente de Néstor García en sus procesos de Selección. Hasta quedar confirmado como head coach cuando la CAB decidió echar al Che por inconductas en una concentración en Mar del Plata. Desde ahí, con la celeste y blanca, ha tenido buenas (ganó la Americup en Brasil) y malas (quedó afuera de los Juegos Olímpicos, teniendo dos chances como local). En la NBA, en cambio, goza de este gran momento de una franquicia acostumbrada a perder pero que ahora, con la ayuda de Prigioni, explotó con este nuevo equipo al que pocos le tenían fe…
Una locura lo que se vive en Minneapolis con los Wolves como punteros de la NBA. Pensar que hace casi tres años el equipo terminaba con una marca de 49 derrotas en 82 partidos, lo que a mitad de temporada le costó el puesto al entrenador Ryan Saunders, aunque no a Prigioni, quien siguió cuando llegó Finch para reemplazarlo.
Los cambios comenzaron desde bien arriba. Glen Taylor, de 70 años, dejó de ser el dueño, tras su venta al empresario Mark Lore y la ex estrella del béisbol estadounidense Alex Rodriguez, por 1500 millones de dólares. De a poco, con otra energía desde la cabeza del proyecto, con modificaciones en la gerencia (se fue el colombiano Gerrson Rosas y Saunders, el DT), los Wolves salieron de la mediocridad luego de apenas una temporada (la 17/18) llegando a los playoffs. No pudo despegar cuando se formó la dupla Andrew Wiggins y Karl Anthony Towns, pero la llegada de Anthony Edwards generó otra ilusión. Con él como nueva figura, promediando 21.3 puntos, 4.8 rebotes, 3.8 asistencias y 1.5 robo con apenas 20 años, el equipo tuvo una temporada con récord positivo (46-36) en la 21/22.
Fue cuando los Wolves hicieron un movimiento que dejó muchas dudas: sumar a Rudy Gobert, uno de los mejores defensores de la NBA pero, a la vez, un pivote de 30 años, con escasa capacidad anotadora y con un gran contrato por delante (205 millones por cinco años) que podía hipotecar el futuro cercano de la franquicia. Encima, a cambio, dio cinco jugadores y cuatro elecciones de draft. Para muchos, demasiado. Pero Tim Conelly, nuevo general manager, junto a Finch, no tuvo dudas que era la pieza que le faltaba al equipo para terminar de formar un tridente potente, con Edwards y Anthony-Towns.
La campaña tuvo un pequeño paso atrás (marca de 42-40) desde los resultados, pero hubo especialmente una mejora defensiva, que era lo que quería Finch. Los Wolves fue históricamente un equipo con talento, pero endeble, sin solidez en su propio aro. Pero ahora es distinto. Y gran parte del éxito se lo debe al francés, el ancho defensivo. Minnesota tiene hoy la mejor marca de la NBA, la más eficaz claramente, recibiendo apenas 105.9 puntos cada 100 posesiones, cuando el escolta tiene 108 (Houston). Rebotea como pocos (43.4 de promedio) y permite bajos porcentajes de campo. Ahí está su gran fortaleza.
En ataque no se destaca tanto (19° en eficiencia con 112.4 puntos cada 100 posesiones), aunque tiene cuatro jugadores en alto nivel. Edwards es de lo mejor de la competencia, promediando 25.6 puntos, 5.1 rebotes y 5.1 asistencias. Temporada de All Star confirmada. Anthony Towns, el ala pivote dominicano que se destaca por su versatilidad y numerosas variantes ofensivas, se ha potenciado al lado de Edwards y Gobert. Uno le saca presión y le da espacios. El otro lo cubre en defensa. Towns, que se destacó en el Mundial junto a la Dominicana del Che García, promedia 22.5 puntos y 8.7 recobres. Gobert aporta 12.5 rebotes y 2.1 tapas, además 12.7 tantos. Mike Conley, un veterano base de 36 años, sigue conduciendo con oficio y aporta 10.6 puntos y 6.4 pases gol. La gran revelación es Naz Reid, el versatil pivote que sigue creciendo (12.3 y 4.6 rebotes), mientras pelea por ganar el premio al Mejor Sexto Hombre de la temporada. Jaden McDaniels, Kyle Anderson y Alexander-Walker completan la rotación de un equipo que no afloja y sigue arriba cuando se está llegando a la mitad de la campaña.
Prigioni aporta su granito de arena y se metió en la historia como el primer entrenador argentino en el Juego de las Estrellas. Y el segundo en el historial del evento que sirve como parate en la mitad de la temporada de la liga, luego de la participación de Manu Ginóbili. El ex número 20 de los San Antonio Spurs fue elegido dos veces para el juego central (en el 2005 y 2011), donde llegan los 24 mejores jugadores de toda la NBA, los titulares elegidos por el público y el resto, los suplentes, por los 30 entrenadores de la NBA. Luis Scola y Andrés Nocioni pasaron por el fin de semana de las estrellas, aunque en el Juego de Rookies. Ahora le toca a Pablo ser parte del gran show. Para que no se sientan tanto la crisis de nuestro básquet.
Argentinos en la NBA por temporada
2000-01: Pepe Sánchez y Rubén Wolkowyski
2001-02: Ninguno
2002-03: Manu Ginóbili, Pepe Sánchez, Rubén Wolkowyski
2003-04: Manu Ginóbili
2004-05: Carlos Delfino, Manu Ginóbili, Andrés Nocioni
2005-06: Carlos Delfino, Manu Ginóbili, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto
2006-07: Carlos Delfino, Manu Ginóbili, Walter Herrmann, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto
2007-08: Carlos Delfino, Manu Ginóbili, Walter Herrmann, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Luis Scola
2008-09: Manu Ginóbili, Walter Herrmann, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Luis Scola
2009-10: Carlos Delfino, Manu Ginóbili, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Luis Scola
2010-11: Carlos Delfino, Manu Ginóbili, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Luis Scola
2011-12: Carlos Delfino, Manu Ginóbili, Andrés Nocioni, Luis Scola
2012-13: Carlos Delfino, Manu Ginóbili, Pablo Prigioni, Luis Scola
2013-14: Manu Ginóbili, Pablo Prigioni, Luis Scola
2014-15: Manu Ginóbili, Pablo Prigioni, Luis Scola
2015-16: Manu Ginóbili, Pablo Prigioni, Luis Scola
2016-17: Manu Ginóbili, Luis Scola, Nicolás Brussino, Nicolás Laprovittola, Patricio Garino
2017-18: Manu Ginóbili
2018-19: Ninguno
2019-20: Ninguno
2020-21: Facundo Campazzo, Gabriel Deck
2021-22: Facundo Campazzo, Gabriel Deck, Leandro Bolmaro, Luca Vildoza
2022-23: Facundo Campazzo, Leandro Bolmaro