Corrían 24 minutos del partido entre Génesis y Motagua por el Torneo Clausura de Honduras, cuando el árbitro indicó un tiro libre para el equipo visitante en propio campo, aunque cerca de la línea media. Un futbolista local se quedó en la zona para impedir la ejecución del arquero Jonathan Rougier, que le hablaba al juez, como reclamando la distancia, pero al mismo tiempo observaba el panorama, la película completa. Estaba a punto de hacer historia...
Fue así que el argentino, de 36 años, notó la distracción general, empezando por el adversario que debía atorarlo. Y sacó un lanzamiento largo y alto, que sorprendió a su colega Denovan Torres, que ante el globo intentó retroceder, tiró el manotazo, pero apenas si logró arañar la pelota, que terminó inflando la red. Si hasta para el relator fue inesperado el recurso. “Se dilató el partido producto de esa acción... ¡Upa! Goool”, fue su relato, que se hizo viral por la curiosidad de la jugada.
Inmediatamente, cinco de los compañeros de Rougier lo rodearon para felicitarlo y abrazados iniciaron una carrera a modo de festejo. El guardameta, nacido en Villa Elisa, Entre Ríos, hizo las Divisiones Inferiores en Colón de Santa Fe, aunque no tuvo oportunidad de tocar la élite. Luego pasó a Boca Unidos de Corrientes, Textil Mandiyú de la misma provincia y Defensores de Pronunciamiento, elenco con el que llegó a subir al Federal A.
En 2017 se mudó a Honduras, donde fue campeón y ahora volvió a hacer historia. Es que, en el estadio Carlos Miranda, se apuntó en los libros de la Liga hondureña, porque apenas seis arqueros habian conseguido anotar goles hasta su obra maestra. Y sólo uno, Junior Morales, lo había hecho de jugada y no a través de un penal.
“Me siento feliz por los tres puntos y por la entrega del equipo. La verdad es que Génesis juega muy bien, lo demostró, y hoy tocó apoyar también con el gol”, dijo tras el cotejo en el que fue la gran figura gracias a un gol que planificó a partir de su olfato. “Le dije a un compañero ‘si te aviso la dejás en el piso que la voy a patear’. Lo vi al arquero que estaba adelantado y aproveché”, narró.
“Fue mi primer gol oficial en los 90 minutos, antes tiré unos penales, pero no cuentan”, se enorgulleció de su inventiva, que resolvió un partido cerrado, a pesar de que Génesis se quedó con diez hombres por la expulsión de Andrés Stiven Dávila López. “Teníamos uno más nosotros, pero ellos tomaron buenos riesgos, juegan muy bien a la pelota. Y nosotros no hicimos el fútbol que queríamos, pero ganamos. El equipo debe seguir mejorando, recuperamos la entrega, las ganas, y la predisposición a veces compensa la falta de fútbol”, analizó el héroe, que ya no quiere serlo... Al menos no por anotar su nombre en el marcador. “Que los goles los hagan los que los tienen que hacer, yo no quiero sufrir más”, concluyó Rougier.