Cirugías estéticas, bares, soldaditos y la amenaza de “cárcel o cementerio”: la trama del dinero que detonó la interna en la barra de Belgrano

El Loco Tito, jefe de la tribuna del Pirata por cuatro décadas, difundió un video apuntando contra los actuales líderes: “¿Ustedes quieren guerra? La van a tener. Yo voy a volver”

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El Loco Tito, el ex jefe de la barra de Belgrano

Me cansé. ¿Ustedes quieren guerra? La van a tener. Yo voy a volver por la barra. Voy a buscar gente de todos los barrios, hasta los que están con ustedes porque nadie los quiere, porque no son nada. Traidores. Tengo los huevos bien puestos y ya me cansaron. Así que los vamos a encontrar y ahí, ustedes al cementerio y yo en cana. O al revés. Pero se terminó. Cuando entregué la barra no me metí más, pero ratas inmundas le fueron a decir a los dirigentes que no dejen entrar a los míos a la cancha, los agredieron, les sacaron los carnets, hablan mal de mí. Bueno, todo tiene un límite. Y ese límite se terminó”.

El Loco Tito le habla directo a la cámara. Pero también le habla a los nuevos jefes de la barra de Belgrano de Córdoba y a toda la Seguridad. El video lo publicó el jueves por la noche, después de varias situaciones que se vivieron en los alrededores del estadio de Belgrano en la previa del partido contra San Lorenzo que marcó el debut como local del equipo en la Copa de la Liga. Y la amenaza es concreta y real: Roberto Ponce, el legendario ex jefe del paraavalancha Pirata que había entregado el mando en 2022 ahora va por todo. Y con sus contactos en el mundo de los violentos ya comenzó a operar para que las otras barras de los equipos de Primera no apoyen a sus rivales en la interna, movida que parece haber dado resultado para mañana mismo, cuando Belgrano juegue en Rosario con Newell’s desde las 2130: la barra Leprosa, brazo armado del grupo delictivo Los Monos, le ofreció los tickets de cortesía que siempre se dan entre ellos al bando del Loco Tito (insólitamente no pueden ir los hinchas de verdad pero entre las barras amigas siempre hay pactos de solidaridad), dejando fuera a la facción oficial. Pero donde habrá que poner un ojo especial es en lo que pueda pasar el miércoles próximo cuando Belgrano debute en la Copa Argentina frente a Mitre de Santiago del Estero. Porque el partido está fijado a las 19.15 en Junín y habrá 560 kilómetros para recorrer y una sola tribuna para compartir entre ambos bandos. Y con esta amenaza, si la Seguridad no arma un buen operativo, todo puede teñirse de rojo.

La pelea viene de tiempo atrás. El lunes 15 de noviembre de 2021, Roberto Ponce, el Loco Tito, se retiraba de la jefatura de la barra brava de Belgrano de Córdoba tras 48 años de tribuna y 40 en el máximo sitial, convirtiéndose en el jefe barra más longevo de la historia. Parecía que su era estaba terminada y en paz y que le dejaba el sitio a su segundo, el Gitano Pedro Minuet, con quien entre otras cosas viajó a varios Mundiales, entre ellos el de Sudáfrica 2010 con Hinchadas Unidas Argentinas. En realidad esa salida pacífica era el corolario de una interna que se venía gestando con otro grupo, el de Lucas Pavón, un barra con peso en el sindicato de los recolectores de residuo y que buscaba ser el nuevo rey. De hecho, aquel 15 de noviembre, Pavón decidió no ir ni él ni su gente a la cancha para que Tito tuviera su despedida en paz. Era un pacto de caballeros que ponía punto final a una era para abrir otra nueva.

Pero la campaña de Belgrano al año siguiente que terminaría con el ascenso a Primera potenció el negocio porque todos querían estar en la cancha. Y porque se venía el Mundial de Qatar. La nueva conducción decidió no compartir nada con quienes habían formado el legado. La tensión fue en aumento y la guerra comenzó a mediados de 2022. Hubo cinco enfrentamientos en tres meses hasta que en el último de ellos, en septiembre, Tito recibió dos impactos de bala. Y eso armó una especie de tregua de facto. En Qatar, festejando con la barra de la Selección la tercera estrella, el grupo lo comandó el Gitano Minuet quién quedó registrado en imágenes televisivas con una bandera de la barra de Belgrano en pleno partido.

El Loco Tito
El Loco Tito

Pero el año pasado, ya con el club en Primera, el dinero fluyó aún más. Así, el segundo de Tito, Sergio El Gaita Acosta fue a buscar entradas al club y se cruzó con Pavón. Y todo terminó muy mal. A partir de entonces, el ex jefe empezó subterráneamente a comunicarse con las filiales del club, con distintos referentes de los barrios para tantear la situación con la idea de un regreso. Y una de sus hijas, desde una agrupación política del club, llevaba adelante esa tarea de hormiga.

Como represalia, en la previa del clásico con Talleres le balearon la casa. Ella denunció en la Justicia pero no pasó nada. Distinta suerte tuvo Tito: lo elevaron a juicio por toda la saga violenta mientras que a su rival principal solo lo acusaban de daños. Creyó ver entonces que el poder del dúo Pavón-Minuet se extendía a otras áreas. Y ahí empezó a operar para restarles fuerza fuera de Alberdi, donde el Gitano y Pavón mandan a sangre y fuego. Así se lo empezó a ver de visitante junto a las barras de otros clubes. River, Tigre, Chacarita, la gira de Tito envalentonó a su gente y una de sus hijas que maneja la agrupación “El Histórico Loco Tito” decidió que era tiempo de mostrar cómo se llevaba beneficios la cúpula de la barra actual sin repartir nada. Entonces publicó antes del debut de local contra San Lorenzo los chats donde se ofrece entrar a la cancha a los no socios alquilándoles carnets a 15.000 pesos por partido o adquiriendo a valor similar entradas de protocolo.

También publicó cómo la barra había puesto un bar en una esquina de la ciudad y se había comprado un micro. Cómo algunas de las parejas de los jefes se habían hecho cirugías estéticas que según su publicación era pagada con dinero que el club le daba a la barra. A la que denominó La Barra del CBU. Esa declaración de guerra obviamente tuvo su contraparte el miércoles pasado, día del partido contra San Lorenzo, cuando los jefes de la tribuna mandaron algunos soldaditos a intimidarla junto a quienes la acompañaban y hubo agresiones varias. Fue la gota que rebalsó la paciencia del ex capo. Habló con gente de los barrios Villa Urquiza, Villa Rivera Indarte, Muller y Villa Libertador y vio que tenía plafón para el desafío. Entonces grabó el video que acompaña esta nota. Donde da sólo dos opciones a sus rivales: cárcel o cementerio. Y habrá que estar atentos porque en el mundo barra, las promesas se suelen cumplir.

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