Fue una noche especial la que se vivió en el José Amalfitani. Es que más allá de la derrota de Vélez Sarsfield, que cayó ante el Independiente de Carlos Tevez por 1-0 en el encuentro válido por la segunda fecha de la Copa de la Liga, los fanáticos de El Fortín presentes en el estadio disfrutaron del homenaje para una de las máximas glorias del club.
Durante el entretiempo del encuentro, y con motivo del 30° aniversario de la obtención de la Copa Libertadores e Intercontinental en 1994, las autoridades del club de Liniers invitaron a Carlos Bianchi a bajar al campo de juego. Como ocurre en cada ocasión, el Virrey estuvo acompañado por su esposa Margarita.
El primer paso del homenaje fue entregarle en sus manos una camiseta con el número 9, aquel que vistió el ex delantero y con la que se convirtió en máximo goleador en la historia de la institución gracias a los 206 tantos que marcó en sus 324 apariciones.
Acto seguido, se produjo el momento tan esperado por todos. Bianchi se dio vuelta y lo hicieron mirar hacia la platea Sur del recinto ubicado en Av. Juan B. Justo al 9200 y en los carteles luminosos del sector apareció su nombre. De esta manera, el apellido de quien fue clave en la historia de Vélez tendrá el honor de que su nombre esté para siempre en uno de los rincones del Amalfitani.
El Virrey se quedó mirando por algunos segundos hacia la platea, hasta que él y su esposa se vieron sorprendidos por la activación de los aspersores que mojan el campo de juego. Así fue como Carlos y Margarita terminaron empapados por el agua, pero a pesar de ello, lo único que se pudo ver en la cara de Bianchi fue una gran sonrisa por la alegría de ser homenajeado en el club de sus amores.
Además de eso, tanto en la pantalla gigante del estadio como en las redes sociales, Vélez publicó un video de más de un minuto con imágenes del paso del Virrey como entrenador y las inolvidables conquistas de hace 30 años en el 94. Ese fue un año único en la historia de la institución velezana. Con figuras salientes como José Luis Chilavert, Roberto Trotta, Pepe Basualdo, Christian Bassedas, el Turu Flores y el Tuco Asad, el Fortín se coronó campeón de América por única vez luego de vencer al San Pablo en el estadio Morumbí, de Brasil.
Pocos meses más tarde, llegaría la gesta más relevante en los más de 114 años para el club. En el estadio Nacional de Tokio, la V superó al poderoso Milan, de Italia, y se ganó el título de ser considerado el mejor equipo del mundo luego de conseguir la Intercontinental.
La historia de Vélez está íntimamente relacionada con uno de sus grandes ídolos. Más allá de la gran cantidad de goles que anotó y el campeonato que logró como futbolista -Nacional 1968-, el paso por entrenador dejó una huella imborrable: tres títulos locales (Clausura 93 y 96 y Apertura 95) y los campeonatos a nivel internacional que, además de los mencionados, incluye la Copa Interamericana en 1996 tras vencer al Cartaginés, de Costa Rica.