Sebastián Abreu continúa desafiando los límites del tiempo y el deporte al regresar a las canchas de fútbol a los 47 años, en una muestra de que la pasión por la disciplina no conoce de edades. Recientemente se incorporó al combinado de Lavalleja para la Copa Nacional de Selecciones OFI y marcó su vuelta con un gol en su primer partido luego de haber anunciado su retiro en 2021. El Loco no es solo conocido por su prolífica carrera como jugador, sino también por su intento de transición a director técnico donde acumuló experiencia en equipos de Bolivia y Perú.
El regreso del delantero fue aclamado durante un encuentro en el que representó a la ciudad, convirtiéndose en el goleador más veterano del equipo al anotar un decisivo gol de cabeza luego de un gran centro que cayó desde el córner derecho. Este momento significativo representa un hito en su carrera y también demuestra su inalterable habilidad para vencer a los arqueros rivales.
Durante su presentación con el Olimpia de Minas, Sebastián compartió su entusiasmo por volver a sus raíces y jugar en un entorno más modesto, un deseo que había mantenido incluso después de retirarse del fútbol profesional. Su participación en el equipo y su posterior tanto, no solo le brindaron a él una profunda satisfacción personal, sino que también emocionó a los aficionados y demostró que aún tiene mucho que ofrecer dentro del campo de juego.
“Espectacular, lo disfruté y sigo disfrutando muchísimo. Cada vez que entro al estadio para jugar o al vestuario, es inevitable viajar al pasado. Recreamos una foto de los años ‘80 con mi viejo y yo de mascota, pero ahora yo y mis dos hijos. Los gemelos, porque Diego está en México y Valentina por motivos laborales no pudo estar. Y después nos sacamos otra con mis viejos. Es un privilegio cumplir estos sueños familiares con las personas más importantes que estuvieron en mi crecimiento, que son ellos”, explicó en charla con El País.
Además de sus logros deportivos, Sebastián Abreu mantuvo viva la tradición futbolística familiar. Con su reciente gol, se suma a la lista de miembros de su familia que dejaron su marca en la selección de Lavalleja, incluyendo a su padre Miguel, su tío Óscar Wilson y su primo Rubén. Esta dinastía futbolística contribuyó significativamente a la rica historia deportiva de la región, demostrando que el talento y la pasión por el fútbol corren fuertemente en las raíces familiares.
Abreu, que en octubre cumplirá 48 años, debutó en el Defensor Sporting en 1994 y después pasó por, entre otros clubes, los argentinos River Plate y San Lorenzo, los españoles Real Sociedad, Deportivo de La Coruña, los mexicanos Monterrey y Cruz Azul y el uruguayo Nacional, el club de sus amores. En su palmarés destacan los Torneos Clausura que ganó en Argentina con el Cuervo y el Millonario, además de los dos Campeonatos Uruguayos que obtuvo con el Bolso.
Como internacional, disputó un total de 70 partidos en los que logró 26 goles oficiales entre su estreno en 1996 en un amistoso contra China y 2012, cuando dejó la Celeste en otro amistoso contra Francia. Con el equipo nacional disputó los Mundiales de Corea-Japón 2002 y de Sudáfrica 2010, este último de imborrable recuerdo en su trayectoria ya que picó un penal en la tanda que dio el pase a semifinales a Uruguay, y ganó la Copa América de 2011.