Jannik Sinner logró un histórico triunfo en el Australian Open. Después de batallar durante más de tres horas y cuarenta minutos en la Rod Laver Arena, y tras estar dos sets abajo en el marcador, el tenista italiano venció al ruso Daniil Medvedev para celebrar el primer título de Grand Slam de su carrera. A los 22 años, cerró dos semanas inolvidables en Melbourne Park, que además incluyó una épica victoria ante Novak Djokovic, el máximo ganador de los torneos grandes en el circuito profesional.
Una vez que culminó la remontada tras perder los dos primeros parciales (3-6 y 3-6), Sinner se repuso gracias a su resistencia física para sostenerse en el partido y por espectaculares derechas desde diferentes ángulos, sobre todo en el fondo de la cancha. Así fue como logró quedarse con el tercer y cuarto parcial (ambos por 6-4) y se adueñó del quinto y decisivo set que lo tuvo como absoluto dominador (6-2).
Después de la celebración y los discursos de rigor de parte de las autoridades de la organización en Australia, Sinner se paró frente al micrófono y lo que hizo fue agradecer. Saludó a Medveded, claro, y luego habló de su equipo de trabajo. “Gracias a todos los que están ahí (en el box) y los que están viendo desde casa. Trabajamos para mejorar cada día, ser más fuerte y tratar de comprender mejor cada día las decisiones. A veces tengo poca paciencia, así soy”, expresó Jannik.
Una vez que terminó de saludar al público australiano, se tomó unos segundos para hablar del importante rol que tuvieron sus padres cuando él era tan solo un niño que practicaba varias disciplinas.
“Ojalá todo el mundo pudiera tener a mis padres, porque siempre me dejaron elegir lo que quisiera. Incluso cuando era más joven practicaba otros deportes y nunca me presionaron. Deseo esta libertad para tantos niños como sea posible”, dijo un Sinner que, al terminar el mensaje para sus padres, se emocionó un poco y generó un estruendoso aplauso de las casi 50 mil personas presentes en la Rod Laver Arena del predio en Australia.
La historia cuenta que Jannik es hijo de Jonnah y Singladine Sinner, ambos italianos de origen alemán. Su padre era chef de un exclusivo resort de esquí en San Candido, lugar de nacimiento del flamante ganador del primer Grand Slam del 2024 en el tenis. Dicho lugar es una ciudad situada en la región de Trentino-Aldigio, al norte del país ibético y al sur de la frontera con Austria, por eso el fuerte arraigo germano de sus progenitores.
Por su parte, la madre de Jannik era camarera del mismo recinto. Justamente, al nacer en una zona montañosa, fue que el hoy campeón en Australia aprovechó para convertirse en un prometedor esquiador en la nieve. Cuando tenía 13 años, el menor de la familia Sinner se mudó a Bordighera, zona conocida como la Riviera italiana, se mudó para entrenarse en el Piatti Tennis Center donde desarrolló sus capacidades tenísticas.
Tras el título en el Australian Open, la raqueta italiana se posiciona como uno de los tenistas con mejor presente y un promisorio futuro en el circuito ATP. Luego de ayudar al equipo de su país a ganar la Copa Davis 2023, el joven acumula 11 títulos en su carrera profesional. Uno de ellos fue la consagración en el ATP World Tour Finals de la pasada temporada en la que superó por 6-3 y 6-3 a Djokovic en la definición en Turín y como local.