“No es un adiós ni otra cosa, pero necesito pensar porque la vara está muy alta”. La frase pronunciada por Lionel Scaloni en las entrañas del Estadio Maracaná tras vencer a Brasil por Eliminatorias Sudamericanas en noviembre pasado llenó de incertidumbre la continuidad del entrenador de la selección argentina a meses de la Copa América.
A pocos meses de esas sensaciones, Scaloni, tras confirmar que continuará al mando de la Albiceleste durante una nota con un medio italiano, tuvo un mano a mano con el diario español Marca y dio detalles sobre aquellas dudas que pesaron sobre su futuro tras la primera victoria de una selección sudamericana ante la Verdeamarela en la historia de las Eliminatorias.
“El listón está muy alto, no sé si habrá algo más alto. Pero ¿y qué hago? ¿Me voy ya para casa, me siento en el sofá y se terminó esto para mí a los 45 años...? ¡Nooo! Lo bonito es que habrá un momento de dificultad, seguro, todos lo han tenido y nosotros lo tendremos. Y en esa dificultad habrá que volver a salir arriba, como hemos hecho antes. También me pasó en mi carrera como futbolista: momentos buenos y momentos malos. Y ahí es donde realmente se verá si estamos preparados o no. Pero eso no me asusta, para nada”, expresó
A continuación, explicó: “Cuando dije que había que reflexionar era un momento importante. Se vienen cosas buenas, la Copa América, y de aquí a dos años con el Mundial es un momento donde hay que pensar, sobre todo tenemos que tener claro qué es lo que queremos con la selección, dar oportunidades a otros chicos que vienen empujando desde atrás. Era hacer un resumen de lo que venía y creo que era el momento. Había cuatro meses hasta el siguiente partido y era importante, como dije, parar la pelota. Creo que fue positivo porque nos hizo reflexionar sobre lo que viene”.
“En ese momento había que parar la pelota y reflexionar, había que hablar con todos los que teníamos que hablar. Comentarle a cada uno lo que queremos: jugadores, directivos y gente que tiene que saber hacia dónde vamos. Vienen cosas importantes, a la selección se le va a exigir mucho y necesitamos gente que esté igual de fuerte que nosotros”, agregó.
De cara a la Copa América, el oriundo de Pujato mantuvo la vara muy alta con la intención de defender la corona lograda en 2021: “Argentina siempre ha tenido presión, aquí no vale empatar. Desde que llegamos sabemos que estamos en una selección grande y que todo el mundo espera lo mejor de nosotros. Siempre digo lo mismo: vamos a competir, nunca he prometido nada, aquí no se promete nada, ni antes ni ahora. Prometemos competir al máximo con todos los rivales e intentar ganar, y dejar una imagen que al fútbol argentino le guste, como estamos haciendo”.
Además, se refirió a las declaraciones de Javier Mascherano, sobre sus intenciones de que Scaloni se haga cargo del equipo en los Juegos Olímpicos: “Primero: el entrenador va a ser él. Ojalá pasen, antes hay que clasificarse en el Preolímpico, y si lo consiguen deseo y quiero que el seleccionador sea Javi, porque lo merece por el trabajo que está haciendo”.
En consonancia, evitó ser tajante sobre la posible intención de Lionel Messi y Ángel Di María por jugar en la cita olímpica de París, ya que está muy cercana a la realización de la Copa América: “Respecto a lo de Ángel y Leo, son decisiones que hay que tomar en el momento, sobre todo a nivel físico, porque no es fácil jugar los Juegos Olímpicos estando antes la Copa América. Llegado el momento se valorará. Pero el técnico será Javi, eso seguro”.
Justamente, el certamen que se desarrollará en los Estados Unidos será el último en la Mayor para Ángel Di María, según contó el propio Fideo. Y también podría marcar la despedida de la Pulga, quien le ha puesto fecha aún a su carrera con la Celeste y Blanca: “Al final llegó un momento en que de la selección argentina se fue Maradona, se fue Ruggeri, se fueron grandes jugadores y Argentina siguió. Dolerá un montón porque son grandes jugadores que han dado tanto, pero tenemos la obligación, porque la selección argentina, más allá de Leo o de Maradona, siempre ha sido una selección potente, y tendremos el reto de seguir siéndolo sin ellos. Es hacia donde hay que apuntar, porque en algún momento ellos no van a estar: hacer un equipo igual de competitivo con otros jugadores. Hay que imaginárselo y trazar objetivos para cuando ellos no estén”.
Más allá de esto, se mantuvo con la ilusión de que Leo siga en el seleccionado para jugar el Mundial de 2026 en Estados Unidos, Canadá y México: “Hoy te digo que hay jugadores que han jugado con esa edad (terminará la Copa del Mundo con 39 años), y en el caso de él no me extrañaría. Pero falta tanto, y hoy en el fútbol el tiempo pasa rapidísimo y cuando te das cuenta... Yo creo que sí. A nivel físico no tengo dudas, sólo a nivel mental y eso depende de cómo esté él”.
Por otro lado, se mostró escéptico con las personas que discuten la elección de la figura del Inter Miami como ganador al premio The Best a mejor jugador del mundo: “Creo que el debate va más allá de lo futbolístico, no creo que entre el que juega al fútbol o el entrenador haya debate de por qué lo ganó. Si lo hubiera ganado Haaland o Mbappé también habría estado bien. Son cosas de los medios. Debatir por qué lo ganó Messi cuando vota la gente del fútbol es extraño”.
En la charla, contó su inclinación por las ideas futbolísticas de Pep Guardiola, Roberto De Zerbi, Simone Inzaghi, Luciano Spalletti y Carlo Ancelotti. En esa parte, puntualizó en otro nombre, Diego Simeone: “También está el Cholo, con el que hemos tenido charlas, hemos ido a Madrid a visitarlo, nos dio muchos datos de cómo hacer cuando acabábamos de agarrar la Selección. Son dos maneras diferentes de liderar, pero vas utilizando ambas en tu método”.
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Su deseo de dirigir en España después de su etapa en la Selección: “Sí, sí, mi idea es entrenar aquí. Todo lleva su tiempo, pero España es un objetivo, es mi segunda casa, conozco su fútbol y estoy enamorado de vivir allí, en un país maravilloso. Y siempre dije que si el Depor (La Coruña, jugó ahí más de ocho años) me necesita ahí estaré para echar una mano y ser el primer hincha”.
Cuándo decidió ser DT: “En 2005, antes del Mundial de Alemania 2006, tuve una lesión importante jugando en el Depor y a raíz de ahí con 27-28 años mi carrera ya no fue la que quería. A partir de entonces comencé a pensar que el fútbol iba a ser cada vez más difícil, y eso que jugué 10 años más, pero jugué a duras penas, sabiendo que estaba mal y que me costaba. Durante esos 10 años siempre pensaba en lo que iba a ser, era más un ayudante de entrenador en el campo. Así fue en la Lazio y en el Atalanta, siempre me interesó el día a día y ver cómo los entrenadores trabajaban. Empecé a tomar conciencia mucho antes de lo que muchos jugadores lo toman. Yo estaba en activo y ya estaba pensando como entrenador. En 2011, seis años antes de retirarme, ya empecé el curso de entrenador en Italia, y lo terminé en Las Rozas”.
El rol de Pablo Aimar en su cuerpo técnico: “Es la cabeza pensante, el que tiene una visión más abierta, trabaja con los juveniles y además de ser amigo nos aporta esa dosis de tranquilidad y de sacarle la esencia al juego. A veces los entrenadores nos volvemos locos con la táctica y la estrategia, y al final es lo que él siempre dice: ‘Si los buenos juegan bien y los juntamos todo va a ser más fácil‘. Hay veces que le das demasiadas vueltas en la cabeza, y son ellos los que lo terminan solucionando. Un poco lo que ocurría hace 25 años atrás, que no existían tantas tácticas y los jugadores lo solucionaban dentro de la cancha. Él aporta eso: ‘No te vuelvas loco‘. Es de gran ayuda, y trabajar con amigos siempre es más fácil”
El punto destacado de la selección argentina: “Nos pasó en dos partidos, que nos empataron en los minutos finales, y una de las virtudes del equipo fue esa: seguir, seguir y no descentrarse del objetivo. Pero es importante que el entrenador sea capaz de transmitir tranquilidad en los momentos justos, ahí hay que hablar y aprovechar lo que dices”.
Su análisis crítico sobre el fútbol moderno: “Estamos perdiendo la esencia del fútbol, y no sólo a nivel profesional, sino a nivel de los niños también. Mis hijos juegan en España y están sobrepasados de información. Reciben la pelota y ya les están diciendo lo que tienen que hacer. No hay regateadores porque si apenas reciben la pelota le dices “¡Pásala!”... Imagínate si a Messi cuando tenía ocho años le hubieran estado diciendo todo el rato “¡Pásala!” sus entrenadores, hoy no lo tendríamos. Es algo impresionante”.
La elección de los momentos en la enseñanza: “A un niño de 7 u 8 años le dices que trace la diagonal, que haga las coberturas... ¡Tiene siete años! Déjalo que juegue a la pelota, que se equivoque, y ya cuando tenga 14 o 15 le empezamos a corregir. Es un mensaje para el futuro. Esto es un deporte y lo lindo del fútbol no se tiene que perder. Con 12 o 13 años tienen que jugar a la pelota y divertirse, y no estar tanto encima de ellos corrigiéndoles, porque les quitas la esencia y así cada vez veremos menos jugadores con ese desparpajo que veíamos antes”.
Su mensaje a Juan Román Riquelme tras ser elegido presidente de Boca Juniors: “Román ama al club, es hincha del club y querrá lo mejor. Es otro amigo que me ha dado el fútbol y espero que le vaya bien. Ha elegido meterse en política y no tanto en el césped; cada uno elige su camino y ojalá le vaya bien”.