El mundo del deporte quedó conmocionado cuando Sven-Göran Eriksson anunciaba el pasado 11 de enero que padece un cáncer terminal y que le queda al menos “un año más de vida en el mejor de los casos”, pero que “resistirá mientras pueda” y continuará luchando contra la dura enfermedad. Este lunes, en Estocolmo, Suecia, se realizó una gala anual en la que el reconocido entrenador de fútbol de 75 años fue homenajeado en el escenario principal.
Cerca de 2.000 personas llenaron el auditorio Friends Arena de la capital sueca y aplaudieron de pie por lo menos durante un minuto ante la aparición de Eriksson, quien dio un breve discurso de agradecimiento y quedó al borde de las lágrimas. “Me van a hacer llorar”, dijo mientras retiraba un pañuelo de su saco para limpiarse la nariz.
“Mil gracias a todos. Creo que no merezco todo este reconocimiento, pero gracias. Es demasiado. Gracias por todo. No tengo más que decir”, afirmó en el experimentado director técnico al subir al escenario para entregar uno de los premios relacionados con el deporte local. Los asistentes se emocionaron ante sus palabras.
Durante la gala, varios ex jugadores que fueron dirigido por Eriksson intervinieron para enviarle saludos de reconocimiento, algunos en vídeo, como el actual entrenador de la selección de Inglaterra, Gareth Southgate, y otros referentes como John Terry y Wayne Rooney, a quienes entrenó en su etapa al frente del conjunto de los Tres Leones (2001-2006).
“Todos te aman y quiero darte las gracias por hacerme debutar con Inglaterra hace mucho tiempo”, afirmó Terry. Por su lado, Rooney, quien agradeció a su ex DT “por toda la ayuda y los consejos” que le dio a lo largo de su carrera y se mostró “apenado” por no poder acompañarlo en persona, cuando está atravesando por “tantas dificultades”.
Eriksson había dejado de trabajar en 2023 en su cargo de director deportivo del humilde club sueco Karlstad, aduciendo problemas de salud. Fue la última etapa de una larga y fructífera trayectoria que empezó a finales de la década de los años 70 en su país de origen. Tras ganar la liga y una Copa de la UEFA con el Götemburgo sueco, dio el salto al Benfica de Portugal, con el que logró tres ligas y de ahí pasó a Italia, donde desarrolló la mayor parte de su carrera en clubes como la Roma, Fiorentina, Sampdoria y Lazio, con el que obtuvo una Serie A, y la Copa de la UEFA, entre otras.
Svennie también pasó también por el fútbol inglés de la Premier League comandando al Manchester City y Leicester y fue seleccionador de Inglaterra, México, Costa de Marfil y Filipinas, además de probar en las ligas de China y Tailandia.
“En el mejor de los casos, me queda un año. En el peor, algo menos”, señaló hace 12 días en una entrevista a la emisora pública Radio de Suecia. El diario sueco Aftonbladet aseguró que hace un año se desplomó en su casa y los estudios médicos que le practicaron descubrieron que había sufrido un derrame cerebral y tenía cáncer de páncreas. “Se puede ralentizar el curso de la enfermedad, pero no se le puede operar”, informó ese medio.
El mundo del fútbol ha reaccionado con mensajes de apoyo y reconocimiento hacia Eriksson, destacando no solo su éxito profesional sino también sus cualidades humanas. Svennis ha decidido enfrentarse a su enfermedad con valentía, eligiendo mantener una actitud positiva en vez de “quedarse en casa sentado quejándome por tener mala suerte”.
La noticia de su enfermedad ha conmocionado a seguidores y profesionales del deporte, quienes lo recuerdan no solo como un estratega excepcional, sino como un hombre que inspiró a jugadores y entrenadores por igual. Los próximos meses serán, sin duda, un período de reflexión y apoyo para una figura que ha dejado un legado indiscutible en el fútbol mundial.