En la Fórmula 1, la exigencia no reconoce límites: los pilotos no solo requieren habilidades de manejo excepcionales y una comprensión técnica del automóvil, sino también una preparación física que desafía lo común. En sus sesiones, los pilotos trabajan diferentes partes de su cuerpo para soportar las casi dos horas que suele durar una carrera dentro del circuito.
Esta máxima categoría del automovilismo no solo impone la necesidad de brazos robustos para dirigir el vehículo a más de 300 km/h y de piernas fuertes para una frenada efectiva, sino también requiere de una resistencia aeróbica avanzada para soportar el calor extremo dentro del habitáculo. No obstante, hay una parte del cuerpo que sorprendentemente recibe una atención prioritaria: el cuello.
Recientemente, la cuenta oficial de Instagram de la Fórmula 1 ilustró la importancia de este aspecto del entrenamiento al compartir un video de Alexander Albon, piloto tailandés del equipo Williams, fortaleciendo su cuello mediante un ejercicio con poleas. La grabación mostraba a Albon superando cargas de 20, 40 y hasta 80 kilos, tensión que simula el impacto de la fuerza G sufrido en los veloces giros de las pistas. “¡Esta fuerza de cuello es impresionante!”, escribieron junto a la grabación
Es bien sabido que el cuello de estos deportistas, semejante al de los boxeadores, es notoriamente más robusto que el promedio, debido a las intensas fuerzas G que deben resistir, llegando a soportar de cuatro a cinco veces el peso de su cabeza en cada curva.
La fuerza G no es más que una medida de la carga que enfrentan los pilotos debido a la aceleración gravitatoria, que puede desplazarlos bruscamente dentro del monoplaza en diferentes direcciones, cargando así el cuello, que debe estar meticulosamente entrenado y fortalecido para soportarla.
La imagen de Albon ejemplifica un fenómeno reconocido entre los pilotos, incluido Fernando Alonso, cuya experiencia lo ha llevado a tener uno de los cuellos más trabajados del circuito. El campeón español, en una foto reciente, dejó ver el resultado de años de dedicación al desarrollo de esta área. En junio del 2023 el periódico Mundo Deportivo reveló en una entrevista con Edo Bendinelli, preparador físico de Alonso, que su cuello ha alcanzado los 47 centímetros de diámetro.
Bendinelli resaltó la evolución física del asturiano y remarcó: “Antes, con los coches cómo estaban, el cuello tenía que trabajar mucho más que ahora. Por ese entonces, yo siempre he pensado que Fernando tenía el cuello, los hombros y la parte superior del cuerpo como un boxeador, pero un boxeador bueno”.
Está establecido que durante las competencias los pilotos pueden experimentar entre 5 y 6 G de manera momentánea, lo que se traduce en un peso de casi 10 kg por G afectando el cuello. Además, un aspecto crucial de este entrenamiento es el de minimizar los riesgos tras un choque. En un impacto, la cabeza tiende a moverse violentamente, lo cual puede ocasionar un latigazo cervical, un peligro que puede ser significativamente reducido con músculos cervicales adecuadamente preparados.
Estos pilotos, verdaderos atletas de alta velocidad, incorporan a sus rutinas de entrenamiento metodologías y prácticas que los capacitan para enfrentar las demandas físicas de este deporte. Su rendimiento en la pista es tan dependiente de su técnica de conducción como de la fortaleza mental y la preparación muscular, en particular, de un cuello a prueba de fuerzas que superan lo ordinario.