El mundo del fútbol está de luto: Franz Beckenbauer falleció este lunes a los 78 años. Enseguida, el nombre de Carlos Bilardo se convirtió en tendencia. Es que el mito alemán, en su rol como entrenador, estuvo íntimamente asociado al Doctor, por las dos finales del mundo en las que se enfrentaron. En México 86 se impuso el argentino. En Italia 90, el teutón.
Claro que como futbolista el Kaiser sacó ventaja porque ostentó una estrella con los germanos en la Copa del Mundo del 74, algo que el Narigón no consiguió, más allá de su exitosa trayectoria en Estudiantes de La Plata, club en el que alzó cinco títulos internacionales. Sin embargo, el obsesivo DT albiceleste supo cómo contrarrestar esa diferencia ante las cámaras.
El video se hizo viral casi instantáneamente cuando murió Franz. Es de una entrevista con Mauro Viale en el canal A24. “Beckenbauer debe tener más títulos que vos”, lo aguijonea el periodista. “No”, responde el Doctor. “Le falta el de médico”, remacha, con una repentización maravillosa.
Ambos tuvieron un enfrentamiento épico en los pizarrones. En el 86, el triunfo fue de Bilardo con holgura, más allá de lo que marcó el resultado. Aún con Maradona cubierto, el funcionamiento colectivo le permitió a Argentina sacar dos goles de ventaja. Y, luego del empate, la fortaleza anímica de aquel grupo cincelado por el Narigón alzó la guardia para, a partir del pase de Maradona y la definición de Burruchaga, firmar la segunda estrella de la Selección a nivel mundial. Eso sí, riguroso como era, las fallas en la pelota parada casi le impiden festejar al técnico campeón del mundo.
En el 90, con un elenco diezmado (sin Caniggia, Olarticoechea y Giusti, por caso), y Diego y Ruggeri disminuidos físicamente, se impuso la Die Mannschaft debió apelar al polémico penal que Edgardo Codesal le sancionó a Sensini para doblegar el esquema pergeñado por el Doctor. Además, le puso una marca personal a Maradona, casi asfixiante, para que no frotara la lámpara como ante Brasil.
“Que él no pase. (Guido) Buchwald, es todo suyo. Usted es el que nos hará ganar el partido”, le dijo al pupilo al que le encargó la tarea. Y cumplió a la perfección. Lo raspó, lo persiguió, para no dejarlo jugar.
Luego, ambos orientadores entablaron una relación amable, compartieron congresos de la FIFA e incluso Bilardo supo utilizar a su antagonista para las batallas futboleras locales, sobre todo en momentos de efervescencia de su coque con César Luis Menotti. “Yo sólo discuto con Beckenbauer, que ganó un Mundial afuera de su país y salió segundo en otra ocasión. Con el resto, no”, fue su carta en más de una ocasión. El propio Franz respondió a aquel latiguillo, con gran sentido del humor.
“A mí me gusta mucho hablar con Bilardo porque es un gran coach, muy entusiasta y especial”, enfatizó. La rivalidad, pues, se limitó a los bancos de suplentes. Y para la pulseada de títulos, la respuesta del Doctor siempre ofició como telón de fondo...