Después de más de una década de parálisis, el Nou Mestalla, que aspira a convertirse en un emblema futbolístico de Valencia, parece que finalmente retomará su construcción de cara al Mundial 2030. La iniciativa del ex presidente del Valencia CF, Juan Soler, puesta en marcha el 1 de agosto de 2007, acumula 175 millones de euros invertidos en el esqueleto de lo que prometía ser uno de los estadios más destacados de España. Sin embargo, el proyecto se sumergió en un letargo que se ha prolongado durante 13 años.
Durante este período, la administración del Valencia ha registrado cinco propuestas distintas en la alcaldía de la ciudad desde la planificación inicial del arquitecto Mark Fenwick en 2006. A pesar de los esfuerzos y anuncios optimistas, la última vez que se trabajó en el sitio fue en 2009, según afirmó el diario The Athletic. “La falta de liquidez en las arcas del club de Mestalla ha hecho inevitable la detención definitiva y de manera indefinida de las obras de construcción del nuevo estadio del Valencia, cuya inauguración estaba prevista para la temporada 2010-2011″, informó en febrero del 2009 el diario español AS. Posteriormente, los presidentes Manuel Llorente y Amadeo Salvo sugirieron algunos ajustes, seguidos por Anil Murthy en 2018 y 2019; y LayHoon Chan, quien presentó nuevas variantes durante 2022.
A lo largo de cuatro mandatos municipales y con tres diferentes equipos de gobierno, el futuro del Nou Mestalla se ha debatido en numerosas ocasiones ante la prensa, pero los avances físicos han sido mínimos. El diseño original del estadio contaba con espacio para 75,100 espectadores, 3,450 plazas de aparcamiento, áreas recreativas, un museo del club, secciones VIP y un auditorio.
No obstante, la crisis económica de 2008 impactó de lleno en el desarrollo del proyecto. La financiación se truncó y el ritmo de la obra disminuyó hasta detenerse por completo el 17 de febrero de 2009, debido a la falta de recursos. Incluso antes de esta pausa, ya se habían propuesto modificaciones que incluían la reducción del aforo a 72,032 asientos y una disminución de plazas de estacionamiento para adaptarse a nuevas regulaciones.
Con la llegada de Amadeo Salvo en 2013, se renovaron las esperanzas de un renacimiento para el Nou Mestalla. El mandatario del club prometió que construirían “el mejor estadio que hay en Europa a todos los niveles”, eliminando las pistas de atletismo y reduciendo la capacidad a poco más de 60,000 espectadores. Fenwick manifestó su confianza en el proyecto, asegurando que “el peor asiento del nuevo Mestalla será mejor que el de cualquier estadio”.
Este optimismo se esfumó con el proceso de venta del club y las garantías de que el estadio estaría finalizado para el centenario del Valencia en 2019 nunca se materializaron. Peter Lim, a pesar de sus promesas, no asumió contractualmente dicha obligación.
La que parecía ser la mayor renovación del proyecto se anunció bajo la presidencia de Murthy en 2017, proponiendo un aforo de entre 55,109 y 64,584 plazas. Sin embargo, en agosto de 2022 se presentó un diseño totalmente nuevo, que vislumbraba capacidades de entre 49,058 y 70,020 espectadores, evidenciando una reducción significativa comparada con las cifras iniciales.
Después del rechazo del Ayuntamiento al proyecto de junio de 2022, el Valencia fue obligado a considerar un aforo inicial de 66,087 asientos. El club comunicó al Comité Organizador de la Real Federación Española de Fútbol para la Copa del Mundo 2030 que se presentaría un proyecto modificado que incluiría cambios menores. Ni las autoridades municipales ni el Valencia han detallado públicamente los contenidos del nuevo proyecto.
La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha hecho eco de este nuevo entorno de expectativa con respecto al Nou Mestalla. En una entrevista reciente a 99.9 Valencia Radio, Catalá se mostró confiada en que este será el año en que se retomen las obras del estadio, aunque también dejó claro que no antepone la posibilidad de que el recinto sea una de las sedes del Mundial 2030 frente a la resolución de este asunto urbanístico y el futuro del club de fútbol: “Creo que las obras van a arrancar. Se está tramitando esa licencia, se está haciendo un trabajo por parte del Valencia y mi sensación es que arrancan las obras”.
Sin embargo, explicó que no va a “volverse loca” con los tiempos de construcción, teniendo en cuenta la proximidad del Mundial 2030, que se desarrollará mayormente entre España, Marruecos y Portugal: “El Mundial siendo importante, que lo es y no le resto importancia, no es tan importante como solucionar el problema que tiene una de las entradas de la ciudad, que tiene ahí una obra como el nuevo Mestalla que nos abochorna a todos. Y no es tan importante como el futuro de la entidad más numerosa de toda la ciudad, que es el Valencia CF”, comentó.
“Al Mundial se puede llegar y no se puede llegar, y vamos a intentar hacerlo, pero no voy a volverme loca para llegar al Mundial y no voy a hacer cosas que no deba para llegar al Mundial. El nivel de exigencia es máximo en Valencia”, sentenció.