A pesar de tener 25 años, Federico Valverde ya es considerado como una figura con una trayectoria de peso en el Real Madrid. Es que desde su llegada al Merengue en 2017, dos años después que fuera contratado por el equipo tras ser la estrella del Sudamericano Sub 17 que se jugó en Paraguay en 2015, la carrera del volante uruguayo fue en ascenso.
Valverde, que se formó como futbolista en el club Peñarol, se mudó muy joven a la capital de España y fue allí donde encontró el amor. Se conoció con la periodista deportivo argentina Mina Bonino, se casaron y tuvieron dos niños: el primero en llegar al mundo fue Benicio y luego, a mediados del 2023, Bautista se convirtió en el nuevo integrante de una familia que vive el fútbol con pasión.
En las últimas horas se hizo viral una anécdota que vivió Pajarito junto a su pareja tras una dura derrota del Real Madrid. Corría el 2019 y el conjunto de la Casa Blanca era campeón defensor de la Champions League. Por los octavos de final, el equipo que por entonces era dirigido por Santiago Solari había ganado 2-1 en la ida frente al Ajax en Amsterdam, pero en la revancha, el resultado fue catastrófico: los locales cayeron 4-1 ante los dirigidos por Ten Hag y se despidieron de la máxima competición del fútbol de clubes en Europa.
¿Qué sucedió entre Valverde y Bonino tras el encuentro en el Santiago Bernabéu? Así lo recordó el volante uruguayo. “¿Recuerdas cuando el Ajax nos eliminó de la Liga de Campeones? Subimos al coche después del partido, yo estaba furioso, y lo primero que me dijo ella fue: “¿En serio, Fede? ¿Lo dices en serio? ¿Qué ha sido eso? ¿Así es como vas a jugar en el Real Madrid?”, contó en una extensa columna que se publicó en The Player Tribune.
“Le dije: ‘¿Crees que no lo sé?’. Ella dijo: ‘No arriesgaste nada. Tenés que pegarle. Es la parte más fuerte de tu juego’. Tuve que subir el volumen al máximo para no escuchar su análisis”, agregó el futbolista que hoy es una pieza clave para el andamiaje del conjunto que dirige Carlo Ancelotti.
“Lo peor -y nunca se lo diría, así que espero que no me esté leyendo- es que tenía razón. Jajajaja. ¡Qué lo parió! Somos una verdadera familia futbolera -un uruguayo más una argentina-, lo que suma un nivel de auténtica locura”, citó Valverde sobre la reacción de su esposa. “Está a otro nivel. Conoce muy bien el fútbol y es argentina, y ya sabes cómo son. Jajajaja. Haga lo que haga, nunca es suficiente”, concluyó en relación al debate futbolístico entre ambos.
Hay que recordar que Bonino es una ferviente fanática de River Plate y siempre mostró su devoción por el fútbol de los Millonarios, sobre todo en la era de Marcelo Gallardo, la que despidió con honores cuando el Muñeco decidió alejarse de la dirección técnica del club de Núñez. “Veníamos de una época mala, donde ningún técnico duraba más de tres temporadas. Seguramente pensamos que no iba a ser la excepción. Lo fue. Fue la excepción que el hincha necesitaba. Nos devolvió la historia. La fe y, sobre todo, el sentido de pertenencia”, escribió Mina en sus redes tras la despedida de Gallardo de River.
En esa columna, Valverde también explicó el cambio que fue para él su llegada a Madrid para sumarse al Castilla (paso previo a sumarse al plantel profesional) y el impacto que le causó ver la diferencia de los juveniles con su pasado como jugador en Uruguay.
“Miraba para los costados y veía que usaban relojes que seguro costaban más que la casa de mis padres. Entonces me hizo el click”, recordó.
“Así que estoy ahí sentado, con la ropa sucia y no me quiero sacar ni los zapatos. Todos empiezan a irse para las duchas y ahí yo veo calzoncillos Gucci. ¡Carajo! ¿Hasta eso inventaron? ¿Cuánto puede costar algo así?. Y yo lo único que pensaba era: ‘Espero que los míos de hoy no tengan agujeros. Le pido a Dios que mi mamá los haya controlado cuando los lavó’. Me quedé ahí sentado por 20 minutos haciéndome que miraba algo realmente importante en el teléfono. Lo único que quería era perder el tiempo. Nunca me sentí tan chiquito. Esperé a que todos se ducharan y se fueran al estacionamiento, y finalmente me cambié cuando sólo quedábamos el utilero y yo”.