Oficialmente Italia ha suprimido el Decreto Crescita, que había sido aprobado en 2019 y cuya derogación marcará un duro antecedente para el fútbol de ese país. Se trata un descuento fiscal que beneficiaba a los futbolistas extranjeros en la Serie A y a los clubes que los fichaban.
El Gobierno italiano decidió en octubre no incluir en los Presupuestos 2024 los beneficios fiscales que hasta ahora servían a los equipos para poder contratar con cierta facilidad a jugadores extranjeros. El mismo permitía una gran rebaja en materia de impuestos para el jugador, que solo pagaba el IRPF correspondiente al 50% de su salario. Un aliciente para cerrar su llegada a Italia que traspasaba lo estrictamente deportivo.
Para que el deportista pudiera obtener el beneficio fiscal había que cumplir tres sencillos requisitos: haber residido en el extranjero durante los dos períodos impositivos anteriores al traslado a Italia; permanecer en Italia durante dos años después del traslado de residencia -lo que obligaba a la firma de un contrato de dos años-; y ejercer la actividad laboral principalmente en Italia.
En Europa se conoce a esta ley como “Ley Beckham”, ya que así se la bautizó popularmente en España cuando se instaló en 2005. En aquel momento se hizo para todos los trabajadores extranjeros de cualquier índole, pero tuvo un impacto directo en el fichaje del por entonces jugador inglés David Beckham, que en 2003 había llegado a Real Madrid procedente de Manchester United.
En Italia, el nuevo decreto mantiene el beneficio fiscal a los trabajadores que reúnan los requisitos de alta cualificación o especialización, una categoría que excluye a los deportistas. “A los trabajadores por cuenta ajena o por cuenta propia que trasladen su residencia fiscal a Italia se les concederá, a partir de 2024, un nuevo régimen subsidiado por un máximo de 5 años”, explicó el Gobierno en octubre pasado.
La supresión del Decreto Crescita, que obliga a los clubes a cambiar de estrategia, favorecerá el desarrollo del talento italiano, un debate abierto en el calcio desde hace años por la crítica a la falta de oportunidades para italianos en los primeros equipos de la Serie A, que buscan jugadores fuera impulsados por el beneficio fiscal.
Por otro lado, hará más difícil que los clubes puedan fichar estrellas internacionales, por lo que la Serie A perderá atractivo para los fanáticos que la siguen por TV. Es por esto que muchos anticipan que este podría ser el final del calcio como una de las ligas más poderosas de Europa, que hoy se ubica segunda por detrás de la Premier League, con audiencias similares a las de España.
Los responsables de los principales clubes de Italia han alzado la voz para manifestarse en contra, como pro ejemplo Beppe Marotta, CEO del Inter de Milan: “No concierne sólo a los jugadores sino también a los entrenadores, como Mourinho”, declaró al poner como ejemplo al actual técnico de la Roma. “Es un gol en propia puerta. Seguro que cambian las estrategias de los clubes, habrá un empobrecimiento a nivel de calidad”, insistió.
También Giorgio Furlani, CEO del Milan, se había manifestado en septiembre pasado, antes de que se anunciara la eliminación del decreto: “Sería la destrucción del fútbol italiano”. Algo similar manifestó el senador Lotito, . “Juventus, Milan y Roma están destruidos sin el Decreto Crescita. No es bueno porque el Estado no recauda el dinero. Si tienes un extranjero que paga impuestos en Italia, será mejor que alguien que no viene y no los paga, ¿verdad?”. “Quien eliminó el Decreto Crescita cree que hizo bien pero en realidad ha bajado el nivel del fútbol italiano”, agregó Giovanni Carnevali, responsable del Sassuolo.
Además, los recientes fichajes en el mercado de verano se verán afectados por el carácter retroactivo de la norma. Es decir, jugadores recién incorporados como Christian Pulisic y Loftus-Cheek en el Milan; Benjamin Pavard y Marcus Thuram en el Inter; o Housem Aouar y Evan Ndicka en el Roma, entre otros tantos, estarán sujetos a la nueva fiscalidad que entró en vigor el 1 de enero.