Buffon propuso cambiar una regla de casi 150 años para que haya más goles

El ex guardameta de la selección de Italia se retiró en agosto de este año y ahora impulsa una modificación reglamentaria

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Gianluigi Buffon se retiró en
Gianluigi Buffon se retiró en agosto de este año (Reuters)

Gianluigi Buffon es considerado como uno de los mejores arqueros de la historia, además de ser una leyenda del fútbol italiano y de la Juventus. Por eso, su opinión no es una más en el ambiente y mucho menos si se manifiesta sobre la posibilidad de cambiar reglas del deporte más popular del planeta. Así lo hizo esta semana en una nota en la que expresó su deseo de actualizar el reglamento.

Si bien en los últimos tiempos el fútbol ha visto profundas modificaciones, como por ejemplo la inclusión del VAR o la ampliación a cinco cambios por equipo, en general no es un deporte que se altere demasiado. Es justamente por eso que llamó más la atención la propuesta del ex Parma.

Para Buffon, es hora de agrandar los arcos en pos de aumentar la cantidad de goles: “Se habla de ensancharlos y creo que se podría empezar a pensarlo. Cuando empecé, en 1998, yo estaba entre los cinco más altos de la Serie A. El año pasado, en el Parma, también estaba entre los cinco más altos... ¡Pero de los 22 en el campo! Las medidas son las mismas desde 1875 y eran, quizás, demasiado grandes, luego hubo 50/60 años en los que fueron adecuadas, ahora, viendo algunos porteros y algunos atletas, te deja pensar... En el voleibol se discute sobre la altura de la red, por ejemplo. El efecto de la altura de los porteros lo ves en los remates desde lejos: hace 30 años, cada 50 tiros marcabas 10 goles, hoy es mucho si marcas tres. Desde lejos es muy difícil marcarle un gol a un portero de dos metros”, comentó en diálogo con TuttoSport

Los arcos miden 7,32 metros de ancho por 2,44 metros de alto desde hace casi 150 años. Incluso, desde aquella época han habido cambios sustanciales, como que el arquero no pueda tocar la pelota con sus manos si se la pasa un compañero (1992), la irrupción de las tarjetas rojas y amarillas (1970) y, la más revolucionaria, la ley del offside (1925). Pero, nunca se barajó la idea de agrandar los arcos.

Por otro lado, habló sobre cómo lleva la vida después del retiro: “Estoy feliz, me ocupo de muchas cosas y llevaba cuatro o cinco años pensando en colgar los guantes. Hasta el último día en el que jugué, sentía poder competir a un nivel muy alto y quería ser un ejemplo para mis hijos, demostrarles que nadie puede ponerte límites. Además, volver a abrazar al Parma, donde he crecido, era otra razón: siempre me quisieron mucho”.

En este sentido, ha encontrado un nuevo placer: “Nunca pienso en volver a jugar. Buscaba una excusa para parar y la lesión en el gemelo del año pasado durante el playoff ante el Cagliari fue perfecta. Necesitaba tres o cuatro meses para recuperarme y entendí que había llegado el momento. Luego vino el curso para ser director deportivo, y ahora un máster en la Bocconi para ser directivo de empresa. Descubrí el placer de aprender. La vida está organizada mal: nos hacen estudiar cuando somos jóvenes y no tenemos ganas. Habría que hacerlo al revés”.

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