Tres carriles cortados en la emblemática Avenida Corrientes, personal de tránsito desesperado por ordenar a los vehículos particulares, un extenso vallado de varias cuadras que alcanzó la intersección de la calle Humboldt, la participación de más de 700 voluntarios y un riguroso operativo de seguridad marcaron las pautas de que no se trataba de un espectáculo habitual en el Movistar Arena.
En esta ocasión, el recinto porteño no iba recibir a los fanáticos de Andrés Calamaro, Ciro y los Persas, Maná o Axel. En el moderno escenario en el que generalmente se destacan artistas internacionales de diversos géneros musicales se desarrolló la inauguración de los Juegos Macabeos Panamericanos. La 15ta edición de la cita internacional que reúne a los atletas judíos de toda la región será especial, porque contará con delegaciones invitadas de Europa, África y Oceanía.
Fue una ceremonia cargada de entusiasmo y euforia, aunque también hubo un espacio para la reflexión. Es que antes del inicio del desfile de los deportistas, el dramático episodio que ocurrió el pasado 7 de octubre se instaló en la memoria colectiva a causa de las víctimas de Israel que fueron secuestradas y asesinadas por el terrorismo islámico. Y con un mensaje de paz, los presentes exigieron la liberación de los cientos de individuos que aún permanecen secuestrados.
Las gradas del estadio se fueron poblando a medida que fueron desfilando los competidores de las 21 delegaciones que disputarán la cita internacional. Desde Europa llegaron reducidos equipos de Alemania, Francia, Hungría, Suiza, Gran Bretaña (los de mayor convocatoria del Viejo Continente) e Italia. Lo llamativo fue que con La Nazionale se presentó un solo integrante. Y lejos de sentirse solitario, el abanderado recibió el afecto del resto de los presentes con una ovación, mientras en los parlantes se escuchaba la canción Gloria.
Una situación similar ocurrió cuando llegó el turno de Zimbabue, que será representado por un único deportista, mientras que Sudáfrica se presentará con 5 atletas. A pesar de las distancias, los australianos llegaron a Buenos Aires con un gran número de jóvenes que aportaron el color con sus canguros inflables, aunque Brasil no se quedó atrás cuando la samba se instaló en el ambiente.
Los 60 chilenos prometieron “garra y corazón” y los 30 panameños fueron seguidos por los 20 integrantes de la comunicada hebrea de Cuba.
El rock de los Guns N´Roses y el Welcome to the Jungle le dio el ingreso a uno de los países más convocantes: Estados Unidos, que con más de 700 representantes intentará liderar el medallero. México, en tanto, fue el tercer país que más deportistas inscribió con 376 aspirantes a las medallas que bailaron al ritmo del Mariachi Loco.
Una familia de Paraguay, un trío de Venezuela, una cuarentena de uruguayos y más de 50 peruanos que “eligen creer” marcaron el paso previo a los invitados especiales de Israel. Finalmente, los argentinos hicieron sentir su pasión con entusiasmo y optimismo. El hit de Muchachos que tantas alegrías representó en el último Mundial de fútbol que se disputó en Qatar fue el motivo ideal para que la euforia se instale en cada uno de los convocados. Y lejos de medir sus reacciones y acaparar los protocolos, el Presidente de la Nación Javier Milei sorprendió a los atletas entonando la canción que se convirtió en himno en Medio Oriente y se acercó hasta la pasarela para saludar a cada uno de los protagonistas. Olé, olé, olé, olé... Milei... Milei... respondieron desde todos los sectores de las tribunas. Y la fiesta continuó el discurso que brindó el Jefe de Estado.
“Hoy Argentina vuelve a ser sede de los Juegos Macabeos, después de 16 años”, comenzó el líder libertario y considero al evento como “una verdadera congregación del pueblo judío”.“Al sacrificio y la pasión le corresponde tarde o temprano una recompensa, pero también es el ámbito donde aprendemos a convivir con el adversario, en el deporte y en todos los órdenes de la vida”, subrayó en relación al aspecto deportivo. Y agregó: “La sana competencia es donde nos ponemos a prueba y nos exigimos. Donde aprendemos el valor de perfeccionar nuestras habilidades. También es el ámbito donde aprendemos a convivir con nuestro adversario y a competir con gente que no conocemos. Esto ocurre en el deporte pero también en todos los órdenes de la vida. Muchas veces dije que no vine a guiar corderos, sino a despertar leones. Veo en los Juegos Macabeos este espíritu de excelencia y coraje. Y a los más de 3.000 deportistas les digo que sean fuertes y valientes”.
“La historia de Macabeos es para mí muy importante. Recuerdo que estábamos asumiendo como diputados y un periodista me dijo ‘qué pueden hacer ustedes dos adentro de un grupo de 257′. Y le respondí citando el libro de Macabeos 1° 319 que dice que la victoria en la batalla no depende de la cantidad de soldados sino de la fuerzas que vienen del cielo. Y sin lugar a dudas, las fuerzas del cielo probaron ser más fuertes. Acompaño al pueblo en este contexto y me comprometo con el Estado de Israel en la lucha contra el terrorismo islámico. Por la paz y la libertad, viva la libertad carajo”, concluyó el funcionario.
La delegación argentina está compuesta -entre deportistas, entrenadores, ayudantes y delegados- por 850 personas que van a estar compitiendo desde este jueves y hasta el 4 de enero. Dano Mayantz Remes es el jefe de la delegación argentina en los Juegos Macabeos y tesorero de la Federación Argentina de Centros Macabeos Comunitarios (FACCMA) que es la organizadora del evento. Dano confirmó a la Agencia AJN que 75 israelíes llegaron al país en el marco de la guerra con Hamás y formarán parte de los Juegos que se realizan cada cuatro años alternando dos años y dos años con las Macabeadas Mundiales.
Estos juegos tienen sus raíces en la historia judía y fueron revitalizados en el siglo XX como una forma de fortalecer los lazos culturales y deportivos entre la diáspora judía. Además de las competencias deportivas, los Juegos Macabeos suelen incluir eventos culturales y sociales que fomentan el intercambio cultural y la solidaridad entre los participantes.