Los secretos del drástico cambio físico de Shaquille O’Neal, que ya bajó 40 kilos: “Cuando te golpean con la palabra ‘muerte’, todo se modifica”

El gigante de 2m16 entendió lo que siempre le había aconsejado Kobe Bryant, mejoró su dieta y se metió en un gym para intentar llegar al físico que tuvo hace 25 años. Cómo los equipos NBA mentían con su peso y la info de su nueva rutina, con fotos impactantes.

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Antes y después. Shaq durante la pandemia de COVID19 y ahora, tras bajar más de 40 kilos
Antes y después. Shaq durante la pandemia de COVID19 y ahora, tras bajar más de 40 kilos

“Si Shaq hubiese tenido mi ética de trabajo, habría sido el mejor de todos. Y nosotros, juntos, habríamos ganado más títulos”. Kobe Bryant no tuvo dudas cuando le preguntaron sobre qué hubiese pasado si O’Neal habría tenido su nivel de profesionalismo. Pero, claro, esto no fue así. En el mejor momento suyo y de aquellos Lakers que fueron tricampeones, el pivote pensó que, con lo que tenía, le alcanzaba. Y no se cuidó lo suficiente. O, al menos, lo que Bryant pensaba que debía para seguir siendo dominante. Así -y no sólo por eso- empezaron los cortocircuitos entre ambos y la dupla que dominaba la NBA se separó, en 2004, cuando todavía podía seguir ganando… Casi dos décadas después, Shaq entendió lo que le pidió Kobe y, tras más de dos años de una rutina de cuidados y entrenamientos que nunca aplicó cuando fue jugador, está recuperando su mejor forma física. Así lo cuenta y lo muestra en fotos que impactan, a sus 51 años. Ya bajó más de 40 kilos y está llegando a los 145 que tuvo en su mejor nivel, lejos de los 190 que llegó a pesar en los Lakers y a los más 200 que llegó a tener varios años después de su retiro.

“Un día vi a un tipo de 70 años que tenía músculos en todas partes del cuerpo. Si él puede, por qué yo no, pensé. Y así comencé a cambiar, mejoré mi dieta y me metí en el gimnasio”, admitió Shaq, un verdadero personaje que, cada tanto, suele subir fotos de su nuevo físico, que sorprende luego de haberlo visto con exceso de peso durante décadas.

Asegura que ya perdió más de 40 kilos con su nueva rutina que incluye ir al gimnasio casi todos los días, sumar un entrenamiento de cardio entre dos y tres veces por semana y mejorar su dieta, especialmente dejando de comer algunas debilidades, como la comida chatarra, los fritos, los procesados, el chocolate, el pan, los sandwichs, las tortas y las Oreos de limón; pasando a comer ensaladas, pollo, frutas, verduras y batidos de proteínas, todo en dosis moderadas. Aseguran que ya bajó a 10% la grasa de su cuerpo y que hasta empiezan a verse algunas abdominales en su zona media.

Shaq sobre su nuevo entrenamiento: “Hago 20 minutos de cardio y trabajo la fuerza del pecho, triceps, biceps, abdominales, espalda y luego me voy”
Shaq sobre su nuevo entrenamiento: “Hago 20 minutos de cardio y trabajo la fuerza del pecho, triceps, biceps, abdominales, espalda y luego me voy”

Durante su carrera, aseguró, no creía que su dieta afectara su rendimiento, por lo que no pensaba mucho en lo que comía. Admite que hubo un momento, luego del tricampeonato con los Lakers (2000-2002), llegó a pesar 188 kilos pese a que la información oficial de la franquicia decía 148.

Sólo después de retirarse se dio cuenta de lo que podría haber logrado si se cuidaba más. Ahora, claro, se arrepiente. “Si hubiera prestado atención probablemente podría haber sido como Udonis Haslem y haber jugado más 20 temporadas, pero lo hice a mi manera. Realmente no lo tomé en serio hasta que me miré al espejo seis o siete años después de retirarme. Me veía terrible. No tenía definición y, básicamente, estaba gordo. Muy gordo”, admitió.

También tuvo que ver la muerte de dos personas muy importantes en su vida. En octubre de 2019 falleció su hermana, Ayesha Harrison-Jex, de apenas 40 años, y, solo 3 meses más tarde, en enero de 2020, su antiguo compañero Kobe Bryant. “Fueron meses malos y no sentía ningún tipo de motivación. Cuando no quieres hacer nada, pero necesitas mantenerte alejado de los problemas, hay dos cosas con las que entretenerse: comer y ver Netflix”, comentó quien llegó a superar los 200 kilos.

Pero todo cambió hace al menos dos años. Hoy hace ejercicios cardiovasculares al menos tres días a la semana. “Esta forma de cardio implica alternar entre breves ráfagas de actividad intensa seguidas de un breve descanso. Es un formato muy similar al básquet, así que estoy seguro de que Shaq no tiene ningún problema con esta forma de ejercicio para quemar grasa. El cardio promueve eficazmente la pérdida de peso, especialmente el HIIT o el entrenamiento en intervalos de alta intensidad”, afirmó el experto -Destiny Moody- que lo aconseja.

Una postal de cuando jugaba en Los Ángeles Lakers
Una postal de cuando jugaba en Los Ángeles Lakers

De la mejor alimentación dio detalles él mismo. “La rutina se inicia con un desayuno saludable que incluye tres salchichas de pavo, cuatro claras de huevo y muchas frutas. En el almuerzo puede ser una ensalada con algo de pollo y a la noche voy con pescado o carne vacuna, con algo más”, explica. Esto, sumado a un descanso programado, le han permitido “tener más energía, sentirme mejor y poder hacer cosas que antes no podía”.

Se refiere e entrenarse más, especialmente con pesas, que durante su carrera pocas veces tocaba. “Hago 20 minutos de cardio y trabajo la fuerza del pecho, triceps, biceps, abdominales, espalda y luego me voy”, precisó Shaq. Luego hace un ‘extra’ de 30 a 45 minutos al día, con limitaciones, claro. “Todavía tengo las caderas maltrechas y las articulaciones doloridas, así que no puedo estar saltando y corriendo. Básicamente es un entrenamiento de viejo. No puedo hacer todas esas cosas de crossfit. Traté de correr el otro día y dije «¿cómo fui uno de los mejores atletas del mundo?”, mencionó entre risas el cuatro veces campeón de la NBA.

La disciplina es la clave, según O’Neal. “Todavía puedo comer siempre que lo haga de manera saludable y sacando algunas cosas que no me ayudaban, como los Cheetos, los pastelitos, cosas así. Ni hablar de los sandwichs. Siempre me gustaron, para comer, cenar y merendar. Incluso a veces me levantaba a las tres de la mañana y me preparaba una bocata. Y si abría los ojos a las cinco, hacía lo mismo”.

Su objetivo de acondicionamiento físico, explica, se debió a dos motivos. Uno es estético. “No quiero que mi estómago cuelgue sobre su cinturón. No quiere desarrollar el tan temido ‘OTBB’ o ‘Over The Belt, Barkley”, que en castellano significa “Sobre El Cinturón, Barkley”, en referencia a su amigo, colega y compañero de retransmisiones en la cadena TNT, donde suelen cargarse por el sobrepeso de ambos.

Así se ve de delgado hoy, pero no solo mejoró en el aspecto
Así se ve de delgado hoy, pero no solo mejoró en el aspecto

El otro tuvo que ver con la salud. “Recuerdo que fui al médico luego de 11 años y me enteré de cosas que ni siquiera sabía. Como de mi apnea de sueño. Me dijo que podía causar hipertensión o accidentes cerebrovasculares. ‘Podés morir’, me aclaró. Y yo le pregunté ‘¿qué? ¿Puedo morir?’’. Me dijo que sí, que el sobrepeso no ayudaba en nada, al contrario. Ahora todo mejoró pero sigo durmiendo con una máquina al lado para controlar el proceso. Cuando te dice esa palabra que comienza con di y termina con e (por die, morir en inglés), todo cambia”, aclaró.

Shaq también admitió problemas con los calmantes: “Era dependiente, no adicto. No es lo mismo. Mis riñones estaban muy débiles, así que ya no tomo analgésicos. Algunos días, cuando no podía moverme, me tomaba uno o dos, sólo para ponerme en marcha. Pero ya no. Cuando a uno lo golpean con la palabra “muerte”, cambian muchas cosas”, reconoció.

Es otro Shaq. Ya no juega, ya no domina. Pero tomó consciencia de la importancia de la salud y sus cuidados. Y cómo se puede vivir de otra manera.

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