El Rally Raid es un deporte extremo en el que hasta quienes integran la élite pueden llegar a tomarse un mal trago. El salteño Kevin Benavides defenderá su título en Motos en el Rally Dakar sin estar en las condiciones óptimas debido a las lesiones que sufrió este año; la última, una fractura del peroné de la pierna izquierda que padeció el pasado 3 de diciembre, a 33 días del inicio de la cuadragésima sexta edición de la carrera más dura del mundo que por quinta vez se disputará en Arabia Saudita.
El único argentino ganador en las dos ruedas en la mítica carrera se operó y llegará con lo justo al comienzo de la carrera. “Estoy en siete puntos”, reveló el piloto oficial de KTM en una rueda de prensa con medios de Latinoamérica en la que participó Infobae. El próximo 9 de enero cumplirá 35 años, celebración que llegará otra vez en Medio Oriente. En 2021 logró su primera victoria, en aquella ocasión con Honda, y 2023 repitió, pero defendiendo los colores de la casa austriaca.
Hasta la inauguración del Campeonato Mundial de Rally Raid en 2022, la mayoría de los participantes quizá pasaban meses sin competencia, salvo algunas pruebas puntuales. Este año su hermano Luciano, también motociclista, se convirtió en el primer argentino en ganar la corona en el certamen ecuménico. Como contará Kevin, estuvo a punto de bajarse del Rally Dakar por hacer solo 30 segundos en una práctica con su moto en los Estados Unidos. Luego de masticar bronca, Benavides rompió el silencio.
-¿Cómo fue la lesión?
-Lamentablemente el 3 de diciembre las cosas no salieron como uno pensaba. Me encontraba muy bien físicamente, había hecho una muy buena pretemporada, sacando las lesiones del fémur y la muñeca. Estaba bien, fui al gimnasio y fuimos a girar para hacer un shakedown, un primer contacto antes de empezar las pruebas. Apenas salí hice 300 metros arriba de la moto y haciendo una curva a la izquierda, derrapando un poquito, parado, asenté el pie de una manera normal, como lo hice millones de veces, y lamentablemente se me tiró el pie hacia otro lado. Me provocó un dolor muy grande en ese momento. Intenté seguir andando porque dije “no puede ser que pase algo así”. Cuando volví, estaba como si fuese un esguince y pensé que era eso porque fueron solo 30 segundos que anduve en moto. Increíble. No podía caminar y la gente del equipo me pidió que me hiciera una placa y ahí me dieron la noticia de que tenía la fractura del peroné. Fue un sabor difícil de explicar porque te subís a la moto y en solo 30 segundos te pasa una cosa así, luego de un año complicado que también viene de lesiones... Esa misma tarde empezamos a analizar las opciones con el equipo, una era ir a cirugía, la otra no. Elegí operarme, que era la que me daba más seguridad para enfrentar un Dakar, que no es una carrera de cinco días. Viajé a Barcelona, para operarme con el equipo del Dr. Mir, que opera a la mayoría de los pilotos del MotoGP. Tiene mucha experiencia en ese ámbito y sobre todo uno sabe de las urgencias que tiene el piloto. Pero en el deporte, fallar es parte del mismo proceso y lo tomé como lo más positivo posible.
-¿De uno a diez en qué condiciones llega al Dakar?
-Me operaron el 5 de diciembre y desde ahí empecé la recuperación. Estoy muy bien y el 18 me sacaron los puntos. Quedan dos semanas más para el inicio del Dakar. Creo que estoy en un siete y luego deberé aguantar el dolor.
Este Rally Dakar se largará el 5 de enero y terminará el 19. Serán 4.727 kilómetros de tramos cronometrados (3.164 de enlace). Estrenará un desafío particular con una doble etapa maratón de 48 horas, es decir, dos jornadas en las que los competidores no tendrán asistencia de sus equipos y deberán hacer las veces de mecánicos. Otra vez volverá a disputarse en el “Empty Quarter” (cuarto vacío), que recibe ese nombre porque ocupa un cuarto del territorio del país árabe y es el segundo desierto más grande del planeta detrás del Sahara.
-¿Qué pensás del nuevo recorrido?
-Será un Dakar muy físico, duro, con muchas piedras en las primeras etapas y en las últimas. Esto va a influir en la parte física del piloto y en el cuidado de las motos. En la mitad vamos a tener esta etapa maratón doble y que la vamos descubriendo con información que la organización está dando. Va a ser interesante al ser algo diferente. No coincido sobre dónde nos van a parar el primer día, sobre todo los pilotos de adelante, para que al otro día no queden tan pocos kilómetros. Es como que a medida que va saliendo un poco de información vamos descubriendo cómo encarar una etapa de esa manera y armar una estrategia. En el Dakar tenés que tener la mejor consistencia posible, es largo.
-¿Cómo vivieron este año en tu familia con tu triunfo en el Dakar y el título de Luciano?
-Fue un año increíble. En mi caso una alegría inmensa empezar ganando el Dakar y con la ilusión de poder pelear por el título del mundo. Aún no pude lograrlo, pero las lesiones me han quitado las chances. Apareció Luciano, que en el Dakar terminó sexto, en una gran actuación siendo el más ganador de etapas, empezó a tener una consistencia increíble en cada una de las carreras, en Abu Dhabi, en México, aquí en el Desafío Ruta 40, y se fue de acá con la ilusión de poder pelear por el título y yo sabía que lo podía hacer, por eso viajé a Marruecos a acompañarlo. Mi ilusión sigue siendo el campeonato del mundo, pero qué mayor orgullo que mi hermano lo pudo lograr. Aparte, como somos bastante competitivos, él quiere lo que yo tengo y yo quiero lo que él tiene. Pero siempre nos ayudamos para ser mejores. Esa es la clave nuestra, de poder tener a alguien con quién medirse. Contento por él porque está en un gran momento de cierre de fin de año.
Como indicó Kevin, la reciente lesión no fue el único golpe que tuvo en 2023. En la previa al Desafío Ruta 40, la cuarta fecha del Campeonato Mundial que se corrió en nuestro país, también sufrió una caída y le provocó una lesión en la muñeca derecha que lo marginó de poder correr ante su gente. Sumado a esta previa complicada en el Rally Dakar, también tuvo una frustración en la edición de 2017 en la que no pudo correr en la Argentina también por una fractura en la mano.
Este medio le preguntó cómo le afecta la confianza en esta clase de alternativas y cuánto vale el factor mental en estos casos. El salteño reconoce las dificultades y explica cómo atraviesa estos golpes un deportista de alto nivel.
“Eso se llama gestión interna de las emociones. Trabajamos mucho con mi psicólogo, Gustavo Ruiz, también el Chino Freytes (Augusto) es un gran motivador que tengo y es mi entrenador de motos. Todo mi equipo, mi fisioterapeuta, mi entrenador físico, mi familia, todos me apoyan para mantenerme siempre arriba. Yo hace 31 años que ando en moto, no creo que me olvide por 15 días. Confío en el piloto que soy, en la cantidad de tiempo que pasé arriba de las motos y aparte hice muchos entrenamientos. Antes del Desafío Ruta 40 estuve mucho tiempo andando en moto y también en noviembre anduve muy bien con los tiempos. Ahora será cuestión de subirme y sé que los primeros días del Dakar serán de adaptación para poder volver a sentirme bien y demás. Pero el Dakar es tan largo que al final te volvés a adaptar a la moto, a la navegación y será una carrera en la que habrá que jugar inteligentemente y no veo inconvenientes. La confianza sobre la moto va a volver y uno tiene que estar preparado para todo. Lamentablemente no hay una explicación y esta vez estaba bien entrenado, concentrado y fue mala suerte o no sé qué pasó. La forma en cómo bajé el pié la repetí millones de veces y nunca pasó nada”.
-Por todo lo comentado, ¿empezás en desventaja este Rally Dakar?
-Prefiero que sea así. Pero como piloto voy a dar el cien de lo que pueda dar. Será lo que tenga que ser. Soy consciente de la lesión que arrastré. Es difícil encontrar una explicación. Yo no he sido tanto de caerme en mi carrera.
Kevin comenzó corriendo en el Enduro, que son carreras de Motocross más extensas, pero el paso al Rally Raid fue algo totalmente nuevo por la navegación. En ese aprendizaje recuerda y agradece a la familia chilena Cornejo. “Chile es un lugar muy importante para mí, no solo en el Rally sino también en el Enduro y tuve muchas oportunidades de viajar. En el Rally fue muy importante gracias a Pepe Cornejo, el padre de Nacho (también piloto de Motos en el Rally Dakar) con el que en 2015 fui a su casa por primera vez. Nacho ya hacía Rally, pero recién estaba empezando. Apenas llegué no sabía nada, pero al segundo día me mandé solo al desierto y eso lo sorprendió a Pepe porque ninguno de sus alumnos pudo hacer eso”.
-¿Tenés pensado cambiar de categoría?
-Cada vez hay que ir mirando otros horizontes. Quiero ganar el Mundial. Todavía me siento con ganas de seguir corriendo un par de años más. El día que sienta que no tenga ganas diré “hasta aquí llegué”. Igual, si llega a aparecer un buen equipo, estuve probando un UTV hace poco tiempo y me sentí muy a gusto, muy cómodo. Me gustaría poder navegar yo solo con mis instrumentos.
-¿Qué mejoró KTM en la moto para el próximo Rally Dakar?
-La fábrica sigue trabajando en el desarrollo de la moto, que la de este año es estéticamente igual, pero tiene mejoras en el chasis, suspensiones, electrónica y demás. En este Dakar la etapa maratón lo único que va a tener es la arena y lo que más van a sufrir son los discos de embrague. A partir de ahí dependerá del manejo de cada uno de los pilotos y tendremos que llevar un juego de repuesto cuando se pueda hacer la asistencia al final del día.
-¿Quién son los cinco pilotos que pueden ganar el Rally Dakar en Motos?
-Luciano está muy fuerte. A Toby Price (KTM) y Ricky Brabec (Honda) también los veo bien. Pablo Quintanilla (Honda) y luego Tosha Schareina (Honda), que viene haciendo un gran trabajo. Siempre hay pilotos que vienen haciendo un gran trabajo. Skyler Howes (Honda), Adrien Van Beveren (Honda), Daniel Sanders (Gas Gas), según como sienta el fémur, Ignacio Cornejo (Honda) y Joan Barreda (Hero). Pero hay diez pilotos fuertes que son de los equipos oficiales que pueden ganar.