El regreso de película de Ja Morant a la NBA tras los 25 partidos de suspensión: de su desafiante festejo a las dudas sobre su futuro

La superestrella la rompió en el triunfo de Memphis Grizzlies tras ocho meses sin jugar por la sanción: 34 puntos y el doble ganador del partido. La lupa sobre sobre su entorno. ¿Aprendió?

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“Yo soy un amigo”. Ja Morant no dijo friend o buddy, cuando se refirió -en inglés- a su forma de ser, tras su noche de película en la NBA. Eligió la palabra dawg, en slang, el inglés callejero que lo define como jugador y persona. La nueva superestrella es así. Juega como en la calle y, a veces, se comporta como si estuviera en una de ellas. Conductas que le valieron una durísima sanción de la competencia (25 partidos) y de la cual volvió justamente este martes a la noche. A su estilo y con su sello.

Una actuación magistral, soñada. Los tambaleantes Grizzlies, su equipo, llegaron a perder por 24 puntos ante New Orleans y Morant llegó al rescate. Metió 34 puntos en total, 27 en el segundo tiempo y 14 en el último cuarto, cuando directamente tomó el control del juego y terminó desatando la fiesta con un doble ganador, casi que jordanesco, en la última jugada.

Un regreso de película, digno de su espectacular forma de jugar. Claro, después, también fue él. Festejó de forma desafiante, parado, mirando seriamente a todos, casi que de forma callejera. Y después de dar una breve entrevista en el campo, en la que habló del trabajo y el sufrimiento por no jugar durante ocho meses, salió corriendo por el pasillo hacia el vestuario y en los gritos dejó claro de lo que piensa de la sanción de la NBA. “Yo también guardo recibos/facturas”. El pibe no se calla. Habla en la cancha y afuera. ¿Será el camino? El tiempo dirá…

Por lo pronto, la figura más electrizante de la nueva camada regresó tras ocho meses. Su último partido había sido el 28 de abril, cuando los Lakers eliminaron a Memphis en el Juego 6 de la primera ronda de playoffs. Pero luego, ya en vacaciones, tuvo semanas de furia y descontrol que le costaron la dura sanción que la NBA anunció el 16 de junio. Los 25 partidos, que algún momento se pensaron que serían más, tuvieron que ver con episodios fuera de la cancha, cuando el 13 de mayo hizo una transmisión en vivo de redes social y volvió a mostrar un arma en sus manos. Lo mismo que había hecho el 4 de marzo, en un club de Memphis. “Conducta perjudicial para la liga”, informó la NBA, dejando claro que no iba a tolerar estas desafiantes actitudes de su nueva estrella. También informó que debería cumplir ciertas condiciones para su retorno, como ir a un programa terapéutico.

Morant metió 34 puntos en total, 27 en el segundo tiempo y 14 en el último cuarto
Morant metió 34 puntos en total, 27 en el segundo tiempo y 14 en el último cuarto

La NBA monitoreó el caso durante meses y hasta el mismo jugador admitió que hace días estuvo reunido con Adam Silver, el comisionado. “Vino, vio cómo estaba. Me dijo que estaba ilusionado por mi regreso, que lo disfrutara”, aseguró Morant, quien destacó que está decidido a seguir creando una relación estrecha con Silver. También en conferencia de prensa se refirió a la noche especial que vivió en su regreso. “Fue el final perfecto, el día perfecto, regresar y lograr el tiro ganador. Puse mucha confianza en Dios, sé que tiene un plan para mí. Me preparé para esto durante casi 8 meses. Pasaron 8 meses sin jugar, pero nunca dejé de tener confianza en mi trabajo”, declaró.

Mucho se ha hablado de Morant, de su comportamiento inmaduro y hasta de actitudes violentas que ha tenido. Y se han repetido las preguntas. ¿Qué pasó con él en los últimos tiempos? ¿Cómo, por qué y de qué forma comenzaron sus conductas polémicas? Quienes lo conocen habla de que todo comenzó tras su primera selección al All Star, en febrero del 2022. El momento en que Ja y, sobre todo su entorno, comprendieron que era una verdadera estrella.

En esa misma temporada había comenzado, contaron desde la franquicia, Ja había arrancado con una modalidad que distaba de los comportamientos en años anteriores. Cada vez que el equipo llegaba a una ciudad, para jugar de visitante, el entorno del jugador organizaba salidas a clubes nocturnos, junto a familiares y amigos. Fuentes del equipo indicaron que era común verlo, al día siguientes, con resaca o llegando tarde a las obligaciones del equipo, fueran reuniones o incluso entrenamientos. “Sentía que podía hacer lo que quería”, resumieron.

Luego, claro, cuando había que jugar, nada se modificaba. Nunca le faltaba energía y el talento hacía el resto, logrando el premio al Jugador de Mayor Progreso. La directiva y el entrenador, aseguran, eligieron dejar pasar por alto algunas situaciones problemáticas. Conductas que nada tenían que ver con lo que Ja había demostrado en el pasado, siempre siendo un chico de perfil bajo, dedicado y muy profesional.

Ja Morant en los Memphis Grizzlies (Petre Thomas-USA TODAY Sports)
Ja Morant en los Memphis Grizzlies (Petre Thomas-USA TODAY Sports)

Pero algo había cambiado… La extensión de contrato, por 194 millones y cinco años, las hazañas en la cancha y los premios conseguidos no hicieron más que empeoran la situación. Cada día más empoderado, la conducta de Ja se volvió a cada día más intolerable, sobre todo por las noches. Incluso los propietarios de los pubs que frecuentaba ya no querían que asistiera, por los permanentes conflictos que generaba, especialmente con empleados y personal de seguridad.

El diario New York Post hizo una investigación que concluyó que la Policía y la Justicia de Memphis fue demasiado benévola con la figura, pasando por alto protocolos y teniendo un trato favorables en varios incidentes que Ja y su entorno protagonizaron. La supuesta paliza de Ja a un adolescente de 17 años fue el principal. Un incidente que recién se conoció seis meses después, justamente cuando la NBA anunció la primera suspensión de Morant, por haber mostrado un arma en un vivo de Instagram. Aseguran que el jugador lo golpeó y amenazó con un arma de fuego. El caso quedó archivado por falta de pruebas concluyentes.

También se reportaron otros dos incidentes similares. Uno fue haber amenazado y agredido a un miembro de seguridad de un centro comercial de Memphis. Otro tuvo amenazas de Morant y su madre, junto a un grupo de allegados, a un vendedor de zapatillas del centro de la ciudad, a quien tuvieron más de una hora reducido detrás del mostrador. La Policía nunca volvió a contactar con él después de la denuncia interpuesta, y los agentes no registraron a la madre del jugador en el caso, citándola como una mera desconocida en sus informes. Al salir de la tienda fue cuando la policía sí registró el incidente con un agente de seguridad del centro comercial, que ya había transcendido hace un tiempo. Un tercer episodio violento se dio con la familia Morant y amigos yendo a un partido de vóley de instituto, cuando la hermana de Ja tuvo un encontronazo con otra estudiante.

No son pocos los que apuntan sus críticas a su entorno, amigos, la madre y especialmente a su padre, Tee Morant, un ex jugador frustrado que se mudó a Memphis ni bien su niño cumplió el sueño que él no pudo: ser elegido en el draft y firmar contrato en la NBA. Desde los Grizzlies aseguran que Tee se dedicó, desde un primer momento, a disfrutar de las mieles de la fama, organizando fiestas en clubes nocturnos y eventos exclusivos. “Tee ha sido determinante en todo esto. Nunca logró jugar en la NBA, pero esta era su oportunidad de vivir como una superestrella de la liga. Eso ha sido un problema desde el comienzo”, aseguraron desde el equipo.

Los Grizzlies, en un momento, se dieron cuenta de lo peligroso de la situación y comenzaron a hablar con el chico. Pero siempre tuvieron la sensación de que el mensaje no llegaba a destino. Ja estaba en la suya, con los suyos. Y no le entraban las balas. Las influencias de su padre y amigos lo llevaron por el camino del caos, las fiestas.

Aquella impactante foto de Morant en el cabaret Shotgun Willie’s en Glendale, Colorado, a comienzos de marzo, resumió la vida del jugador en aquellos tiempos. El New York Post publicó aquella imagen de Morant en la sala VIP con una mujer semidesnuda encima suyo y rodeados de billetes de dólares. “Toda la sala estaba llena de dinero, un montón. Necesitarías un rastrillo”, contó un empleado del club, según lo publicado por el diario. Aseguran que el jugador gastó al menos 50.000 en propinas en las dos noches. “Contarla nos tomó una eternidad”, recordó una bailarina. “Vino para la fiesta, pidió cuatro chicas en la habitación y música gángster”, agregó otra fuente. La dueña, en cambio, dijo que había sido “dulce y respetuoso, a diferencia de otros”.

Ja Morant apareció en las redes sociales con un arma en la mano
Ja Morant apareció en las redes sociales con un arma en la mano

Tras la derrota de los Grizzlies en Denver, Morant volvió al cabaret en la madrugada del sábado 4. Fue cuando hizo el vivo de Instagram en el que mostró el arma. Ese fatídico momento que lo llevó a la suspensión de la NBA por portación de arma. Hubo una investigación de la liga y hasta de la Justicia. Pero en ese momento no pasó a mayores. Porque nadie reportó el arma, nadie dijo haber sido amenazado y, además, el revolver nunca fue encontrado. Ja zafó en ese momento y ofreció disculpas, pero meses después lo repitió.

Ahora todos se preguntan si aprendió de sus errores o si sólo es cuestión de tiempo para que vuelva a un escándalo. Por lo pronto, sí volvió por las suyas en la cancha, demostrando que es un jugador tan distinto como especial.

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