La historia del coleccionista que se quedó con la chomba que Scaloni usó en la final del mundo: la sorpresiva reacción del DT

Hizo una promesa y cumplió: le entregó en mano al líder de la Scaloneta una emblemática casaca que había utilizado como jugador y recibió a cambio un invaluable tesoro

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Tomás "Chispa" Calvo posa con la Copa del Mundo, una camiseta de Scaloni y lleva puesta la de su amigo Germán Pezzella (Diego Barbatto)
Tomás "Chispa" Calvo posa con la Copa del Mundo, una camiseta de Scaloni y lleva puesta la de su amigo Germán Pezzella (Diego Barbatto)

Argentina acaba de ganarle a Polonia 2-0 en el estadio 974 y selló su boleto para los octavos de final del Mundial 2022. La gente delira en el anillo externo. Entre la muchedumbre, un fanático llama la atención por la camiseta retro que lleva puesta: es la azul alternativa de mediados de los 90, aquella que tenía rombos a un costado, y cuenta con la particularidad de tener estampado el número 18 y el apellido Scaloni. “Es una nueva cábala. Ya quedamos en que, si pasa todo lo que tiene que pasar, se la entrego en mano al DT”, es la promesa que hace el fiel seguidor de la Scaloneta ante la cámara de Infobae. Por detrás había una fantástica historia que terminó con final feliz. En Lusail, ante Francia.

A un año de la gesta del 18 de diciembre en Doha, Tomás Chispa Calvo le abrió las puertas de su casa -y fundamentalmente de su museo personal- a este medio. Allí guarda una de las reliquias que dejó la final entre argentinos y franceses en la arena de Qatar: la chomba que Lionel Sebastián Scaloni le obsequió luego de recibir la famosa casaca que alguna vez utilizó como jugador en el seleccionado Sub 20 y con la que festejó en el campo de juego y alzó la Copa del Mundo.

El Chispa es un viejo coleccionista de camisetas de fútbol, aunque su espectro se amplió a botines, shorts, entradas, pelotas, vasos mundialistas y objetos relacionados principalmente a la selección argentina, a la que alentó de forma presencial en las últimas tres citas ecuménicas. Es hincha de Nueva Chicago, por lo que tiene un sector todo referido al cuadro de Mataderos, pero en otro armó un perchero con decenas de perlitas nacionales e internacionales y en el tercer lado de esta habitación encantada está el altar de Qatar 2022, donde exhibe fotos con Messi, Scaloni, Dibu Martínez, su amigo Germán Pezzella, clave para llevar a cabo su promesa, un pedazo de red del arco en el que se patearon los penales de la final, pulseras y cotillón.

Uno de los rincones del museo del Chispa, íntimo amigo de Germán Pezzella (Diego Barbatto)
Uno de los rincones del museo del Chispa, íntimo amigo de Germán Pezzella (Diego Barbatto)

“En algún momento compré, intercambié o me llegó en un lote la camiseta de Scaloni. Y decidí que era una de las tres que iba a llevar al Mundial. Germán (Pezzella) fue optimista desde el primer momento y dijo que íbamos a dar vuelta la derrota contra Arabia Saudita. Es más, cuando prometí darle la camiseta a Scaloni, me dijo que iba a pasar y que se la iba a dar en mano. Había algo internamente que marcaba que los jugadores sabían lo que iba a suceder”, recordó.

Durante el transcurso de la Copa del Mundo, pasaron cosas: Calvo se agarró la “gripe del camello” y estuvo afiebrado diez días seguidos desde la victoria ante México hasta los octavos de final frente a Australia. Admitió que el combo de Qura Plus con cerveza fue letal. En el triunfo clave ante los mexicanos se desvaneció al minuto 10 y tuvo que ser auxiliado. Se sacó la camiseta de Scaloni que llevaba puesta y quedó en cuero, pero como la seguridad del estadio no le permitió mantenerse así, un amigo le dio una casaca violeta con la 6 de su amigo Pezzella y desde ese duelo armó otra cábala. Arrancaba con la de Scaloni, al minuto 10 se ponía la de Pezzella y post partido volvía a calzarse la que había usado el DT.

El día de la final, Chispa olvidó llevar la credencial con la que había ingresado después de cada partido a la Universidad de Qatar, donde estaba concentrado el plantel, y debió hacer “movimientos improvisados” para colarse a celebrar al campo. Sobre el encuentro e intercambio con Scaloni, detalló: “Le dije a Germán ‘amigo, tengo la camiseta del DT’. Me preguntó dónde estaba y yo ya lo tenía ubicado, sabía que estaba aislado de todos los festejos. Él no creía que se la iba a regalar, sino que era más para la foto. Cuando me estoy yendo, me devuelve la camiseta y le digo que no, que era para él. Ahí empezó una charla increíble: ‘es tuya’, ‘no, es tuya’, ‘bueno, ¿me la puedo poner?’. Yo pensaba ‘¿me está preguntando a mí si se puede poner la camiseta?’. Le digo que obvio, que haga lo que quiera porque era suya. Ahí se saca la chomba y la deja a un costado. Yo estaba con las antenitas de vinil viéndola y pensando en que no quedara ahí tirada”.

En su altar de Qatar 2022 tiene fotos con Messi, Scaloni, Pezzella y Dibu Martínez, más la chomba del DT y otros recuerdos (Diego Barbatto)
En su altar de Qatar 2022 tiene fotos con Messi, Scaloni, Pezzella y Dibu Martínez, más la chomba del DT y otros recuerdos (Diego Barbatto)

El amigo de Pezzella, con su casaca violeta puesta, se quedó atónito haciendo contacto visual con la vestimenta que había sudado el entrenador en la mismísima final del mundo. Quizás con intuición, pero con naturalidad, el estratega albiceleste le dio la ofrenda: “Él estaba sorprendido, cuando se puso la camiseta me dijo ‘estoy un poco más grande ahora’. Y tuvo el enorme gesto de regalarme la chomba. No me olvido más. Se puso la camiseta que le di, se sacó fotos y me dijo ‘bueno, esa quedátela vos’. Yo la agarré rápido, por las dudas, ¿no?, y le contesté ‘¿seguro, estás seguro?’”.

En el mundillo de los coleccionistas, al Chispa muchos asemejan la chomba de Scaloni con un traje de Bilardo o algo de Menotti: es la prenda principal del entrenador campeón del mundo. “Para mí es como tener una corbata de Bilardo, siento algo muy similar a eso. ¿Por cuánto la largo? Nooo, de todo lo que está acá adentro no largo nada. Y esta no tiene precio para mí, no la voy a vender. Igual, siempre digo y te lo dejo asentado acá para Lionel, que cuando quiera, la tiene acá. Se la lleva cuando quiera, así, encuadrada como está”, es el mensaje para el técnico de Tomás, que admitió que se probó una sola vez la chomba y se sintió tan “sucio”, como con algo que no le correspondía, que se la quitó de inmediato. Y no la lavó. El tesoro mantiene en su tela el sudor que Scaloni desprendió a lo largo de más de 120 minutos.

LA INTIMIDAD CON LOS FUTBOLISTAS DE LA SELECCIÓN

El Chispa Calvo junto a Messi, en la concentración de la selección argentina en Doha, Qatar
El Chispa Calvo junto a Messi, en la concentración de la selección argentina en Doha, Qatar

En calidad de amigo/familiar, Calvo se coló en la Universidad de Doha tras cada partido del seleccionado nacional. Allí pudo palpar que había buenas vibras, incluso hasta luego del golpazo que significó el 1-2 del debut ante Arabia Saudita. “Era un momento importante para los jugadores, para recargar energía, sentirse acompañados y evaluar lo que había pasado. Después de Arabia fue fundamental. Estaba difícil el ánimo, estábamos muy caídos, pero a nosotros (los familiares y amigos) nos levantó la necesidad y responsabilidad de sacudirlos a ellos (los futbolistas). Son jugadores, pero no dejan de ser amigos. Y toca apoyarlos cuando no la están pasando bien. Sentí que teníamos que reforzar su energía, en mi caso a Germán”, rememoró. Y ventiló: “Estaba todo apagado, la luz era tenue, todo muy tranquilo. Ya en los partidos siguientes había música, mate y algo para comer. Se fue dando todo, lo mismo nos pasaba a los que íbamos a la cancha. Cada uno tuvo su rol”.

Chispa bromeó al asegurar que compró el full pack de Qatar por la “fiebre del camello” con la que lidió, pero la vorágine y adrenalina de la Copa del Mundo lo sacaron de la cama. Sobre los festejos tras la final, repasó: “Toqué la Copa, pero traté de no meterme mucho desde mi espacio de invitado. No molesté a los jugadores ni les pedí fotos. Agarré un poquito de pasto, corté un pedacito de la red y me llevé alguna cosita más para mi museo. Más allá de disfrutarlo con Germán, quería que él lo disfrutara con su familia. Hay una foto muy simbólica de él con su papá que le saqué y mandé”.

Como le regaló en mano a Scaloni la que tenía original, al Chispa ya le llegó una nueva prenda de reedición (Diego Barbatto)
Como le regaló en mano a Scaloni la que tenía original, al Chispa ya le llegó una nueva prenda de reedición (Diego Barbatto)

Sentí que estaba en una peli. Me la contás hoy y digo ‘sí, la viví, pero no sé si era tan yo’. ¿Pasó realmente todo esto? Cuando me hiciste aquella primera nota después del partido con Polonia me cayeron mensajes de gente que no veía hace años. Y me tiraron la responsabilidad, tipo ‘dale che, ahora a ganar porque le tenés que dar la camiseta al técnico’. Yo pensaba ‘qué locura, cómo se acompaña cada historia desde un lugar distinto...’. Ahí estuvo realmente la magia del acompañamiento y el amor que se le puso a esto”, ahonda con un dejo de melancolía por la maravillosa historia que le tocó vivir.

Su mundo se detuvo por unos instantes. Quedó abstraído y observó cada rincón de alegría: “Lo más loco fue ver cómo 26 personas a las que tenés como ídolos o conocidos, estaba cada una en la suya, con su familia, en su mundo, festejando. Fueron pequeñas peliculitas de cada uno, que formaron la película final. Entonces veía cómo la vivía uno, cómo la pasaba el otro, qué hacía aquel...”. Eso sí, cuando el público instó al plantel para que diera la vuelta olímpica y el Kun Agüero subió en hombros a Lionel Messi, Chispa acompañó y fue parte del “quilombo”.

Y ahora, ¿qué planifica para el futuro? “Yo creo que el grupo está para ganar más cosas. Pienso en ir a la Copa América y analizo llevar una camiseta celeste y blanca. No voy en busca de nada, pero sí a mantener las cábalas. Quizás no lleve algo de la Selección y no sea del técnico, tal vez de un ayudante de campo. Algo se me va a ocurrir”.

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