A 30 años de la última batalla entre Senna y Prost: del honor en juego en una carrera de karting a la reconciliación definitiva

Compitieron con espíritu amateur y dejaron de lado viejos rencores. Sonrisas y charlas que propiciaron un buen vínculo. Las revelaciones del francés sobre aquella rivalidad y qué lo alarmó del brasileño antes de su muerte

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Ayrton Senna y Alain Prost, en el Master de Karting en Paris Bercy. En ese evento confirmaron la armonía que empezaron a tener en la última fecha de la F1 en Australia y luego tuvieron una buena relación (Photo by Thierry PRAT/Corbis via Getty Images)
Ayrton Senna y Alain Prost, en el Master de Karting en Paris Bercy. En ese evento confirmaron la armonía que empezaron a tener en la última fecha de la F1 en Australia y luego tuvieron una buena relación (Photo by Thierry PRAT/Corbis via Getty Images)

Ayrton Senna bebió un poco de agua ante la atenta mirada de su última pareja, Adriane Galisteu. Luego, el astro brasileño lo miró sonriente a su archirrival de siempre Alain Prost. Hablaron y se dijeron algo que les causó gracia. Las risas no fueron para las cámaras en el Palais Omnisport de París Bercy. Habían dejado atrás, definitivamente, las broncas mutuas y diferencias. Por primera vez ambos tuvieron química natural, sin intereses de por medio. Sin saberlo, acababan de protagonizar su última batalla. Nunca se lo hubiesen imaginado, pero se dio en el ámbito más amateur y puro como el karting.

Por nombres propios, pergaminos, personalidades, y lo que generaron, Senna vs. Prost o Prost vs. Senna (para que nadie se enoje), protagonizaron el duelo más importante en la historia del automovilismo, porque llevaron este deporte a otra escala. Elevaron la vara de la F1 a un nivel único e irrepetible. Lograron captar el interés de quienes no eran amantes de esta disciplina. Pero fue tanta la tensión y la altura de sus luchas en la pista que lograron ser virales sin que existan las redes sociales.

Hay varias razones para explicar la grandeza del duelo. La principal es que fueron dos de los diez mejores pilotos en la historia de la F1. También que el talento de ambos se potenció cada vez que se encontraron en la pista. Se retroalimentaron. Senna no hubiese sido tan grande sin Prost y viceversa. Luego, que durante nueve temporadas, entre 1985 y 1993 inclusive, entre los dos se quedaron con siete campeonatos. A Prost lo llamaban “El Profesor” porque era una máquina de sumar puntos y siempre supo cómo manejar las carreras y cuáles fueron sus límites. El galo se coronó en 1985, 1986, 1989 y 1993. En tanto que el brasileño hizo lo propio en 1988, 1990 y 1991. Se entrometieron con sus títulos, otro brasileño, Nelson Piquet, en 1987 y el inglés Nigel Mansell, en 1992 (ambos con Williams). Entre 1988 y 1990 (los años más duros entre ambos), Senna y Prost ganaron en total 36 carreras sobre un global de 48 competencias (el 75 por ciento).

El mano a mano se remonta a Mónaco 1984, cuando Senna deslumbró bajo una lluvia torrencial y en las condiciones de pista en las que se movía como pez en el agua, con un humilde Toleman, estuvo cerca de superar a Prost, que logró vencer con su McLaren debido a que el Director de Carrera, Jacky Ickx, decidió dar por terminada la carrera a falta de 45 vueltas.

En el GP de Australia de 1993, Ayrton Senna lo saludó a Alain Prost y luego lo subió al escalón más alto del podio (RAIDUE)

Aunque los momentos más álgidos llegaron cuando Senna se sumó a McLaren en 1988. El francés (24/02/1955), cinco años mayor que el brasileño (21/03/1960), vio la peor amenaza dentro de un mismo equipo. Ambos se quedaron con 15 de 16 carreras y la primera señal de guerra fue en Portugal, donde Senna le tiró el auto encima a Prost en plena recta principal y lo llevó contra el muro. Durante el año abajo del auto se prodigaron tibios saludos, chicanas en entrevistas y sonrisas de compromiso. En esta temporada llegó el primero de los tres títulos del brasileño.

Aunque en 1989 el tema detonó en la segunda fecha corrida en Imola, sede del Gran Premio de San Marino. Según el francés, habrían acordado que si uno de los dos llegaba liderando la prueba a la curva Tosa en la primera vuelta, el que iba detrás lo respetaría. El brasileño, que largó mal y fue superado por su coequiper, adelantó a Prost en la curva Tosa y esto enojó al galo. Allí se terminó el clima de tensa calma y estalló el conflicto.

La instancia más explosiva llegó en Japón, donde al llegar a la chicana Prost dobló antes y promovió el toque con Senna. El francés abandonó y el brasileño siguió, ganó la carrera, pero luego fue excluido por cortar camino. El triunfo le hubiese permitido estirar la definición del título a la última fecha en Australia, pero esa sanción implicó la tercera consagración mundial de Prost.

Esas rispideces hicieron que Prost se fuera de McLaren y en 1990 se pasó a Ferrari. Con la 641 desarrollada por el ingeniero argentino Enrique Scalabroni, el Profesor le peleó la corona a Senna y -otra vez en Japón- volvieron a encontrarse. Se chocaron a metros de la largada. En esa ocasión el responsable el brasileño, que supo que ante el abandono de ambos él era campeón.

El último duelo entre Ayrton Senna y Alain Prost fue en una carrera de karting hace 30 años (Eurosport)

Ya en 1993 el duelo continuó y el grado de tensión por la condición que el francés le puso a Williams en detrimento del brasileño fue bajando con el correr de la temporada. En ese momento la histórica escudería inglesa tuvo el mejor auto y venía de aplastar en 1992 con el FW 14B que supo exprimir al máximo la suspensión activa, que permitía que el chasis se moviera según las condiciones de pista. Eso facilitó la tracción y por ende, le dio más velocidad. Su sucesor mantuvo esa tecnología, pero Prost le aclaró al recordado Frank Williams que al único piloto que no aceptaría como compañero sería a Senna.

Ayrton, con un McLaren-Ford menos competitivo, luchó hasta donde pudo el campeonato, pero ya en la segunda mitad Alain lo liquidó. El Profesor anunció su retiro y Senna tuvo su lugar en Williams. Eso bajó las tensiones y el primer gesto público llegó en la última fecha corrida en Australia el 7 de noviembre de 1993, un día histórico porque fue la última victoria de Senna en la Máxima y el retiro de Prost. El brasileño buscó al francés y lo saludó antes de subir al podio. El gesto se repitió dos veces en la tarima por parte de Ayrton y Alain le correspondió en la segunda instancia con un abrazo. Esto generó una ovación en los fanáticos.

Un mes más tarde se volvieron a ver en el Máster de Karting disputado en París Bercy. Fue el 18 y 19 de diciembre. Ya sin la tensión de otros momentos los dos se tomaron muy en serio el desafío, pero también se divirtieron.

Prost, que no estaba acostumbrado a subirse a un karting, en esa época hizo pruebas exhaustivas antes del evento. Senna, en cambio, tuvo más práctica ya que dos años antes inauguró su kartódromo en Campiñas, a 100 kilómetros al noroeste de la capital paulista. Ayrton, por su parte, ordenó traer desde su tierra un karting con el que solía girar en su circuito. Cabe recordar que era fanático del karting y corrió en nuestro país en el Campeonato Sudamericano disputa en San Juan en 1979. El título ecuménico en la especialidad fue el único que no pudo lograr pese a buscarlo hasta sus 22 años. “Hay que conducir de costado porque los karts son pequeños, de ruedas cortas y reaccionan muy rápido. Siempre estás de costado en algún momento de la curva para poder posicionarte mejor y sentir el agarre. En ese sentido es muy diferente a un coche de carreras, donde si intentas apoyarte en él, simplemente te deslizas y sales disparado. En un kart hay que ser duro y agresivo, pero también preciso. Usas un poco tu cuerpo y normalmente tu espalda sufre por el asiento, especialmente si hace tiempo que no estás en uno”, explicó Senna sobre el manejo de un karting.

Ayrton Senna en acción con el karting que se trajo desde Brasil (Jerome Prevost/TempSport/Corbis/VCG via Getty Images)
Ayrton Senna en acción con el karting que se trajo desde Brasil (Jerome Prevost/TempSport/Corbis/VCG via Getty Images)

El evento de dos días fue organizado por el ex corredor francés de F1, Philippe Streiff, quien quedó en silla de ruedas después de un accidente en una prueba de pretemporada en el Autódromo de Jacarepaguá en Brasil, en 1989. El evento enfrentó a más de 60 pilotos, más de una docena de ellos pilotos de la Máxima en un circuito cubierto de 600 metros.

Lo interesante del desafío es que jóvenes estrellas del karting, entre ellas Danilo Rossi, Nicola Gianniberti, Miku Santavirta y Sebastien Enjolras, se pudieron medir con los pilotos de la F1. En el primer día hubo una carrera entre los chicos del karting que se impuso Rossi. Tras dos sesiones de clasificación, los equipos se formaron por tres pilotos (uno de la F1 de cada una de las dos sesiones y un joven del karting).

A Senna, que usó un buzo blanco con sus propios sponsors, y Prost, con el antiflama que empleó ese año, se unieron otros corredores de la Máxima como Philippe Alliot, Paul Belmondo, Eric Bernard, Andrea de Cesaris, Yannick Dalmas, Betrand Gachot, Jean-Marc Gounon, Olivier Grouillard, Damon Hill, Johnny Herbert, Pierluigi Martini y Olivier Panis.

En la carrera principal, Senna y Prost pelearon por el triunfo, con de Cesaris como tercero en discordia. El italiano estuvo primero gran parte de la competencia con el brasileño y el francés detrás. Ambos pelearon como en sus mejores épocas por el segundo puesto y pese a ello no se alejaron del puntero, que debió esforzarse para no ser superado, pero los campeones lo dejaron atrás. Luego creció la expectativa por un final épico entre Prost y Senna, Sin embargo, el karting del brasileño tuvo fallas mecánicas y Prost se llevó el triunfo.

Alain Prost celebró su cuarto título de F1 con su victoria en el Master de Karting (Jerome Prevost/TempSport/Corbis/VCG via Getty Images)
Alain Prost celebró su cuarto título de F1 con su victoria en el Master de Karting (Jerome Prevost/TempSport/Corbis/VCG via Getty Images)

Más allá del resultado, el clima de relax entre ambos y aquellos saludos en Australia propiciaron la armonía. De hecho, Prost confesó tiempo más tarde que desde ese momento comenzó una relación de amistad entre ambos. “No sé si se puede decir que éramos amigos, pero cuando estábamos en el podio en Adelaida en 1993, cambió por completo su forma de ser conmigo. Unos días después, me llamó y también lo hizo en invierno”, reveló Prost, en una entrevista con el podcast oficial de la F1, Beyond the grid (Detrás de la grilla).

“Podría llamarlo amistad porque cuando hablas con alguien de tu vida profesional y personal, de tus preocupaciones y tus problemas… Siempre dije que conozco algunas cosas que nunca voy a compartir. Nunca le dije nada a nadie, así que puedo decir que era mi amigo, pero no me reunía con él con mucha frecuencia”, agregó.

El Profesor admitió que conversaron entre una y dos veces por semana. “Teníamos conversaciones largas. Quería que volviera a la F1. Cuando probé el McLaren con el motor Peugeot, me dijo que debería volver. Yo me reía. Decía ‘si vuelvo, estarás una vuelta por delante de mí’. Me explicaba muchas cosas. Entendí mucho de su lado humano, que era lo más importante”.

Es vínculo se fortaleció y nadie imaginó que cuatro meses más tarde Senna iba a perder la vida en su fatal choque en Imola, el 1 de mayo de 1994. Era el piloto que parecía inmortal, aunque pese a su deceso, siempre se mantiene presente. Sobre aquel fatídico fin de semana en el que también perdió la vida el austriaco Roland Ratzenberger, Alain confesó un particular diálogo con Ayrton. “Recuerdo un mensaje en la radio en Imola 1994 antes de que muriese: ‘Te echamos todos de menos, Alain’. Lo entrevistó la televisión francesa y él sabía que yo era comentarista. Yo no estaba en el estudio. No fue hasta después de su muerte que me lo mostraron el video y se me cayeron las lágrimas”, reconoció el galo.

Alain Prost, Adriane Galisteu y Ayrton Senna luego de la carrera en pura sonrisa (archivo CORSA)
Alain Prost, Adriane Galisteu y Ayrton Senna luego de la carrera en pura sonrisa (archivo CORSA)

Además, Prost contó que ese fin de semana lo notó mal a Senna. “Sentí que no estaba bien. Me llamaba a menudo. En ocasiones, dos veces por semana”, reconoció El Profesor en una nota con L’Equipe. “Nunca me telefoneó mientras yo seguía compitiendo. Sin mí, había perdido el norte. Probablemente yo era su fuente de motivación. Es difícil de entender”, subrayó. “Ambos vivimos una historia increíblemente humana y psicológica. Hay que quedarse con los bellos recuerdos”, analizó.

“El mundo siempre estaba dividido entre Senna y Prost. ¿Pero cómo terminó? Nuestras historias estaban completamente conectadas. No sólo mi carrera deportiva, sino también mi vida. He vivido con esta rivalidad-amistad todo el tiempo. No hay día en el que alguien que yo conozca no hable de Ayrton y de nuestra rivalidad. Esto significa que hicimos algo, algo que perdurará en el tiempo. Pero en aquellos días, en vivo, no te dabas cuenta de ello. No sé cómo explicarlo: fue algo realmente increíble”, reflexionó.

El último testimonio de Prost resulta el más atinado para definir lo que fue su duelo con Senna. En aquella carrera karting en la que no hubo intereses políticos, económicos ni ningún título de F1 en juego, hubo algo más importante para ellos y fue el honor. Fue hace tres décadas que estos titanes dejaron de lado su vieja rivalidad y comenzaron una relación de confianza. De alguna forma también empezaron a despedirse.

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