Crecieron jugando en el club en donde entrenaba su abuelo, los socios los vieron progresar con su tenis, ahora brillan por el mundo, pero ellos nunca se marcharon. Son profesionales, de los mejores del mundo, que compiten por miles de dólares semanalmente, pero a la hora de los Interclubes en Argentina, se entregan gratis por el club de toda su vida.
La historia de los hermanos Cerúndolo con el club Belgrano está muy ligada a su familia, por parte de su abuelo, el papá de mamá María Luz. “En el club le decíamos el tío Rodríguez”, recuerda Juan Pablo Fernández, capitán de tenis del Belgrano. “Él jugaba pelota paleta, pero a María Luz y a sus hermanos los inscribe en la escuelita de Nora Somoza y Ricardo Pezzi, a finales de los ‘70 o principios de los ‘80″, añade.
Desde ese entonces es que la madre de Francisco y Juan Manuel representa al club. Tiempo después se le unió Toto Cerúndolo. El vínculo es tan fuerte con la institución que hace más de 20 años que ambos manejan la escuela de tenis.
“Los hemos visto crecer representando al club, subir de categorías y disfrutamos con el presente profesional de los dos, por eso, cuando están jugando para Belgrano, a veces los miro y me quedo pensando en qué necesidad tienen estos chicos de exponerse a tanto”, comenta Juan Pablo. Y no está equivocado el capitán del club, porque si bien la fecha de los Interclubes cae fuera de competencias internacionales, es el momento en el que los jugadores comienzan a prepararse para ir a Australia, es por eso es que la Asociación Argentina de Tenis piensa la definición de estos torneos sobre cancha rápida, superficie similar a la que están entrenando. “No nos cabe ninguna duda, lo hacen por amor al club”, culmina su pensamiento Fernández.
Francisco fue el primero en representar a Belgrano en los Interclubes, desde la categoría Sub 10 y consiguió el título jugando la Sub 16, junto a Juan Manuel Santiago Fernández. Ambos, en ese momento, se encontraban entre los mejores jugadores menores de 14 años del país.
“Es muy lindo jugar para mi club, es el club en donde yo pasé toda mi vida, todos los fines de semana de mi infancia, de mi adolescencia y en donde comencé a jugar al tenis. Jugué en todas las categorías, desde Sub 10 a Sub 16, y, después, de Quinta a Primera”, comenta con mucho orgullo Francisco.
- ¿Seguís yendo al club?
- Estoy yendo muy poco, porque casi no me dan los días, no tengo tiempo, por todo lo que demanda mi trabajo. Por eso, me alegra poder volver a jugar en Interclubes, es una buena excusa hacerlo de esta manera, representando a mi club de toda la vida, en donde tengo muchos amigos y muchos conocidos. Ahí empecé a jugar al tenis y me pone muy contento seguir haciéndolo.
El único año en el que Francisco no pudo representar al club fue la temporada en la que viajó a estudiar a la Universidad en Estados Unidos. Seis meses duró su permanencia allí y se quiso volver, pero decidió quedarse hasta fin de ese mes “por una cuestión de respeto”.
Juan Manuel, el menor de los hermanos Cerúndolo, atesora grandes recuerdos de su infancia allí. “¡Qué lindos eran esos días con mis amigos de Sub 10! Eran momentos en los que la pasábamos compitiendo, entreteniéndonos con cualquier cosa, divirtiéndonos, riendo y jugando en equipo, que es muy lindo, sobre todo, cuando uno es chico”, se le escucha con un dejo de alegre nostalgia por esos días.
Juanma, cuando apenas tenía 7 años, integró el equipo Sub 10 y debutó en el club Solanas, jugando dobles. Ese equipo terminó llevándose todo lo que jugaba, ganaron en todas las categorías, inclusive hasta Sub 16. Tiempo después, junto a su hermano Francisco integraría un equipo de categoría Libre y, en 2018, conseguirían el ascenso a Primera.
- ¿Qué es lo que más te gustaba de esa época?
- Jugar con mis amigos del Sub 10, nos divertíamos mucho. Además, recuerdo que competíamos y lo ganamos muchas veces, como 6 años. Por eso, fuimos saliendo campeones de Interclubes en las diferentes categorías de menores.
- ¿Y lo que más se te viene a la memoria?
- Cuando llega este momento de juntarnos charlar y competir, lo que siempre se me viene a la cabeza son las finales de esos Interclubes que jugábamos de chicos. Eran muy divertidas, yendo juntos por todos los clubes de Buenos Aires.
“El primer año fue lógico, y hasta una novedad que volvieran a jugar representando a Belgrano”, dice Juan Pablo, pero reconoce que a los socios se les hizo costumbre y todos los años aparecían con la misma pregunta. “‘¿Francisco y Juan Manuel van a volver a jugar?’. Y yo les respondo que prefiero no preguntar. El temor nuestro es que, como somos un club amateur, no podemos pagarles y no sería ilógico que ellos se fueran a jugar para un club que les ofreciera dinero. Pero, hasta ahora, nunca me dijeron que no. Creemos que es un ejemplo muy lindo de destacar. En este mundo tan profesionalizado, ellos se toman una semana para volver a ser los mismos que fueron durante toda su etapa de Menores”.
Y así lo entiende también Francisco, quien se calza la remera del club Belgrano y sale a jugar el Interclubes de Primera siendo el N°1 de Argentina. “Es muy lindo poder ir a jugar al club -dice el Top 20 mundial-, que la gente me pueda ir a alentar ahí y yo, no sé, poder regalarles una tarde viéndome jugar, porque juego poco en la Argentina y deberían viajar al exterior, siento que es lo mejor que puedo hacer”, se sincera.
En los Interclubes de Primera, muchos de los jugadores que representan clubes cobran un premio en dinero o son contratados por una cifra para representarlos, como se hace en todo el mundo, sin embargo, la relación de los Cerúndolo con Belgrano es diferente, ya que lo consideran su club.
- ¿Juanma, por qué seguís compitiendo y estirás la temporada jugando Interclubes para Belgrano?
- Es que me trae todos los recuerdos de cuando jugaba con mis amigos y siento que estoy jugando como un juego, lo que lo hace mucho más divertido. Es muy distinto a la competencia, es mucho más entretenido y divertido, porque vas con amigos, la verdad es que está buenísimo. Ahora, que ya soy tenista profesional, que ya tengo una carrera, es como que te da otra mirada del Interclubes y se me hace increíble. Con Fran siempre tenemos al club en el corazón, porque siempre jugamos ahí.
Mientras Los hermanos Cerúndolo siguen repitiendo sus hazañas de chicos en el Interclubes de Primera en las canchas del Country Mayling, los socios del Club Belgrano lo viven como un sueño. “Para nosotros es casi irreal contar con ellos. Estamos inmensamente agradecidos de que lo hagan, y de más está decir que queremos que ganen, pero entendemos que el hecho de sólo verlos jugar representando al club es más que suficiente”, dice con emoción Juan Pablo, el emocionado capitán.