Tras la caótica suspensión de las elecciones en Boca, con denuncias y dardos cruzados entre el oficialismo y la oposición, en las últimas horas se realizó la audiencia de indagatoria a Cristian Riquelme y Ricardo Rosica, acusados de asociación ilícita y defraudación en el caso de reventa de entradas. La sesión, que había sido postergada en tres ocasiones anteriores, tuvo lugar en la sede de la Fiscalía Especializada en Eventos Masivos de la Ciudad, dirigida por la Dra. Celsa Ramírez.
El hermano del máximo ídolo de la institución, actual vicepresidente y candidato al máximo cargo de la entidad porteña, junto al secretario general del club, asistieron con sus abogados y se acogieron al derecho de no declarar, por lo que hicieron una declaración por escrito. Infobae tuvo acceso a la misma, en la que rechazó toda vinculación. “En primer lugar, niego terminantemente las imputaciones formuladas. Puntualmente niego haber comercializado una sola entrada de ingreso al Club Boca Juniors o a cualquier otro, porque no resulta ser mi tarea”, comenzó su descargo Cristian Riquelme. Y continuó: “Yo me encuentro en relación de dependencia con la institución desde comienzos del año 2020 cumpliendo funciones de Director de coordinación y organización de todas las cuestiones relacionadas al futbol profesional y de Divisiones Inferiores, entre los cuales se encuentra incluso la entrega de accesos a los distintos estadios del país y del exterior”.
“Lamentablemente, por el malestar que esto le causa a mi familia vengo sufriendo todo tipo de difamaciones y acusaciones inverosímiles que no tienen otro fin que dañar la imagen de mi hermano, actual vicepresidente del club y candidato a presidente en las eleccione,s que no se están pudiendo desarrollar debido a lamentables situaciones que involucran falsificaciones de firmas, aseveraciones falsas, y que estimo sin duda están relacionadas a la presente investigación”, argumentó el imputado.
La investigación comenzó en octubre de 2022. Después de recibir una denuncia anónima, la fiscal les encargó al Cuerpo de Investigadores Judiciales y a la Policía de la Ciudad que se infiltren en las supuestas redes de reventa que también tienen a La Doce como presunta terminal, aunque en este caso la barra tiene un proceso por separado. Allí los oficiales descubrieron lugares específicos de reventa que llegarían a más de 2000 por partido y que tendrían como base de operaciones un local de la calle Florida, una casa a 150 metros de La Bombonera y, también, La Bombonerita, el predio del club. Y le pidió al juez poder intervenir los teléfonos de varios personajes, entre ellos Cristian Riquelme, cosa que hizo desde el 25 de enero de este año. Cuando a partir de las escuchas creyó que tenía material suficiente, mandó a allanar al hermano del ex futbolista pero se encontró con pocas cosas en su casa del barrio cerrado de Pilar. La fiscal sospechó que la Policía Bonaerense, encargada del procedimiento, le filtró la información y por eso no sólo no había nada, sino que ni siquiera estaba el celular, que Chanchi declaró que se lo habían robado el día anterior.
En el caso de Ricardo Rosica, secretario general, la imputación tiene que ver con la liberación de molinetes o la utilización de tarjetas master para abrirlos cuando los carnets de los socios no funcionan. Según las tareas de los policías hay varios molinetes que se traban y allí la orden para los empleados es utilizar la tarjeta master para que éstos entren y en una ocasión es el propio Rosica el que baja y resuelve el tema con un grupo de vitalicios. Si es una maniobra como sospecha la fiscalía para dejar entrar personas sin carnets válidos y que pagan por afuera o si realmente es una falla técnica que se resuelve en el momento dejándolos pasar para que no se produzcan aglomeraciones, es algo que se deberá dilucidar este mediodía. Los inspectores de los ingresos al estadio ya declararon y dijeron que ellos sólo respondían órdenes o del delegado del gremio o de la secretaría general del club, a cargo de Rosica. Claro que en algunas planillas aparecen directamente capos de la barra, como Mauro Martín o el histórico Santiago Lancry haciendo pasar gente. Habrá que ver cómo se explica eso.
“Solo alguien que no haya pisado jamás una cancha puede pretender armar una historia de esto. Esto comprueba lo que se resalta a lo largo del sumario, una absoluta discrecionalidad y arbitrariedad para tomar a cabo medidas y resoluciones que en su momento deberán ser analizadas en profundidad por el juez que en definitiva resulte competente”, se explayó Riquelme en el documento. Y además insistió: “Es realmente una locura que por realizar mis tareas se me sindique como participante en obtener una ganancia en la venta de una entrada”.
“Si me traen una sola persona que acredite que yo le vendí una entrada o una camiseta podrían tener derecho a tomarme declaración o perseguirme por la calle para incautar mi teléfono, pero esto resulta un atropello que por una falsa denuncia y la incapacidad de los investigadores esta causa avance y se me culpe de todo lo relacionado al Club Boca Juniors que surge de trascendidos no chequeados. Por todo lo expuesto presento este descargo y solicito que el mismo forme parte de la respuesta a la intimación del hecho realizada avisando que no voy a responder ninguna pregunta, porque cuando quise colaborar con el tramite de la causa me mintieron y me mandaron seguir por 8 kilómetros, entonces siendo mi derecho constitucional dejo este descargo presentado para que en su momento lo evalué usted o en su defecto el juez a cargo de la causa y puedan dictar una resolución ajustada a la ley, con pruebas y no con meros trascendidos o acusaciones falsas anónimas”, completó.
La fiscal tomó el escrito, pero decidió seguir adelante con medidas de prueba y sobre todo se esperanza con poder abrir el celular de Riquelme, quien repitió que por ahora no piensa brindar la clave del mismo, lo que complica a la Justicia, ya que no hay en la argentina tecnología para desbloquear un iPhone 14.
EL DESCARGO COMPLETO DEL CHANCHI RIQUELME