Durante la velada del martes, el cine Atlas de Caballito se transformó en el icónico estadio de Lusail. Los redoblantes, acompañados por trompetas y batucadas que improvisaban las canciones de La Scaloneta, alimentaban la expectativa que había en cada sala. Miles de papelitos con los colores albicelestes decoraban las alfombras de los pasillos; y los invitados a la avant premier de la película Elijo Creer (estreno el 7 de diciembre) entonaban los hits de las tribunas que se convirtieron en himnos durante los días en Medio Oriente.
El próximo 18 de diciembre se cumplirá el primer aniversario de la hazaña. Y en las pantallas gigantes, la voz de Ricardo Darín narrará la historia con una sensibilidad que cautiva y emociona. “Hubo un día, en el que todos los argentinos fuimos felices al mismo tiempo”, describirá el artista en un relato cargado de nostalgia.
En diálogo con Infobae, el productor general del largometraje, Gonzalo Arias, reveló cómo fue que nació la idea de contar la intimidad de la Selección en el país del Golfo. “Como hinchas, estábamos muy conmovidos porque se formó un grupo que tiene unos valores que nos representa. Este proyecto nació con el título de la Copa América en Brasil y continuó hasta la llegada a Qatar. Algunos me decían que estaba loco, porque tenía que renovar los votos de exclusividad antes de saber los resultados y Argentina no ganaba el Mundial desde 1986. Fue un sorteo de lotería, que estaba dispuesto a apostar por este plantel. Y tuvimos la fantástica suerte que nos regalaron esta enorme satisfacción que tanto necesitábamos”, describió.
El golpe inicial contra Arabia Saudita generó un simbronazo inesperado. El silencio que cargó de tensión el vestuario sudamericano sirvió para alimentar la esperanza de los más optimistas, que soñaban con lograr el objetivo. “Recibí muchos llamados después de ese partido. Lo sufrí como hincha, como productor y como padre, porque mi hijas también son fanáticas de la Selección y de inmediato asimilé tres cosas: la frase Elijo Creer, las palabras de Leo (Messi) cuando dijo no los vamos a dejar tirados y las declaraciones del técnico de ellos en conferencia de prensa que aseguraron que Argentina iba a pasar de ronda e iba a pelear el campeonato. Cuando el Rey de Arabia Saudita regaló autos y decretó feriados entendí que era una película que se contaba sola, porque el drama había nacido desde el principio”, apuntó Arias.
Una de las invitadas a la gala fue Luciana Rubinska, la periodista que cumplió el sueño de cubrir un Mundial por primera vez en Qatar, y rememoró partido a partido lo que sintió durante sus días felices en territorio asiático. “Cuando perdimos en el debut se me cayó el mundo. Argentina no mereció perder, pero sirvió para que el técnico terminara de encontrar al equipo con los cambios que hizo en el entretiempo”, analizó.
Para Nati Jota, en cambio, el golpe a la mandíbula que recibió La Scaloneta la obligó a replantear sus rituales. “Fui elaborando muchas cábalas. Arranqué el primer partido con una ropa, pero no la volví a usar nunca más. Tiré todo y armé un nuevo vestuario, que después fui repitiendo a lo largo de todo el torneo”, subrayó.
“Si este equipo se repone, no lo para nadie”, había anticipado Lionel Scaloni. Y el renacimiento surgió contra México, el complejo rival liderado por el Tata Martino.
“Se había instalado un temor, porque estaba la presión de ganar. Había mucha tensión hasta que se pudo dar ese desahogo gracias a un Messi brillante. Ahí también adopté la frase Elijo Creer”, recordó Rubinska, aunque advirtió que el gol que más gritó en Medio Oriente fue el que le hizo Enzo Fernández al combinado azteca que selló el 2 a 0. “Traté de cuidar la garganta porque tenía que salir al aire, pero en ese momento no me pude contener”, reveló entre risas.
Para Nati J, en cambio, la segunda fecha del Grupo C significó el inicio de una costumbre que debió continuar a lo largo de todo el certamen. “Estaba chateando con mi familia en el entretiempo y les pedía que hicieran algo, porque estábamos empatando. Ahí inauguré sacarme la zapatilla derecha, y cada vez que algún partido se ponía picante, me tenía que sacar la zapatilla”, confesó.
Las victorias contra Polonia y Australia marcaron el paso previo a los cuartos de final, donde se estableció una especie de clásico contra Países Bajos por todo lo que habían hablado los europeos en la previa. “Se equivocaron. Hicieron enojar a lo que no se tenía que enojar”, deslizó el presidente de la AFA, Claudio Tapia, en referencia a la notable producción que tuvo el astro rosarino. “Probablemente, uno de los goles que más he gritado fue el de Molina, porque fue impresionante el pase que le dio Messi”, destacó Clemente Cancela, otro de los invitados a la ceremonia.
El sacrificio de Rodrigo De Paul para estar en el duelo ante la Orange y las conversaciones privadas que mantuvo con Scaloni en la previa fue otro de los puntos destacados del filme que le regaló detalles inéditos a los fanáticos.
La escala con Croacia marcó el último destino, donde aguardaba el campeón defensor con una estrella indomable: Kylian Mbappé. “La pasé muy mal. Antes del partido estaba muy ansioso y durante los 90 minutos no entendía qué estaba pasando. Estaba como grogui. No era normal. Durante 70 minutos tuvimos el mejor fútbol de la historia y cuando llegamos a los penales me di cuenta de que esa final iba a ser histórica para bien o para mal. Me asusté mucho”, describió el ex CQC.
En una sintonía similar, Luciana Rubinska consideró que el choque con Francia ”fue parte de una película que no lograba terminar de entender. Fue un primer tiempo magnífico que tiene que quedar en la memoria de todos los argentinos, con el desahogo de los penales que fue espectacular”.
“Yo terminé descalza saltando en una pata. La única vez que no tuve que recurrir a esa cábala fue contra Croacia, que fue muy prolija y sin sufrimiento”, agregó Nati Jota, quien se siente representada por Nicolás Otamendi porque cuando juega sus compañeras la apodan Jotamendi. La inflluencer celebró también la revancha que tuvo Ángel Di María, “por todo lo que sufrió” y resaltó la tarea del Dibu Martínez, a quien no le puede “brindar más amor”. “Volví a flashear con la descarga que hace el cuerpo cuando metió el último penal Montiel. Fue una sensación que no pasa con ninguna otra cosa. El último gol no se grita, uno se desarma y empieza a llorar. Es como que uno se derrite y no vuelve a sentir nada parecido. Es la mejor droga del mundo”, completó.
“A lo largo de todo el año repetí millones de veces compilados del Mundial, y sigo en un estado de felicidad que va acompañado en no terminar de caer que somos campeones del mundo”, cerró Clemente Cancela, sin antes recordar que Nicolás Tagliafico le “genera sentimientos muy hermosos”.
Con una dinámica similar a la de Héroes, el antecedente que transformó a Maradona de leyenda a mito y fue narrado por Michael Caine, Elijo Creer deja en evidencia el esfuerzo que realizó un equipo para buscar la gloria y regalársela al mejor de todos los tiempos. “Este grupo dejó en claro que lo colectivo está por sobre lo individual, es una idea muy genuina de este equipo”, explicó Gonzalo Arias.
“Messi me dijo lo que necesitábamos para ser campeones del mundo”, describió en la intimidad Rodrigo De Paul. La ecuación para lograr el éxito se basó en una fórmula que el astro rosarino consideró en base a su experiencia: “El arquero tenía que aparecer en momentos claves para salvarnos. Tuvieron que surgir jugadores que no estaban en consideración. Y también teníamos que saber sufrir”. Ellos eligieron creer. Y ahora son eternos.