A pocos días de cumplirse su primer aniversario, siempre quedan cosas por descubrir sobre la selección argentina ganadora del Mundial del Qatar, porque Rodrigo De Paul se sometió a un extenso reportaje en el ciclo de entrevistas Campeones, un año después, emitido por Star+, con distintos ejes de la coronación en la Copa del Mundo, aunque se destacó el paso a paso de su lesión en la previa al cruce contra Países Bajos, el simbolismo de ese partido y el comienzo traumático de la competición en la derrota contra Arabia Saudita.
El volante del Atlético de Madrid se transformó en el centro de las críticas después de la caída en el debut mundialista y el aspecto futbolístico fue puesto bajo la lupa por su relación amorosa con la cantante Martina Stoessel: “Después de Arabia fue duro. Por algo que me había pasado a mí que fue no ganar el primer partido le estaban cayendo mucho a Tini. Ella se ponía mal y yo no tenía una manera de protegerla más que adentro de una cancha. Después de ese partido decidió viajar y estaba en la tribuna”.
“Yo sabía que si no le ganábamos a México, ella lo iba a pasar mal ese día. ‘Si esto sigue empatado los últimos 10, 15 minutos váyanse’. Es una locura. Porque uno se pregunta qué tiene que ver. Hay algunas cosas que lamentablemente como sociedad tenemos que mejorar. Que direccionamos para un lado que no tiene sentido, siempre buscando culpables. Ese partido fue muy especial también por eso”, señaló sobre la sólida victoria 2-0 en el Estadio Lusail, que revitalizó a la Argentina para soñar con la clasificación a octavos de final.
Luego de imponerse ante Polonia y superar a Australia para ingresar entre las ocho mejores selecciones del mundo, Países Bajos apareció en el horizonte próximo. Las voces disidentes al Motorcito se las llevaron los resultados positivos. El equipo necesitaba de su sacrificio, pero un entrenamiento lo puso en duda hasta las últimas horas. Así contó el paso a paso de su lesión en la antesala a un duelo del cual dependía su retorno a la Argentina después de la competición.
* De Paul sobre la atajada del Dibu Martínez a Kolo Muani
“Fue de la nada, hicimos un reducido y, en la última jugada, yo quiero tirar un centro atrás y sentí. Ahí se acerca el Enano (Messi), que estaba cerca de la jugada, me pregunta y le digo, no sé, sentí algo ahí, también se acerca el técnico, me dice: ‘¿te desgarraste?’, le digo no sé, nunca me desgarré, no sé qué se siente”, inició su desmenuzado relato de aquel momento.
La inmediatez del decisivo compromiso iba a contramano de los tiempos médicos: “Cuando me voy a hacer la ecografía me dicen que estaba desgarrado, que era un grado uno. Yo digo ¿qué es un grado uno? Son 10 ó 15 días, me dicen, y les digo: ‘No, juego pasado mañana. Esa noche fue muy dura porque yo no sabía qué hacer. El médico me dijo: ‘Perdete este y de última con cinco o seis días vas a estar mejor, o podemos ver de intentar’. ‘Ah, pero yo no sé si vamos a jugar la semifinal, no sé si después me van a volver a convocar en cuatro años, puede ser mi último partido en una Copa del Mundo, no me lo puedo perder’. Entonces me dice que hay un 80 por ciento de que me rompa más y me quede afuera de todo. Todo eso jugaba en mi cabeza”.
En ese momento, la figura de Lionel Messi reapareció en su narración y De Paul blanqueó el mensaje de la Pulga: “Fui a la habitación, voy a hablar un rato con el Enano y me dice: ‘No jugués, yo te voy a llevar a la semifinal, vos la semifinal la vas a jugar’. Y él sabe que lo adoro y le digo: ‘Bueno, Leo pero voy a decidir yo, dejame decidir’, y él se quedó como diciendo...’¿no me escuchaste?’”.
“Me fui para mi habitación, me puse a llorar, lloré mucho esos días también, porque era muy difícil y aparte salió la noticia, entonces todos preocupados, mi vieja...”, expresó el mediocampista de 29 años. A continuación, su novia tomó un rol preponderante en su decisión final: “Hice una videollamada con Tini, ella me dijo: ‘Hacé lo que vos sientas que no te vas a arrepentir’, yo siento que tengo que jugar, pero también está todo lo otro, me puedo romper más, no puedo jugar, y ella me volvió a decir: ‘Hace lo que sientas, ahí no te vas a arrepentir’”.
Pocas horas después, Rodrigo De Paul se sometió al último intento para decir presente contra el elenco europeo y, tras alcanzar los requisitos necesarios en velocidad, Lionel Scaloni le dio su máxima confianza para ser titular contra Países Bajos. Jugó 65 minutos. Fue el primer cambio de la Celeste y Blanca para dejarle su lugar a Leandro Paredes.
El dramatismo de esa definición, que se terminaría resolviendo por penales, ocultaba un objetivo mucho más profundo: “Ganarle a Holanda era irnos el último día. Ese día fue muy importante. Fue cumplir con las expectativas y el mensaje que habíamos mandado. Había sido tanta la mierda que me habían tirado que yo sentía que... yo le dije a Leo: ‘Si no llegamos al último día, yo ni vuelvo a Argentina para Navidad. Me quedo en Madrid. Yo sé qué me espera’. Me iban a decir cualquier cosa”.
Más adelante, sus compañeros de la Selección cambiaron el ambiente de la entrevista con distintos comentarios a distancia que desconcentraban a De Paul. Una de las burlas estaba vinculada al personaje principal de la serie El Marginal: “¿Querés que arranque yo? Arranco eh... Porque vos me decís Diosito con esa nariz que tenés... Bueno, no me busquen a mí”. Acto seguido, le comentó a una persona cercana a la grabación: “Mandalos para adentro que me están desconcentrando. Ustedes que hacen ahí nenes, vayan a dormir también...”.
“¿Diosito te tiran?”, intentó retomar el hilo de la conversación el conductor, Sebastián Vignolo, y recibió esta respuesta: “Que se yo, me vuelven loco. 200 cositas me dicen”. En este sentido, el presentador hizo hincapié en la personalidad del jugador, quien también admitió ser molesto en la intimidad de la concentración: “Sí, yo me vuelvo loco. Entro a las piezas, pateo la puerta, están durmiendo y les tiro agua. Soy bravo, no es fácil aguantarme a mí, ja”.
MÁS DECLARACIONES DE RODRIGO DE PAUL
La práctica en la que arriesgó su físico para estar contra Países Bajos: “Me fui a acostar y al otro día, que era el día del partido, a la mañana me vino a buscar el profe con el GPS y me dice, tenés que llegar a tales números en velocidad y corriendo, si vos llegas estás para jugar. Yo había terminado la charla con el Enano la noche anterior, veo que sale de la habitación con el mate y me dice ‘Vamos, yo te banco, si vas a probar yo te banco’. Me acompañó, se quedó sentado en una pelota con el mate. Las dos tres primeras que hago, yo tenía que hacer unos skipping y salir en velocidad para llegar a los números que él me pedía y cuando hago la segunda, que yo iba despacio, lo miro y él mira el GPS y me hace (con la cabeza), ‘No está’. Y quedaban dos, tres más y bueno y en esas dos, tres más dije cierro los ojos y si me rompo ya no juego más, pero voy a probar. Lo hago y salgo rápido y, yo el dolor lo sentía pero lo aguantaba, sabía que lo iba a aguantar, mi miedo era que, el médico me dijo que tenía un 80 por ciento, vos tenés una lastimadura así y la deja así. Bueno probé esas dos tres más, llegué al número y no se abrió más”.
La plena confianza de Scaloni en la charla posterior al entrenamiento: “Leo estaba ahí, tenemos unos videos ahí probando. Después de eso fui a hablar con Leo y con el técnico y le dije que yo estaba y me dice: ‘¿Qué fue, un milagro?’. ‘No, pero estoy bien’, le digo ‘sabés que yo no te puedo sacar a los 10 minutos en los cuartos de final de una Copa del Mundo’, le digo: ‘No, no, quedate tranquilo’. Ahí para mí fue de mucho orgullo, de mucha admiración, porque él completamente me dejó decidir, él me escuchó a mí y confió en que si yo le decía que estaba, estaba y que si le decía que no estaba, no estaba”.
El vuelo de regreso a la Argentina con la Copa del Mundo: “Tuvimos un vuelo de vuelta bastante largo. No la dejábamos de tocar boludo, jugábamos a las cartas con la cosa acá. Jugábamos una mano y la tenía yo, a la siguiente Lautaro, después Lean. Ahora te toca a vos. Te hipnotiza. Ahora está en el predio, vas a la utilería y vas a buscar un pantalón, la tocas. Te sacás una foto hoy, otra mañana. Una todos juntos. Es todos los días así. Tiene algo que te hipnotiza, no sé a qué se debe. Pero querés estar todo el día cerca”.