Ruggeri reveló detalles de la visita de los campeones del mundo del 86 a Carlos Bilardo: su rutina diaria y el elogio a la Selección de Scaloni

El Cabezón fue a ver al histórico entrenador de la Argentina, que alzó el título en el Mundial de México, en compañía de Jorge Burruchaga y Ricardo Giusti

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Carlos Salvador Bilardo quedó en el olimpo del fútbol nacional después de ser uno de los tres entrenadores campeones del mundo con la selección argentina en toda la historia junto a César Luis Menotti y Lionel Scaloni. A 37 años de su título en México 1986, el Narigón mantiene una excelente relación con el plantel coronado en el Estadio Azteca y Oscar Ruggeri, uno de los héroes de aquella gesta, detalló el detrás de escena de la charla mantenida este jueves con el DT en su casa.

El Cabezón asistió en compañía de Ricardo Giusti y Jorge Burruchaga, dos caudillos ganadores de la segunda estrella con la Albiceleste. El conductor del programa F90, Sebastián Vignolo, lo introdujo en el tema al mostrar la imagen subida por Burru a sus redes sociales y el Chavo Fucks le dio el pie a su compañero para el inicio del relato: “Nunca te abraza”. Eso encendió la chispa de Ruggeri: “Agarraba al guacho y le decía abrázame, no te abraza...”.

“Le pregunte a Burru si se había abrazado alguna vez con Bilardo y me respondió: ‘Sí, me abracé cuando hice el gol que me saca’. ¿Te acordás que Burru salió? Dice que lo abrazó en el banco”, declaró en referencia al tanto convertido en la final de la Copa del Mundo ante Alemania. Pocos minutos después de esa acción, fue reemplazado por Marcelo Trobbiani. En ese instante, recordaron el abrazo de Bilardo con Diego Maradona, -en ese entonces- técnico de la Argentina, después del partido ganado ante Uruguay para clasificar al Mundial 2010: “Sabés que no tengo, no sé ustedes, no tengo abrazos de Bilardo con jugadores. Nunca me abrazó”.

Más adelante, reveló una intimidad del encuentro sostenido en el domicilio particular del hombre de 85 años, quien fue diagnosticado en mayo de 2018 con el síndrome de Hakim-Adams, una enfermedad neurodegenerativa: “¡Morfa! ¡Lo que come! Le gustan las galletitas, le mete a las de chocolate, que a nosotros no nos dejaba comer, entonces ayer le decía: ‘Ah... ¿Te comés las de chocolate ahora? Y a mí me decías que yo tenia 20 años, tenía una energía y me decías: no comás de chocolate que no podés comer. ¿Cómo vas a comer chocolate? Me tenías cagando‘. Se reía...”.

“Cada vez que nos acercamos al departamento... Ya la gente del edificio nos espera en la puerta y nos dice: ‘Por favor, denle un abrazo ahora que suban’. Ayer, una señora grande, que nos conoció, nos comentó que sabía que veníamos a ver a Carlos, nos abrió la puerta y ya nos metimos”, contó sobre los minutos previos a reencontrarse con su ex conductor.

Más adelante, dio a conocer algunos detalles de la rutina diaria mantenida por el Narigón y su permanente vínculo con la Celeste y Blanca: “Se despierta tempranito, desayuna y duerme hasta las 13:30. Luego, le meten el programa nuestro. Le pregunté si estaba viendo a la Selección y me respondió que sí. Le digo: ‘¿Y? Juegan bien estos’. Me dice que sí. Le digo: ‘Juegan mejor que nosotros’. ¿Te acordas lo que éramos nosotros antes de 1986? Me queda mirando, como diciendo: ‘Eran espantosos’. Cada vez que juega Argentina, lo sientan frente al televisor y ve a la Selección”.

La historia publicada por Jorge Burruchaga
La historia publicada por Jorge Burruchaga

“Cuando vamos nosotros, esperamos que nos abra la puerta el tipo de 44 años que nos agarraba, nos sentaba y nos decía: ‘Siéntense ahí, vamos a ver el video de Arabia, de África...’”, expresó. Ese vínculo forjado desde la llegada de Bilardo a la Selección en 1983 dejó un legado permanente en la vida de Ruggeri: “No sé si somos amigos. No lo tengo como mi amigo, lo tengo como mi maestro”.

Al contemplar la foto del encuentro colocada en una de las pantallas del estudio, Oscar Ruggeri se permitió un breve discurso sobre los valores transmitidos por Carlos Bilardo: “Un genio total. Lo sufrimos, pero lo disfrutamos. Es loco porque están las dos cosas. Lo sufrimos porque lo sufrimos... pero lo sufrimos porque había que entrenar, había que dedicarse a ser jugadores de la selección argentina. Si no, no podías estar ahí, por eso se fueron un montón que hoy, cada vez que los cruzo, me dicen que están todos arrepentidos. Pero bueno, los que lo bancamos, y nos bancamos cosas, estuvimos ocho años y jugamos dos finales del mundo en dos Mundiales. Increíble, no es muy normal”.

¿Cómo no vas a querer a este tipo? Este tipo fue adelantado, hay cosas que veo hoy, que hacen trabajos en la cancha, las formas de jugar, de moverse, este tipo lo lo empezó a hacer en 1983. Tenía todo en la cabeza”, añadió.

En ese momento, hizo hincapié en la comunión creada en ese grupo que hizo historia con la selección argentina: “Nosotros vamos a terminar todos abrazados porque este tipo fue el responsable de que hoy yo este abrazado con Burru, con el Gringo (Giusti), con el Checho (Batista), con (Sergio) Almirón, con Jorge Valdano, con (Pedro) Pasculli... Este señor es el absoluto responsable de que estemos todos relacionados, de que se conozcan nuestras familias e hijos, de que sepan las cosas que pasaban. Las mujeres sabían más que nosotros, porque él hablaba mucho con ellas. Era vivo. Él sabía que, hablando con ellas, le iban a contar todo lo que nos pasaba a nosotros. Era así, un genio”.

“Gracias a Dios, puedo levantar el teléfono, llamar a cualquiera de los chicos que estuvimos en el Mundial y resolver cualquier problema. Me pueden llamar y podemos resolver todos los problemas que tenemos. Siempre vamos a estar ahí. Este hombre nos llevó a ser así, nos educó. Me educaron mis viejos y después me terminó de educar éste a los 21 años a todos los niveles: familia, cómo había que vivir, qué era lo que se podía o no gastar. Nosotros estábamos locos por los coches y él decía: ‘¿Para qué?’. Él andaba en un (Ford) Fairlane”, cerró.

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