Una jugada maravillosa, que termina con un golazo, para obtener un gran título con todas las condiciones en contra. Esa imagen de televisión se guarda y se cuida como lo que realmente es: un tesoro. Se pasa a cada rato y los hinchas de todos los clubes, no solo los de Independiente, pueden disfrutar de esa gema de Ricardo Bochini ante Juventus, desde el mismo día que lo concretó, el 28 de noviembre de 1973. Ese era el ideal, pero nada de aquello sucedió, salvo el gol. La falta de memoria audiovisual, crónica en aquellos años (y en los posteriores en Argentina) hizo que aquellos que la vieron en directo en esa calurosa mañana por la pantalla del viejo canal 7, fueran privilegiados, porque luego no quedó rastro alguno. Así fue creciendo el mito del gol fantasma del Bocha, perdido en un laberinto de leyendas y recuerdos lejanos, envueltos en una bruma roja. Hasta que la perseverancia de una persona, consiguió el milagro…
Las fotos en blanco y negro y la reconstrucción que realizó la revista El Gráfico, que se destacaba, entre otras cosas, por esos certeros dibujos donde se detallaban los movimientos de los futbolistas hasta concretar un tanto, eran los testimonios que habían sobrevivido y que se repetían en cada aniversario u homenaje a Ricardo Bochini. Por suerte siempre aparecen espíritus inquietos, que desafían un destino que parecía certificado, para intentar la quimera. En este caso tiene nombre y apellido: Mariano Asch. Productor musical, periodista y fanático de Independiente, se embarcó en una tarea que parecía imposible.
“La historia surgió por iniciativa de un amigo mío, Mariano Pérez, hincha de Independiente y también coleccionista del Rojo y videasta. Él fue el que me quemó la cabeza diciéndome que había que mover todos los hilos posibles para tratar de conseguir esta joya perdida del fútbol argentino. Un día estaba en mi casa mirando un DVD realizado por uno de los bateristas de Los Ramones, banda de la que soy muy fana, donde había un bonus track que contenía el crudo de un concierto en Roma en 1980. En los agradecimientos figuraba el nombre de Paolo Di Gaetano, que resultó ser un italiano con quien me carteaba desde hacía muchos años por compartir esa pasión musical. Enseguida supuse que por allí podía tener una pista, por su vinculación con la RAI, la radio y televisión de aquel país”.
Independiente se había ganado el derecho de disputar nuevamente la Copa Intercontinental, luego de ganar por cuarta vez la Libertadores, en este caso ante Colo Colo, en un tercer partido en el estadio Centenario de Montevideo. En la noche donde Bochini hizo su debut oficial en el torneo. En las tres ocasiones anteriores, había perdido la definición con su par de Europa: dos veces con el Inter de Milán en la década del ‘60 y el año anterior ante el poderoso Ajax de Johan Cruyff. El elenco de los Países Bajos fue nuevamente el vencedor de la Champions, pero no quiso disputar el match contra los Rojos. Su lugar lo tomó el sub campeón, Juventus, que puso como condición que fuese solo un partido (la modalidad era de ida y vuelta) y en Italia. Independiente lo aceptó.
Como buen fanático de Independiente, para Mariano Asch, aquella era una historia fabulosa, a la que le faltaba un eslabón y estaba decidido a realizar todos los esfuerzos por conseguirlo: “Le mandé un mail a mi amigo Paolo explicándole que era hincha de Independiente y de la importancia de poder encontrar ese gol de la final Intercontinental, ya que estaba perdido, a lo cual me respondió que no solamente sabía a la perfección de lo que le estaba hablando, porque era simpatizante de Juventus y había estado ese día en la cancha. Allí me confirmó que había sido él quien consiguió esas imágenes para el DVD y me dio el contacto de una mujer llamada María que trabajaba en la RAI. Comencé a mandar mails en reiteradas ocasiones, pero nunca me contestaban, hasta que llegó una respuesta que decía que lo único que había era un video que solo contenía parte de los festejos, pero eso era algo que en Argentina ya tenía la gente de la Iglesia Bochinesca. Pasó un tiempo y, de la nada, recibí otro correo, donde me informaban que encontraron un rollo fílmico original que estaba rotulado como Highlights de esa final. Allí fue donde tomé conciencia que era muy probable que dentro de ese video pudiese estar el gol”.
Dirigido por Roberto Pipo Ferreiro, el plantel arribó al aeropuerto de Ezeiza en la tarde del domingo 25 de noviembre para tomar el vuelo programado para las 19:30, que finalmente despegó a las 22:45 con 17 futbolistas en busca de un sueño. Un par de horas antes, obviamente con equipo alternativo, había igualado en Jujuy 2-2 contra Gimnasia y Esgrima de esa provincia, por la 12° fecha del torneo Nacional. De los jóvenes integrantes, quien más destacada carrera desarrolló fue Esteban Pogany.
La delegación arribó a Roma en horas del mediodía del lunes. Había mucha confianza, porque varios de ellos eran hombres ya probados en batallas coperas, como Miguel Angel Santoro, el Zurdo López, Pancho Sa, el Chivo Pavoni, a quienes se sumaba la frescura y habilidad de dos chicos que serían grandes: Daniel Bertoni y Ricardo Bochini. Aquel miércoles 28 de noviembre, en un hecho poco usual para la época, Canal 7 levantó su programación matutina para hacerle espacio a la transmisión del partido vía satélite desde las 11 hs. En Roma hacía muchísimo frío, pero para sorpresa de los jugadores, el calor llegó desde un grupo de compatriotas que estaban en las tribunas. Eran los integrantes de la Fragata Libertad, quienes horas antes habían sido recibidos por el Papa Paulo XI y que gritaban sin parar “Dale Rojo” y “Argentina, Argentina”.
A mediados de la primera década del nuevo siglo, Mariano Asch sentía que estaba más cerca que nunca de acariciar la gloria. Ese video podía tener la jugada tan buscada, pero todavía tendría que esperar: “Necesitaba tener la certeza que en esa cinta estuviese el gol de Bochini, a lo que el italiano me respondió que para saber eso había que digitalizar el material, cuyo valor era de 500 euros. Estaba dispuesto a pagarlo, pero solo por el gol. La contestación fue que no pensaban pasarlo a digital hasta que tuvieran el dinero. Finalmente logré que esta persona gestionara para que mi amigo Paolo pudiese ir a los estudios de la RAI en Roma para que se lo proyectasen. El día acordado, no sé bien qué problema tuvieron en el canal y no lo pudieron hacer, con él ya allí. Entonces le contesté ofendido que le habían hecho perder el tiempo a mi amigo. En su respuesta se disculpaba y me pedía la dirección de mi casa. Sospeché que lo que querían eran sacarse de encima el tema, pero para mi sorpresa, unos quince días después tocaron el timbre y allí estaba el sobre proveniente de Italia, cuyo contenido era un VHS de color negro, que en lomo tenía un papel con la leyenda “Juventus vs Independiente”. Inmediatamente lo puse en la video casetera y pude observar que allí estaban las mejores jugadas, el penal errado por Cuccureddu y, por supuesto, el golazo del Bocha”.
Habían valido la pena tantos mails y la insistencia extrema. Ese gol, que solo habitaba en la retina de los que lo habían podido observar aquel mediodía en blanco y negro, o quienes conservaban los ejemplares de las revistas con sus fotos. Ahora era una realidad. Se podía ver, y en colores, esa maniobra para la posteridad que Bochini contó tantas veces: “Cuando me encontré en situación de gol, comprendí que ese momento tal vez no iba a repetirse y puse mis cinco sentidos en la definición. Eduardo Commisso inició la jugada desde el lateral derecho, entregándosela a Raimondo, que se la pasó a Bertoni y allí hicimos dos paredes seguidas. La última me dejó mano a mano con Dino Zoff. Cuando lo vi venir, puse el pie derecho debajo de la pelota y se la mandé por arriba. Fue un hermoso gol, de los mejores que hice en mi vida, por su trascendencia y lo brillante de la jugada”.
No eran buenos tiempos para Independiente, allá por 2007, cuando hizo su mágica aparición ese video anhelado. Mariano tenía un tesoro en sus manos y quería compartirlo con los hinchas y, sobre todo, con el ídolo: “Yo era de los tantos que estaba muy disgustado con lo que habían sido las gestiones de Ducatenzeiler y Comparada y estuve ahí cuando Javier Cantero lanzó su agrupación. Armó un evento llamado el día del gol, por la fecha del nacimiento de Arsenio Erico, en el teatro Roma de Avellaneda. Yo le dije que le llevaba el video con el gol de sorpresa que nadie había visto con varias condiciones: Que estuviese Bochini en el lugar, que no se anunciara nada de la filmación y que el DVD lo manejaba solamente yo, porque no quería que nadie lo tocara. No me di cuenta de agregar la prohibición de filmarlo, porque alguien lo hizo y al día siguiente ya estaba subido a Youtube. Esa noche el Bocha subió al escenario y fue muy lindo. Tiempo después Daniel Bertoni, por algún contacto que le habrá quedado de sus años como jugador en Italia, también consiguió una copia y anduvo diciendo por ahí que lo había encontrado él, pero eso no es verdad. Quien lo logró fui yo”.
Fue un mediodía inolvidable el del miércoles 28 de noviembre del ‘73 para los hinchas de Independiente. Muchos de ellos se fueron acercando hasta la sede de la avenida Mitre para celebrar que la atiborrada vitrina ahora si esta completa. El destino quiso que cuatro días más tarde, por el torneo local, debiese enfrentar como visitante a Racing. Casi todos los héroes de Roma fueron de la partida esa tarde, con una salida al campo apoteótica, porque la fila la encabezó el capitán Pepe Santoro, llevando en sus manos la Copa Intercontinental. En estos 50 años, muchas cosas cambiaron para peor, porque el público de la Academia asistió respetuoso a la vuelta olímpica de su clásico rival, que la hizo por tradición y no con el fin de provocar. Todo ese marco sería impensado en la actualidad.
Sobre el final, y casi como el bonus track del DVD de Los Ramones que fue el puente para lograr la hazaña, Mariano nos deja un dato interesante: “A partir de ese momento arrancamos junto a Mariano Pérez y Frank Blumetti con la idea de hacer un documental sobre algo que uniese a ese gol, a Bochini y la histórica final. Logré hablar por teléfono con el Bocha, gracias al contacto que hice por intermedio de Javier Cantero, que en ese momento era un hincha más de Independiente, y ni pensaba involucrarse en la política del club. Él fue quien hizo la movida para que se le pusiese el nombre de Bochini a la calle cercana a la cancha. Estaba todo encaminado, incluso por una casualidad completamente increíble conocí a Claudia Villafañe y por su gestión logramos hacerle una entrevista a Diego para ese documental, hablando con devoción del Bocha. Lamentablemente, al poco tiempo Mariano se fue a vivir al exterior y nunca se concretó el documental. Créase o no, el único testimonio es el de Maradona, registrado a principios de 2008, meses antes que fuera técnico de la Selección”.
Pasó medio siglo de una gesta inolvidable. El tiempo donde Independiente coleccionaba gloria y se emborrachaba con copas llenas de buen fútbol. Como el que desplegó en el estadio Olímpico de Roma contra la Juventus, cuando por un rato logró convertir a la tierra en el otro planeta rojo.