Luego del debut con empate 1-1 ante Al Ettifaq por la Saudi Pro League, Marcelo Gallardo celebró el primer triunfo al frente del Al Ittihad: fue 2-1 ante el OKMK de Uzbekistán, gracias a dos golazos de Abderrazak Hamdallah. Martin Boakye descontó para su rival a diez minutos del final, pero no logró torcer el desarrollo del pleito.
Con la victoria, el campeón vigente de Arabia Saudita lidera el Grupo C de la Champions League asiática con 12 puntos, seguido de Sepahan FC (Irán) y Al Quwa Al Jawiya (Irak), ambos con 7 unidades. OKMK se halla en el sótano de la tabla, sin poder sumar. El camino de los Tigres en esta etapa del certamen culminará el lunes 4 de diciembre en Itán ante Sepahan.
Los dos tantos fueron estéticamente muy atractivos: el primero llegó tras un pelotazo largo de Fabinho (Karim Benzema y Luis Felipe fueron las otras estrellas que actuaron como titulares): Hamdallah ganó con el cuerpo y sacó un remate fuerte que pasó entre las piernas del arquero.
Luego, Al Ittihad amplió el score en una transición veloz de cuatro toques que derivó en un centro atrás y en la definición del citado punta, de 32 años, oriundo de Marruecos, que jugó el último Mundial de Qatar ganado por Argentina.
* La segunda conquista del conjunto que orienta el Muñeco
“Tenemos pocos días de trabajo, hace una semana recién que estamos aquí, hay un plantel bastante corto, tenemos muchos lesionados. Estamos haciendo un diagnóstico de lo que tenemos para jugar la cantidad de partidos que tenemos en este tiempo y esperar gestionar las cargas de los jugadores para jugar todas las competencias”, analizó Gallardo antes del pleito que le sacó una sonrisa y vivió con intensidad. De hecho, la primera vez que se levantó del banco fue ante un error defensivo que lo puso en guardia.
El jueves llegará el primer duelo como local de Al Ittihad con el ex River en el banco: será ante Al Khaleej, a las 15, por la fecha 15 de la liga saudí.
* El resumen completo del encuentro
A pesar de los pocos días que lleva al comando del plantel, los jugadores parecen empezar a generar buena química con el DT. Así se percibió en el vuelo a Uzbekistán: en el momento que el entrenador ingresó a la cabina principal, los integrantes del grupo arrancaron a corear su apellido.
La reacción del Muñeco fue soltar una tímida sonrisa y reírse del momento junto a sus nuevos dirigidos. Luego, ya en el césped, le regalaron otra sonrisa, acompañada de tres puntos.