La selección argentina Sub 17 está decidida a hacer historia en el Mundial de Indonesia 2023 y buscará por primera vez levantar la Copa del Mundo de la categoría (su mejor actuación fue el tercer puesto conseguido en Italia 1991, Ecuador 1995 y Finlandia 2003 -en Trinidad y Tobago 2001 y Emiratos Árabes Unidos culminó en el cuarto lugar-). Una de sus principales esperanzas radica en los goles de Agustín Ruberto, el centrodelantero titular del conjunto conducido por Diego Placente.
Además de pregonar el buen fútbol en sus equipos, River Plate desde hace varios años se caracteriza por ser una cantera inagotable de jóvenes talentos. Como sucedió en el Mundial de Qatar con jugadores como Julián Álvarez y Enzo Fernández, entre otros, ahora pasa con Ruberto y compañía (Ulises Giménez, Franco Mastantuono, Claudio Diablito Echeverri e Ian Subiabre).
El centrodelantero, que ya supo brillar con la camiseta albiceleste en el torneo Mondial Football Montaigu de Francia, ahora es una de las principales figuras en lo que va de la Copa del Mundo al ser el líder de la tabla de goleadores del Mundial con cinco conquistas. Con los dos tantos ante Venezuela logró superar la línea del brasileño Kaua Elias, el japonés Rento Takaoka (su selección fue eliminada en octavos a manos de España) y del uzbeko Amirbek Saidov. En carrera por la Bota de Oro también aparecen otros nombres, como los del brasileño Estevao o el maliense Mahamoud Barry, todos con tres tantos.
El punta surgió sobre el final de la goleada ante los sudamericanos. Primero picó la pelota de manera fantástica en el penal y luego se despachó con una soberbia media vuelta para liquidar el pleito. Anteriormente había convertido de tiro libre en el debut ante Senegal, en el epílogo del cotejo ante Japón y en la paliza ante Polonia. De este modo el punta anotó al menos un gol en cada una de las cuatro presentaciones del elenco albiceleste.
El canterano millonario también marcó un hito para la Albiceleste, al ser el argentino que más goles gritó en un Mundial Sub 17, superando a Fernando Gatti (Gimnasia y Esgrima La Plata) en Ecuador 1995 y Joaquín Ibáñez (Lanús) en Emiratos Árabes Unidos 2013, ambos con cuatro tantos.
El próximo objetivo, aunque complejo y ambicioso, será el de convertirse en el máximo artillero en la historia de esta competencia, logro que actualmente ostenta el nigeriano Victor Osimhen en Chile 2015 (actualmente brilla con la camiseta del Napoli de Italia). En ese torneo se despachó con 10 gritos. El próximo compromiso para los de Diego Placente será el viernes ante Brasil en el Estadio Internacional de Yakarta. En ese choque, además de buscar avanzar a semifinales, Agustín intentará eliminar de su competencia personal por la Bota de Oro a dos de sus principales perseguidores.
Su nombre suena con fuerza desde hace tiempo en los pasillos del Monumental, por lo que los dirigentes tomaron nota rápidamente de su talento y a mediados del año pasado no dudaron en ofrecerle un contrato profesional pese a su corta edad. “El delantero juvenil Agustín Ruberto (categoría 2006) firmó su primer contrato con el club. El vínculo se extiende hasta diciembre de 2024. ¡A seguir creciendo, Agustín!”, con esas palabras anunció la noticia River Plate en sus redes sociales.
En la misma sintonía se encuentra Martín Demichelis. Según lo que pudo averiguar este sitio, desde el club de Núñez comenzaron a moverse para realizar los trámites de visado para que pueda estar presente en la pretemporada que realizaría el primer equipo en enero en Estados Unidos, ya que es del agrado del director técnico. Vale recordar que el Diablito Echeverri ya debutó de manera oficial de la mano de Micho y que Ulises Giménez también estuvo a un paso de participar de la anterior pretemporada, pero sus papeles no llegaron a tiempo para subirse al avión.
“Agustín es un 9 de área que también sabe salir a jugar si el partido lo requiere. Sabe jugar muy bien de espaldas. Sabe y es muy fuerte haciendo de pivot para que sus compañeros entren a las descargas. También tiene mucha potencia cuando se pone de frente al arco. Es muy buen definidor y tiene un muy buen juego aéreo”, le explicó a Infobae en su momento Martín Pellegrino, entrenador de la Octava División de River Plate.
Los conocedores de las Inferiores de la entidad de Núñez sostienen que cuenta con una capacidad notable para el anotar y que no necesita de muchas chances para convertir. “Su mayor virtud es que le sale muy fácil el gol. De derecha, de zurda, de cabeza... Se genera las situaciones solo”, le remarcaron a este sitio desde la cantera de la entidad de Núñez.
Su historia con la pelota número cinco comenzó desde chiquito, cuando a los cuatro años empezó a ir al club Barrionuevo de baby fútbol, ubicado en la zona de San Fernando, provincia de Buenos Aires. Dos años más tarde, durante una maratónica jornada de partidos, Pablo Espiñeira, uno de los captadores de talentos de Parque Chas, quedó obnubilado por un defensor que sobresalía por su potencia física.
El destino quiso que en su camino se interpusiera River Plate. Producto de una amistad con el arquero de su equipo acudió a una prueba en las Infantiles del Millonario en el 2011. Christian López, entrenador y coordinador de las categorías que participan de la Liga Metropolitana de la entidad de Núñez fue el encargado de “tomarle examen”. Tras tres días de verlo de cerca lo ficharon sin dudar.
Con el correr del tiempo, Ruberto se fue acostumbrando a su cuerpo y dejó de ser un jugador que ganaba sólo por potencia física a ser alguien más técnico. Al notar este cambio, Fabián Mazza decidió colocarlo como centrodelantero, haciendo del área su hábitat natural para no parar de romper las redes.
Sus primeros pasos por las Infantiles con la banda roja cruzada en el pecho fueron prometedores, ya que salió campeón ante Boca dando la vuelta olímpica en La Candela de la mano del Betito Alonso. Al año siguiente, tras participar de un torneo internacional en Venecia, Italia, salió campeón de manera invicta en el torneo de AFA.
Sergio Spataro, actual encargado de la coordinación de Liga Metropolitana - Juveniles Menores del club, fue el primero en incentivar su apetito goleador. Le prometió una camiseta de River Plate dependiendo de su promedio de gol. El joven cumplió el objetivo una fecha antes, quedándose de este modo con su primera remera original de la institución.