El martes el estadio del Maracaná se olvidó del clásico entre Brasil y Argentina después de que sonaran los himnos porque en la cabecera en donde se ubicaban miles de fanáticos albicelestes se estaba desatando una brutal represión por parte de las fuerzas de seguridad contra la parcialidad visitante. Las escenas fueron replicadas por gran parte de la prensa mundial y una de las imágenes más virales en redes sociales fue la de un joven que tuvo que abandonar la tribuna en camilla y ensangrentado.
Se trata de un argentino que vive en Río de Janeiro y que tuvo que recibir puntos de sutura en la cabeza producto de un golpe que sufrió en medio del caos. Este miércoles, después de una jornada que quedará en la historia, Eugenio dialogó con TyC Sports sobre lo que vivió en el estadio.
“Entramos tranquilos, estábamos lo mas bien hasta que arrancó un tumulto y entró un cordón policial que en vez de separar para los dos lados y hacer un punto medio entre los dos, empezó reventar a palazos”, comentó el joven que vive con su novia en Brasil. “Nos llevan tanto para atrás que no había mas espacio, la gente quedaba aplastada e intentamos salir para abajo o para arriba, y en uno de esos empujones me caigo y me pego la cabeza contra uno de los parantes. Perdí el conocimiento ahí porque no me acuerdo mas nada”, relató.
Eugenio dejó en claro que en la previa del encuentro se vivía un clima de absoluta paz y camaradería entre ambas parcialidades hasta que, minutos antes del inicio, por el sector en donde se encontraba ingresó un grupo de “barras” brasileños que sembró un clima hostil para los argentinos. De allí habría nacido el conflicto que continuó con la represión policial dirigida exclusivamente hacia los visitantes.
Aún alterado emocionalmente por lo vivido, prosiguió: “Yo no pegué ni nada, me caí y me di la cabeza contra un parante de la escalera y de ahí no me acuerdo mas nada. Después me levanto dentro del hospital que hay en el Maracaná, porque yo nunca salí del Maracaná, tenía la mano esposada, llena de sangre, la cabeza y los ojos llenos de sangre”.
Después de despertarse en esa sala, le informaron que estaba detenido “en carácter de demorado”. Allí se encontraba también uno de los agentes que más violencia e impericia mostró en las tribunas: “Este que se ve en los videos, vestido de azul, blanco y negro, que creo que es policía militar, nos dijeron que son gente que está preparada para este tipo de casos. Ese a lo único que fue es a pegar. Inclusive, yo e fui a las 4 de la mañana del Maracaná, igual que los chicos que estuvimos demorados ahí, éramos ocho. Estaba este chico de Atlanta que tenía el brazo con dos huesos quebrados y el dedo chico quebrado y los mismos Policías que los reconocemos en los videos se sacaban fotos con la radiografía suya y selfies con nosotros como trofeo de guerra”. Y sentenció: “Ellos estaban contentos y sentían que eran héroes”.
Eugenio y el resto de los detenidos pudieron abandonar el Maracaná a la madrugada después de haber pagado una multa de 200 reales: Nos juzgaron a los ocho juntos, como que habíamos enfrentado a la Policía y armamos una guerra”.. Pero, según le explicaron allí, tienen la posibilidad de iniciar una demanda por los daños sufridos:
“Gracias a las personas del Consulado que estaban ahí, si no había gente del Consulado ahí, probablemente también íbamos a cobrar ahí adentro”, aseguró.
Horas después del histórico partido que ganó la selección argentina en el Estadio Maracaná contra Brasil por la sexta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) emitió un comunicado a través de su página oficial en el que se pronunció sobre la grave agresión que ejecutó la Policía Militar de Río de Janeiro sobre los fanáticos argentinos en una de las gradas.
El ente afirmó que “la organización y planificación del partido fue realizada cuidadosa y estratégicamente por la CBF, en conjunto y en constante diálogo con todos los órganos públicos competentes, especialmente la Policía Militar del Estado de Río de Janeiro”. Sin embargo, hubo un cruce de versiones entre lo que planteó la CBF y unas palabras de las fuerzas de seguridad en la televisión brasileña.
Al mismo tiempo, la entidad quiso dejar en claro que estaba en contra de las declaraciones realizadas por el coronel Ferreira, Jefe del batallón policial, quien afirmó que el problema radicó en tener un sector de aficionados mixtos en la tribuna. “Notamos que la organización del evento vendió entradas en el estadio de forma mixta. Esto supuso un gran obstáculo para la seguridad privada, que solicitó refuerzos a la Policía Militar. Logramos estabilizar los disturbios mediante el aislamiento físico con la policía. Normalmente, en todos los partidos que se disputan aquí, hay un espacio para el visitante y un espacio para el equipo local. Hoy la dificultad fue la venta mixta de entradas en el Maracaná”, señaló a SporTV según replicó el diario Lance.
En relación a ello, la Confederación Brasileña aclaró que el hecho de que haya aficionados mixtos “siempre ha sido con conocimiento de la Policía Militar de Río de Janeiro y otras autoridades públicas, como ocurre en las Eliminatorias, en el Mundial, en la Copa América y otras competiciones”. Además, destacó que “otros partidos entre Brasil y Argentina, incluso con mayor atractivo, como la semifinal de la Copa América 2019, también se jugaron con afición mixta”.
Finalmente, la CBF destacó que los planes de acción y seguridad “fueron aprobados sin reservas ni recomendaciones por parte de las autoridades de seguridad pública (Policía Militar de RJ, SEPOL, Ministerio Público, Cancha de Fanáticos, Guardia Municipal, CET-RIO, Subprefectura, Concesionaria del Maracaná, SEOP, etc.), incluyendo la Policía Militar de RJ”.