Del arco de Chacarita y San Lorenzo a convertirse en presidente: la historia completa de Javier Milei como futbolista

El líder libertario incursionó en las divisiones juveniles del Funebrero y el Ciclón y hasta se consagró campeón

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El Milei arquero y el
El Milei arquero y el Milei presidente

En un episodio televisivo de julio de 2016, un economista desconocido irrumpió en el programa “Animales Sueltos”, desatando un inesperado aumento en el rating. El ferviente discurso en contra de las teorías económicas de John Maynard Keynes capturó la atención del público y de inmediato se convirtió en un fenómeno contracultural que ponía en jaque a la clase política. Años más tarde, se reveló que aquel panelista era Javier Milei, el líder de La Libertad Avanza que fue presidente electo en el balotaje.

Sin embargo, mucho antes de ser elegido por los argentinos para que ocupe el sillón de la Casa Rosada que dejará vacante Alberto Fernández, el economista era conocido en el ámbito del fútbol. Es que durante la década del ochenta el Jefe de Estado que asumirá el próximo 10 de diciembre se destacó primero como arquero en las Sivisiones Inferiores de Chacarita Juniors. Y sus compañeros lo recuerdan como un jugador decidido y apasionado, al quen apodaban “El Loco Milei” por su estilo audaz bajo los tres palos.

Su llegada al club de San Martín fue gracias a Armando Cacho Alejos, quien lo introdujo en el equipo a una temprana edad. Testimonios de ex compañeros, como los casos de Gabriel Bonomi y Eduardo Perico Pérez, lo describen como “un arquero valiente, dispuesto a sacrificarse por el equipo”. A pesar de su intensidad en el campo, hay discrepancias sobre su personalidad fuera de él, dado que algunos lo recuerdan callado y reservado, mientras que otros lo describen como altanero y de carácter fuerte, tal como acaparó al electorado durante el último tiempo.

Una de las etapas más memorables para Milei fue en la Categoría 70 del Funebrero, con la que lograron éxitos continuos frente a rivales desafiantes como River Plate y Vélez Sarsfield. La camaradería y los lazos fuera de la cancha también fueron parte fundamental de su experiencia en el club de San Martín. Sus amigos de esa época recuerdan a sus familiares como “personas de buen corazón, comprometidas con el equipo y siempre dispuestas a colaborar”. Por eso, sorprendió a muchos cuando en entrevistas el funcionario electo habló de una relación quebrada con sus padres, más allá de que a partir de la pandemia la reconstruyó..

En ese momento había cuatro divisiones en el club bonaerense, según explicó Eduardo Grecco, entrenador que dirigió a Milei y en la actualidad sigue formando parte del proyecto de juveniles de la institución. “Lo habré dirigido seis meses. Esa categoría era una de las mejores que se recuerda en la historia de las Inferiores de Chacarita. Y tengo los mejores recuerdos suyos, nadie puede decir nada malo de Javier Milei, porque fue intachable”, subrayó en diálogo con Infobae.

En aquel momento, el equipo tenía dos grandes arqueros: Milei y Juan Carlos Docabo, quien luego se marchó a San Lorenzo, en donde debutó antes de pasar a Vélez y conformar una larga carrera en clubes de Primera, entre los que también estuvieron Estudiantes y Banfield. Como ambos tenían destacadas actuaciones, en general se turnaban para atajar. “Se entrenaba a la par, si había que tirarse al barro, se tiraba al barro”, rememoró Bonomi, ex defensor profesional de Chacarita y Colegiales, entre otros equipos. “Una vez fuimos a jugar un partido de baby, nos llevó Cacho Alejos, que era como el padre de él porque lo trajo y lo apadrinó. Fuimos a jugar a un club que no recuerdo y El Loco se atajó todo”, continuó.

Eduardo Perico Pérez, otro de los grandes valores de aquella época, también ponderó las actuaciones del Presidente electo: “Se la jugaba en todas, era un loquito adentro del arco, le podía salir bien o mal, pero sinceramente no tengo recuerdos de que se haya mandado una macana o hayamos perdido un partido por él; la verdad que no, seguro que no. Cuando atajaba, se convertía. Era ponerse la camiseta y hacer locuras adentro del arco, se tiraba de cabeza, cosas que decías ‘este tipo está completamente loco’”.

Pero su etapa como futbolista no se redujo a su paso por el Funebrero, sino que también lució el buzo de San Lorenzo de Almagro -y volvió a pelear por la valla con Docabo-, siendo integrante de “La 70″, una categoría juvenil que competía en torneos paralelos a los de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). A comienzos de 1986, el golero llegó al Ciclón con 15 años, se probó y quedó. “No hubo un arquero volador como él. Volaba y gritaba”, aseguraron varios ex compañeros que lo vieron atajar en la Ciudad Deportiva, donde se entrenaban (y entrenan) las inferiores azulgranas. Además, en el club de Boedo se ganó el mote de “El Loco del arco”.

El 14 de junio de ese mismo año, San Lorenzo jugó la final contra Huracán en la cancha de Sacachispas. El equipo azulgrana ganó 4 a 1 con goles de Prodan en dos oportunidades, Silvero y Bramajo. En ese plantel también estaban Juan José Cardinal, Gustavo Tempone, Osvaldo Ozzán, Gabriel Arena, Rolo Bagnera y Cristian García, (hermano de Fabian, ayudante de campo de Ruben Darío Insua)..

“Estoy en San Lorenzo desde los 9 años. Soy categoría 69 y él 70. Javier vino al club, pero nunca jugó en AFA sino en torneos paralelos. En esa época, nuestro director técnico, Osvaldo Diez, armó una liga para los que no jugaban seguido. Como venían muchos pibes a probarse, en lugar de desecharlos, los metían a jugar en ese torneo y ahí estuvo él”, relató Bagnera, ex jugador que integró el plantel de la Sexta División.

Finalmente, en Boedo decidieron no darle continuidad al Loco del arco, porque el equipo titular estaba integrado por juveniles que llevaban años en el club. En el tiempo que integró el plantel, nunca estuvo dentro de los líderes del vestuario. “ Y de política no hablaba nada”, arriesgó otro ex compañero que prefirió mantenerse en el anonimato en declaraciones brindadas a este medio.

Por su parte, Bagnera reveló lo que le contó un ex compañero suyo sobre la personalidad de Milei: “Arena (también portero) me contó que Milei era un loco que saltaba de acá para allá, que andaba de un lado hacia el otro y que era un egocéntrico como es ahora”.

“Estuvo atajando un año, más no. Integró una categoría de la que salieron Alejandro Simionato y Jiménez que llegó hasta la Reserva y después le perdí el rastro. Fueron pocos los que llegaron a Primera porque en esa época no les daban mucha importancia a subir juveniles”, recordó el Sopa Aguilar, que era clase 69 y alternaba con la 70, y fue de los pocos que logró vivir del fútbol.

“Yo lo veía los sábados cuando iba al predio de Inferiores como hincha, ya que no trabajaba en el club porque me fui en 1986 con la llegada de Miele. Volví a trabajar en el 2001 con Rafael Savino como presidente”, destacó Juan Carlos Ferrari, histórico dirigente de la cantera azulgrana, quien además, agregó: “Era el arquero suplente, se cansó y volvió a Chacarita”.

A pesar de su talento en el fútbol, Milei tuvo que tomar una decisión entre seguir esa pasión o dedicarse a los estudios. Optó por lo segundo y se alejó del deporte para enfocarse en su formación académica en Economía en la Universidad de Belgrano. Hoy, a sus 52 años, el libertario fue elegido para conducir al país a partir del próximo 10 de diciembre. Su trayectoria desde los campos de fútbol hasta la arena política refleja una vida llena de giros inesperados y decisiones determinantes que lo han llevado adonde está hoy en día. En el sillón de Rivadavia.

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