Cuando Lionel Messi empezó a dar sus primeros pasos como profesional, Alan Velasco tenía apenas unos meses de vida. Creció mientras veía a su ídolo brillar cada fin de semana. El destino quiso que cuando él estaba empezando a despegar futbolísticamente tenga la chance de encontrarse con el hombre que admiró toda su vida. Y debía aprovecharlo. El talentoso jugador argentino compartió campo de juego con el capitán de la Selección en la derrota de su Dallas ante el Inter Miami por la Leagues Cup y se llevó como premio la casaca número 10 rosa.
Sin embargo, para llegar hasta esa charla tuvo que aplicar un método particular con el fin de romper el hielo y acortar las distancias con su ídolo. Velasco está en Argentina recuperándose de una rotura ligamentaria y pasó por la transmisión de stream oficial de Independiente, el club que lo vio nacer. Allí le preguntaron qué le había dicho a Messi en el saludo: “Me acuerdo que había hablado antes del partido, un día antes, con una persona que lo conoce de la infancia. Me dice amigo, le tenes que decir la dirección de la casa de Rosario”, relató.
“Ok, pero no me voy a acordar”, contestó sobre la propuesta de recordarle la dirección “Estado de Israel 525″, que actualmente se llama Lavalleja, en el sur de Rosario. “Agarré y me la puse acá”, contó señalando sus dedos. “Fijate que en el video, apenas está por arrancar, me acerco y le digo: ‘Leo gracias por todo lo que hiciste por nosotros los argentinos’. Vuelvo y miro, cuando vuelvo le digo la dirección y se empieza a reír un poco como diciendo cómo sabe”, señaló desatando las risas de los presentes.
“Leo, le digo, ¿te acordás de esta dirección? Sí me dice, se empieza a reír un poco y digo ya está. Porque si no te impone Messi”, reconoció.
Tras el encuentro, tanto él como Facundo Quignon –el otro argentino en Dallas– soñaban con quedarse con la camiseta de Messi, pero el futbolista de 21 años se adelantó a todos: “Cuando termina el partido la iba a cambiar primero un compañero y me acuerdo que justo él estaba saludando a compañeros, y había uno del cuerpo técnico, lo encaré y le digo ‘che decile que me dé la camiseta’. Entonces los primereé a todos”.
En esa entrevista previa al empate 0-0 de Independiente ante Banfield en el Libertadores de América por la Copa de la Liga, Velasco fue sincero sobre sus sentimientos: “Fue una experiencia inolvidable. Si bien no pudimos ganar que era lo que queríamos, para mi y para mis otros compañeros argentinos, enfrentar a Messi, nuestro ídolo de la infancia, adolescencia y para el resto de la vida fue algo muy lindo. Por suerte me pudo dar la camiseta”.
Aquel encuentro se abrió con un tanto de Messi, pero Dallas revirtió el marcador y llegó a estar 3-1 arriba con un grito del propio Velasco. Sin embargo, Leo fue clave para terminar poniendo el 4-4 definitivo que envió la serie a los penales y le terminó dando el boleto al Inter Miami a la siguiente fase de la Leagues Cup que terminaría ganando.
“Es un partido que no me voy a olvidar nunca en la vida. Jugué contra Messi, me llevo la camiseta y un abrazo. Estoy contento. Siendo honesto, acabo de cumplir un sueño. Hoy durante el día no lo podía creer, estaba en casa con mi papá, mi hermano y un amigo y les decía: tantos años viéndolo por la tele, y hoy tuve la oportunidad de conocerlo personalmente. Feliz por ese lado”, había dicho Velasco en zona mixta tras aquel juego que se celebró en el Toyota Stadium de Texas.
En aquel entonces ya había dado a entender que había usado una técnica especial para llamar la atención del rosarino: “Fue la del segundo tiempo con la que terminó el partido en los penales. Yo se la pedí, claramente. Contento por ese lado. Hablé algo que me había dicho un amigo suyo, nada malo. Donde él se crió en su infancia, por eso se sorprendió”.