Habrá dos puntos que quedarán marcados por siempre en la historia del deporte de Estados Unidos. Un salto en la línea temporal del “soccer”, una disciplina relegada en comparación con otras en ese país. El momento en el que el fútbol trepó en las escalas de jerarquías para comenzar a robarse la atención de viejos y nuevos fanáticos. Un movimiento separado por casi medio siglo. Los desembarcos de Pelé y Lionel Messi a la NASL y la MLS, respectivamente.
Andrés Miranda es un destacado investigador del fútbol norteamericano, el hombre que más sabe en Argentina sobre la historia de esa disciplina, y compartió un informe con Infobae con el fin de diagramar una serie de similitudes y diferencias entre el arribo de O’Rei y el de la Pulga a esa nación. De aquella NASL (North American Soccer League) que en 1975 fichó al legendario brasileño para dar un salto de calidad a esta MLS (Major League Soccer) que en 2023 logró la contratación que todo club soñaría.
Hay datos fríos, estadísticos, que bien podrían plantearse sin contexto. Pelé, en su primer año en Cosmos de New York, anotó 5 goles en 9 partidos; Leo durante sus primeros pasos en la MLS sumó 1 tanto en 6 juegos. Claro que en este caso no se suman las competencias paralelas que vieron brillar a la Pulga: 10 gritos en 8 presentaciones entre la US Open Cup y la Leagues Cup que conquistó.
Lo cierto es que el brasileño desembarcó en junio de 1975 con 34 años y a ocho meses de tener un breve retiro del fútbol profesional cuando ya había conquistado 28 títulos en su trayectoria (incluidas las tres Copas del Mundo de 1958, 1962 y 1970). Llegó y cumplió: anotó un gol y dio una asistencia contra Miami Toros, una franquicia que tenía la mayor cantidad de argentinos en un equipo de la NASL con 3 futbolistas nacidos en territorio albiceleste sobre un total de 7 en toda aquella competencia. Aquel torneo, que terminó con los Tampa Bay Rowdies como campeones, tenía cuatro conferencias con cinco equipos por zona.
Messi firmó a mediados del 2023 con 36 años, 42 títulos en su espalda y tras ser campeón del mundo en 2022 para disputar un torneo con 29 equipos divididos en dos conferencias. Su Inter Miami contabiliza actualmente otros cinco argentinos en el plantel, más allá de una estructura plagada de referentes albicelestes empezando por el DT Gerardo Martino. En toda las franquicias hay más de 40.
Warner Communications, marca líder en comunicaciones, con propiedades como sellos musicales, producción de películas y la recordada consola Atari, tenía bajo su órbita al NY Cosmos, y decidió desembolsar unos 5 millones de dólares netos por tres años de contrato para seducir a Pelé, según destaca Miranda. Hoy, trazando una especie de comparativa por intermedio de las proyecciones del sitio Dinero en el tiempo, serían alrededor de 27 millones de dólares. Messi, según la información oficial que emitió la MLS, cobra 20 millones de dólares anuales de salario desde la franquicia que es propiedad de Jorge Más y el ex futbolista David Beckham, aunque se estima que existen acuerdos con Apple y Adidas para aplicarle bonus económicos a sus ingresos para recompensar el furor que desató por su decisión de emigrar al fútbol norteamericano.
El equipo de trabajo del Inter Miami, liderado por Martino, tiene a un sinfín de argentinos como el ex arquero Sebastián Saja o el histórico Javier Morales, pero la cara más significativa de la estructura es la del propietario Beckham, que llegó a Estados Unidos para dar sus últimas puntadas en Los Angeles Galaxy y también fue parte de una mini revolución. El NY Cosmos de Pelé tuvo un hombre que contó con la visión de reformar el mercado: Clive Toye, un periodista inglés que llegó a ser jefe de deportes del Daily Express, y llegó a Estados Unidos con el fin de cubrir el nacimiento de las ligas de fútbol en ese país ante la lluvia de británicos que desembarcarían en el torneo. Cimentó su vida en EEUU y dio el primer salto en 1967 al Baltimore Bays para ser manager general, al año siguiente impulsó el nacimiento de la NASL –la semilla de la actual MLS– y en 1971 se convirtió en el líder de la estructura deportiva del Cosmos.
“Clive tenía dos ideas en mente: sumar un equipo en Nueva York y pujar para organizar un Mundial en Estados Unidos. Es el creador del nombre “Cosmos” como una abreviación de la idea original de “Cosmopolitan” como nombre, porque quería un nombre amplio que abarcase a diferentes nacionalidades”, lo explica Miranda. El periodista emigró al Chicago Stins para finales de la década del 70, pero previamente se encargaría de dar otro golpe en Cosmos con el fichaje de Franz Beckenbauer.
La NASL finalizó en 1984 tras un fracaso y ese período de ostracismo del fútbol norteamericano, finalmente, se extendió por 12 años hasta se dio el nacimiento de la actual MLS en 1996. Pelé, al fin y al cabo, había sido clave para desatar un furor: “Pelé había llegado y había emoción, y la gente tenía que conseguir jugadores y pagaban demasiado por ellos”, relató ante el The Guardian Ted Howard, quien fue director ejecutivo de la NASL durante 14 años. Una repercusión similar a la que desató Leo en este 2023 con, por ejemplo, récord de suscriptores en la plataforma que transmite los partidos o siendo el anzuelo para el desembarco de Sergio Busquets, Jordi Alba o la joven promesa Facundo Farías.
Luego de tres temporadas en Estados Unidos, Pelé se marchó con el último título de su carrera (NASL 1977) y números brillantes con 26 goles y 25 asistencias en 56 presentaciones. Miranda, quien además es coleccionista de objetos de la extinta NASL, recuerda cómo se desató el “ocaso” de aquel torneo que había sido revolucionado por Pelé: “En 1978 se amplían las franquicias a 24 y esto generó muchos más gastos en logística, traslados, contratos, etc. Lo llamativo era que la NASL gastaba el 70% de los presupuestos de los equipos en salarios de sus plantillas y la NFL, por ejemplo, destinaba el 40%. Otro de los hechos fue la falta de contratos fiables con la TV. En 1981 la TV solo puso al aire 1 partido, la final del Soccer Bowl. De 1982 a 1984 no hubo ningún partido”. Las otras ligas de peso, como NFL, NBA y MLB, afirma, fueron claves para evitar que el soccer tenga gran espacio en la televisión.
Al unísono que se descascaraba este certamen, ganaba adeptos a gran escala el “fútbol rápido” de la Major Indoor Soccer League (MISL). La NASL intentó imitar con la creación de su campeonato indoor que duró apenas tres temporadas porque fue “un fracaso comercial”. En 1984 apenas quedaban 9 equipos activos en la NASL de los 24 que llegaron a ser.
En un certamen que también cobijó a Johan Cruyff (Angeles Aztecs y Washington Diplomats entre 1979 y 1981), existe un eslabón previo en ese panteón de grandes estrellas del fútbol: Diego Armando Maradona. “Siempre tuve la duda de si alguna vez un equipo o dirigente de la NASL intentó contratar a Diego. Le escribí a Clive Toye y me comentó: ‘No recuerdo que ningún club ni dirigente haya contactado a Maradona’”, advierte Miranda. Entonces, la única relación entre aquel joven Pelusa y la NASL en fase de desaparición sólo fueron los amistosos que el investigador argentino enumera: la selección argentina juvenil vs. el Cosmos de Carlos Alberto, Beckenbauer y Chinaglia (1978 en Tucumán), Argentina vs. Cosmos (1979 en New York), Argentinos Juniors vs. Cosmos (Vélez) y Barcelona vs. Cosmos (1984 en New York).
Si bien la gira del Inter Miami por China finalmente se canceló, ese mecanismo de recaudar dinero con giras a diversos países muchas veces alejados del radar comercial fue algo que bien puso en práctica el Cosmos con el fin de sacar réditos del negocio que significaba tener a algunos de los futbolistas más reconocidos en sus filas.
“La NASL fue precursora en varios aspectos comerciales relacionados con el fútbol a nivel global. Junto con Adidas, en 1978, lanzan una línea exclusiva de botines y pelotas de la NASL llamada “Stars and Stripes” (estrellas y rayas). En ese mismo año la NASL fue la primera liga de fútbol del mundo que puso los apellidos de los jugadores en sus camisetas y números fijos para los jugadores para la temporada entera”, explica Miranda sobre el rol pionero que tuvo el certamen norteamericano en el fútbol-negocio que hoy es una obviedad en casi todas las ligas del planeta. Y el paralelismo permite poner de manifiesto el impacto en la actualidad: Adidas reconoció que la venta de camisetas de Messi “verdaderamente no tiene precedentes”.
Aquellos equipos de la época de Pelé también tenían propietarios resonantes como la mencionada firma Warner (Cosmos NY), Elton John (Angeles Aztecs) o Peter Frampton (Philadelphia Fury junto con el manager de los Rolling Stones Peter Rudge), algo que se repite en esta era con los Beckham (Inter Miami), la estrella NBA James Harden (Houston Dynamo) o el actor Will Ferrell junto con la leyenda del NBA Magic Johnson en Los Angeles Football Club.
El Cosmos fue el equipo más exitoso de la NASL con cinco títulos en su historia, al mismo tiempo que contabilizó cinco cambios de estadios (algo que imitará el Inter Miami de Leo cuando se mude a la nueva casa que empezarán a construir) y fue vestido durante un tiempo por la marca italiana Ellesse con el diseño de Ralph Lauren, según la investigación de Miranda. El equipo promedió 28 mil espectadores en cada partido entre 1977 y 1982, aunque tuvo un partido de alto impacto en 1978 cuando colmó el Gants Stadium con 73 mil personas para la final del “Soccer Bowl”. Cifras significativas para un deporte completamente nuevo para los ciudadanos de ese país. En la actualidad, cada partido que tiene presente a Messi significa que se agoten los tickets oficiales inmediatamente, explote la reventa y cada cancha está abarrotada de fanáticos sin importar dónde sea.
En aquellos años de la NASL, el ex Quilmes y Platense Ricardo Alonso fue quien más goles anotó con sus 67 gritos en 129 partidos que lo dejaron ubicado en el puesto 16 de la tabla histórica del torneo. Messi buscará en la MLS igualar a Diego Valeri, el argentino de mejores números en esta leyenda del Portland Timbers que festejó 92 anotaciones.
Al igual que en la actualidad, la NASL intentó contratar estrellas para “alimentar el show” y con el fin de quitarle una porción de la atención de los fanáticos a la NFL, NBA y la MLB. Así llegaron capitanes campeones del mundo como Bobby Moore, Carlos Alberto o Beckenbauer, también apellidos icónicos como Eusebio, George Best, Gerd Müller o Cruyff, además de Pelé. Ese mecanismo fue casi un mantra para la MLS que desde su nacimiento vio pasar a Beckham, Zlatan Ibrahimovic, Andrea Pirlo o Kaká para citar unos pocos casos.
Cuando se tomó esta decisión eran los primeros pasos del fútbol en Estados Unidos, que había empezado a conocer del furor del fútbol a partir de la final del Mundial de 1966 que fue observada por 1 millón de norteamericanos en vivo. El apuro por montar el negocio derivó que en 1967 una de las ligas que competía con la NASL (USA - United Soccer Association) llegó a contratar 12 equipos enteros principalmente de Europa para afrontar un torneo que se extendió durante las vacaciones en otros lados: así llegaron 3 de Escocia, 3 de Inglaterra, 1 de Irlanda del Norte, 1 de Brasil, 1 de Uruguay, 1 de Países Bajos y 1 de Italia.
Hoy en día, el soccer sigue sin ser el foco principal de los fanáticos en un país dominado por el fútbol americano, el béisbol o la NBA, pero sin dudas que tanto el arribo de Messi como el de Pelé sirvieron para dar un golpe sobre la mesa y establecer estructuras para que el deporte rey en el mundo también busque conquistar la corona en Estados Unidos.