La racha favorable en las finales de Copa Libertadores que entusiasma a Boca Juniors

La competencia se definió en 12 ocasiones por los penales y el Xeneize fue protagonista en cuatro oportunidades

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Hugo Orlando Gatti le tapó el penal decisivo a Vandelei en la definición ante Cruzeiro

Solamente 12 veces una Copa Libertadores se definió a través de los penales. Tal es la singularidad que hace una década no se tiene noción de una resolución a ese nivel después de la victoria de Atlético Mineiro de Brasil ante Olimpia de Paraguay. Y este sábado, un equipo brasileño está a las puertas de alcanzar la gloria por primera vez en su historia, pero Fluminense deberá esquivar esta variable porque enfrente tiene a un rival con amplia experiencia en ese terreno como Boca Juniors.

Con cuatro definiciones en esa docena de antecedentes, el Xeneize es el conjunto más ganador por esta vía con amplio margen. San Pablo, Palmeiras, Atlético Mineiro de Brasil; Olimpia de Paraguay; Once Caldas, Atlético Nacional de Colombia; Liga de Quito de Ecuador; Vélez y Argentinos Juniors lo escoltan con una sola tanda ganada.

En esa instancia, los de la Ribera tienen un registro de tres triunfos y una sola caída, números cargados de un alto favoritismo si el compromiso finaliza igualado en los 120 minutos. Mucho más con el aura de Sergio Romero, quien es la principal figura del finalista con 6 atajadas sobre 11 penales en las series de eliminación directa ante Nacional, Racing y Palmeiras.

Su nombre podría inscribirse a fuego en una nómina que solo tiene a tres guardametas del club como atajadores en series de penales correspondientes a finales de Libertadores: Hugo Gatti, Óscar Córdoba y Roberto Abbondanzieri.

La historia inicia en la primera definición de esta índole en la competición continental creada en 1960. Bajo el nombre de Copa Libertadores de América, Boca Juniors tuvo una marcha arrolladora con seis victorias y cuatro empates en su paso por el Grupo A y en el Grupo Semifinal A, zona compartida con Deportivo Cali de Colombia y Libertad de Paraguay. Este formato tenía grandes diferencias con el actual, ya que la final ante Cruzeiro tuvo un tercer partido.

Carlos Veglio anotó el gol de la escuadra nacional en La Bombonera y, en la revancha, Nelinho igualó el marcador global en el Estadio Mineirão. El reglamento resolvió la realización de un tercer encuentro, a modo de desempate, en el Centenario de Uruguay.

La igualdad sin goles en los 120 minutos extendió el desenlace a los penales. Luego de nueve disparos exitosos, el Loco Gatti se estiró contra uno de sus palos para desviar el remate de Vanderlei y sellar el 5-4 que coronó la primera Libertadores de Boca con Juan Carlos Lorenzo como DT.

Óscar Córdoba fue la figura con dos atajadas en la serie desde los doce pasos. Video: Varsky Sports.

Luego de proclamarse ganador en los 90 minutos ante Deportivo Cali en 1978, uno de los más ganadores del torneo volvió a recurrir a los tiros desde los doce pasos para gritar campeón en la Copa Libertadores 2000, ya con el formato de zona de grupos sostenido en la actualidad. Con Carlos Bianchi como entrenador, la entidad Azul y Oro lideró el Grupo B, por delante de Peñarol de Uruguay, Blooming de Bolivia y Universidad Católica de Chile. Sus víctimas en octavos, cuartos y semifinales fueron El Nacional de Ecuador, River Plate y América de México. Palmeiras lo esperó en la llave a doble partido sin tiempo suplementario ante un eventual empate.

Luego de igualar el primer duelo en La Bombonera por 2-2 con dos goles de Rodolfo Arruabarrena, la vuelta en el Estadio Morumbi terminó 0-0 y la inexistencia del gol de visitante llevó todo a los penales. Óscar Córdoba fue el gran héroe de la visita con dos tapadas a Faustino Asprilla y Roque Júnior. Del otro lado, hubo precisión quirúrgica de Guillermo Barros Schelotto, Juan Román Riquelme, Martín Palermo y Jorge Bermúdez. 100% de efectividad para el 4-2 en suelo brasileño. Boca Juniors tiene pleno absoluto con dos triunfos en finales por penales ante equipos de ese país.

A la edición siguiente, en 2001, repitió la gesta para cosechar el bicampeonato. Nuevamente como puntero del Grupo H, se impuso a Cobreloa, Deportivo Cali y Oriente Petrolero en la Primera Fase. Luego de avanzar entre los cuatro mejores tras vencer a Junior de Colombia y Vasco da Gama de Brasil, Córdoba reapareció con dos penales atajados en la tanda ante Palmeiras para clasificar a la final. Ya en la instancia decisiva, el colombiano estuvo lejos de mantenerse al margen ante Cruz Azul y comenzó a exhibir un gesto en los rivales muy similar a lo ocurrido en la actualidad con Chiquito Romero.

Óscar Córdoba volvió a ser fundamental en la conquista con un penal atajado a Pablo Galdames

La serie tuvo su resolución en La Bombonera. Luego de terminar 1-1 en los 180 minutos de la llave comenzada en México, el árbitro peruano Gilberto Hidalgo pitó con dirección a los penales. El remate ajustado de Francisco Palencia fue el único tanto de los Cementeros por esa vía. Pablo Galdames sufrió a Óscar Córdoba y José Alberto Hernández junto a Julio César Pinheiro intentaron asegurar sus intentos, pero las trayectorias de esos balones se marcharon afuera.

Estas decisiones tienen un correlato sobre lo sucedido con Romero en una de las últimas series de este estilo con la camiseta del Xeneize. Con 12 atajadas sobre 26 penas máximas desde su llegada al club, las estadísticas del subcampeón del mundo con la Argentina en 2014 intimidan al rival y su 46% de efectividad no pasó desapercibido en Talleres. Nahuel Bustos y Gastón Benavidez optaron por un remate fuerte contra los ángulos o ajustados al travesaño para imposibilitar la estirada contraria, aunque se excedieron en potencia en la eliminación por los cuartos de final de la Copa Argentina. Además, el dueño de los tres palos se quedó con 7 de 13 series de penales a lo largo de su carrera. De esas victorias, 4 fueron con Boca.

El único antecedente negativo se remonta a la Copa Libertadores 2004. La misma metodología que le brindó muchas alegrías lo terminó condenando. La clasificación a la final estuvo acompañado de un triunfo ante el clásico rival en los penales. Esta manera también resolvió el cruce ante Once Caldas de Colombia. Sin suplementario de por medio, la igualdad 1-1 en Manizales derivó en una sorpresa absoluta. Las tapadas de Juan Carlos Henao a Raúl Cascini y Franco Cángele sumado a la falta de puntería de Nicolás Burdisso y Rolando Schiavi se llevó como papeles en el viento las dos atajadas del Pato Abbondanzieri a Arnulfo Valentierra y Wilmer Ortegón.

Juan Carlos Henao le tapó el remate a Franco Cángele en la final de la Copa Libertadores 2004

Así las cosas, Fluminense deberá manejar nervios de acero ante la posibilidad de lograr su primera Copa Libertadores y olvidarse del mismo fantasma ligado a los penales que lo dejaron derrotado en 2008 a manos de Liga de Quito en el Maracaná. Del otro lado, hay un equipo que espera hacer valer otra vez esta ventaja si tiene la necesidad. Como lo fue Gatti, Córdoba o Abbondanzieri, Chiquito busca hacerse gigante para entrar en el corazón de los hinchas para toda la vida.

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