(Desde Río de Janeiro, Brasil) Poco importaron las decenas de horas en auto, micro, avión e incluso caminata o bicicleta. La ‘vaquita’ que se tuvo que hacer para poder juntar peso por peso, o mejor dicho, real por real, para no perderse un encuentro realmente histórico. Y mucho menos haber sido víctimas de la violencia en las primeras semanas de familias de hinchas que padecieron actos bochornosos de parte de la afición rival.
Porque lo que acá importa y hay que destacar es que se trata de un partido de fútbol. De uno de los deportes más populares del mundo, ya lo creo; pero también de una serie que quedará por siempre en la retina de los cientos de miles de fanáticos de Boca Juniors que se dieron cita para la final única en el estadio Maracaná.
El lugar elegido no es un dato menor, porque se trata de la casa del Fluminense, el rival del Xeneize. Por eso el miedo generado y la violencia de parte de la barra tricolor fue la causante de la barbarie en los primeros días en los que los hinchas argentinos arribaron a Río de Janeiro. Zona liberada por la Policía brasileña, que a su vez poco evitó, por no decir que tuvo una participación nula, en su intento por terminar la violencia.
Pero esta vez, volvió a demostrar su pasión, que no conoce de límites ni fronteras, ‘copando’ la Cidade Maravilhosa. El banderazo brindado por los hinchas de Boca Juniors en Copacabana será recordado por mucho tiempo porque fue realmente impactante ver a miles y miles alentar y cantar como si se estuviese jugando el partido o presenciando el último entrenamiento.
El plantel de Boca Juniors estaba a kilómetros de allí, pero eso no evitó que todos los xeneizes se congregarán para brindarle el último aliento antes de la Final. La Séptima que volvió a ser obsesión, las burlas al rival de toda la vida River Plate, con los clásicos fantasmitas de la B y el recuerdo siempre latente del descenso.
Un niño de 13 años fue quien se llevó todos los flashes y videos virales luego de repiquetear un redoblante. Lo pedían de un lado, iba y le hacía la ‘fiestita’. Luego llegaban otros hinchas y le pedían que se la hiciera a ellos. Siempre con la mejor predisposición y buena onda, el niño accedió.
Casi no se le conoce la voz, es muy tímido y prácticamente no habla, pero en el momento en el que juega Boca Juniors no se pierde ningún partido, se canta todas las canciones y en eventos de estas características no pierde su gran hobby: hacer sonar en su pequeño tambor. La alegría de Thiago es desbordante y aunque prefiere no hablar sino hacer vibrar ese redoblante, porque atrás quedaron las 48 horas que tardó en llegar a Río de Janeiro desde su José León Suárez natal en el auto de su abuelo Pechi.
Junto a él los miles de sueños que se unían en una sola voz y un solo deseo. Un hombre vestido de novia por haber realizado una promesa, otros que viajaron desde una punta del país y los que perdieron un vuelo desde Chile y poco les importó eso a ellos, que decidieron tomarse el micro y partir hacia Brasil.
“Por Boca todo, el hincha entrega todo y quiere que ellos hagan lo mismo por el club. Por eso somos tan distintos y únicos”, cuenta Alberto de 56 años, quien proviene de Salta. O Sebastián Blanco, de la Peña de Mercedes, quien también destacó el gesto de cada hincha, que a veces puede y otros no, en sumarse a la movida de apoyar al equipo juegue donde juegue.
Además de la “novia”, del fantasmita de la B, hubo un falso Serio Romero, que por llevar solo la remera verde con su estampa, se ganó una ovación que difícilmente olvidará: “Chiquiiiitooo, Chiquiiiitooo”.
El aura de Maradona, siempre representado en banderas con sus icónicas imágenes de festejos o poses. Todos, los vivos y pasionales como los que lo fueron y ya no están, pero seguirán siendo porque “desde el cielo te voy a alentar”. Todos estuvieron física o mentalmente con el equipo en el último día antes de la sagrada búsqueda.
Como el televidente que estará frente al televisor desde las 17hs. pensando solo en el sueño de poder conquistar la Séptima. Falta poco. El GRAN paso para alcanzar al GLORIA ETERNA. Los hinchas ya golearon en su partido, ¿los imitarán los jugadores?