Kylian Mbappé tuvo un domingo de furia pese al triunfo del París Saint-Germain (PSG) 3-2 de visitante ante el Brest, que lo dejó a un punto del líder, Niza, tras seis fechas disputadas en la Ligue 1. El delantero marcó un doblete y el segundo tanto se los dedicó a los hinchas locales, que comenzaron a silbarlo e insultarlo.
El actual campeón francés la tuvo complicada ya que luego de ponerse en ventaja 2-0, el Brest se lo igualó y hubo que esperar hasta el epílogo para la definición. Ahí explotó el ida y vuelta entre Kiki y el público.
El PSG abrió el marcador a los 16 minutos con un golazo de Warren Zaire-Emery, que remató desde media distancia e hizo estéril el vuelo del arquero Marco Bizot. A los 28 minutos el elenco de la capital tuvo una contra que terminó con un buen pase a Mbappé, quien metió una corrida y al llegar al área puso e 2-0.
Ahí, el atacante de 24 años tuvo unos primeros gestos hacia los aficionados, al mover su brazo derecho y reirse al mirarlos.
Desde ese momento, cada vez que Mbappé tomó contacto con la pelota recibió la hostilidad de los hinchas del Brest, cuyo equipo no se rindió y consiguió el empate en el complemento.
Pareció una igualdad clavada, pero a los 83 minutos Mbappé metió un pase de taco con caño incluido dentro del área a Randal Kolo Muani que fue golpeado por un Lilian Brassier y tras cinco minutos en la revisión del VAR, el árbitro Jerome Brisard sancionó penal. En el medio hubo discusiones y creció la tensión ya que Jonas Martin tomó del cuello y empujó Mbappé.
Nada intimidó al número 7, que se hizo cargo de la ejecución y, tras la atajada del arquero, anotó en el rebote. De inmediato, les hizo gesto a los hinchas locales que se callen. Esto generó la furia en la afición, que no paró de abuchearlo.
Por su reacción hacia los espectadores, Mbappé fue amonestado. Su entrenador Luis Enrique decidió reemplazarlo y en su lugar ingresó Nordi Mukiele. Kylian adujo una molestia por un golpe, pero quizá el estratega español lo sacó para evitar una posible expulsión.
Cuando Mbappé dejó el campo de juego, volvió a hacerles gestos a los fanáticos y con su mano izquierda les hizo señas que les había marcado dos goles. La silbatina y abucheos se incrementaron. Todo ante la atenta mirada de su padre, Wilfried, que observó desde uno de los palcos.
Lejos de tranquilizarse, unas horas posterior al encuentro Mbappé siguió con la polémica y le respondió al periodista francés Bertrand Latour, que en su cuenta de Twitter escribió “un capitán de la selección francesa no debería hacer eso”. Kylian citó el posteo y puso: “Pues claro y hasta debí cantar con ellos cuando insultaron a mi compañero. Algunos realmente nunca han puesto un pie en una cancha de fútbol sin importar el nivel”.