El 29 de diciembre del 2013, hace ya casi una década, Michael Schumacher sufrió un delicado accidente mientras esquiaba en los alpes franceses y golpeó su cabeza. Desde entonces, la salud del emblemático ex piloto de Fórmula 1 se convirtió en un tabú y en buena parte eso se debe al cerco de silencio que crearon en torno a su situación. Si bien a lo largo de estos años hubo declaraciones de su círculo íntimo con mínimos datos sobre su actualidad, quien decidió romper el silencio es el abogado de la familia, Felix Damm.
En una extensa entrevista en Alemania, aseguró que no habrá un “informe final” sobre la condición médica del ex corredor que hoy tiene 54 años porque consideraron que eso no detendría las versiones: “Siempre se trató de proteger la intimidad. Por supuesto, discutimos mucho sobre cómo hacerlo. También consideramos si un informe final sobre el estado de salud de Michael podría ser la forma adecuada de hacerlo. Pero eso no habría sido el final y habría tenido que haber “informes sobre el estado del agua” permanentemente actualizados”.
Y agregó en la nota con el portal LTO de Alemania: “Porque como persona afectada, no está en sus manos ordenar a los medios de comunicación que pongan punto final al asunto. Los medios de comunicación podrían retomar ese informe una y otra vez y preguntar: “¿Y cómo está ahora?”, uno, dos, tres meses o años después del informe. Y si entonces quisiéramos tomar medidas contra este reportaje, tendríamos que lidiar con el argumento de la autoapertura voluntaria”.
El medio Legal Tribune Online que realizó la entrevista nació en el 2010 y está enfocado en brindar noticias diarias sobre el “derecho y la Justicia”, así también como un enfoque vinculado al trabajo de los abogados. Damm, que trabaja con la familia desde el 2008, recordó cómo fue el proceso que se desató en 2013: “Con el accidente, la presión mediática cambió muchísimo, por supuesto. Todavía tengo la imagen de los numerosos periodistas y fotógrafos esperando información frente al hospital de Grenoble durante días después del accidente”.
Tras explicar los distintos puntos legales que se abordaron a lo largo del tiempo para impedir que se difundieran informes sobre la salud de Schumi, aceptó que los fanáticos desean saber exactamente cómo está su ídolo pero planteó: “También creo que la inmensa mayoría de los fans pueden asumirlo bien y también respetar el hecho de que el accidente ha puesto en marcha un proceso en el que el refugio privado es necesario y ahora seguirá siendo respetado”.
Damm es el encargado de ejecutar el plan para cumplir el cerco de silencio. Ha llevado a cabo distintos procesos jurídicos contra publicaciones que hablaron sin fundamentos sobre la salud de Michael: “Me sorprendió lo mucho que informaron los medios de comunicación a pesar de no disponer de información fiable; lo mucho que se pueden crear supuestas historias a partir de cero información”.
Y aclaró: “Nuestra actuación ha reforzado la protección de la personalidad de Michael Schumacher y su familia. Los medios de comunicación han comprendido que la protección de la intimidad también se debe a un deportista excepcional y que las informaciones específicas sobre su estado de salud son inadmisibles. Han comprendido que también son inadmisibles los reportajes que aborden tratamientos médicos o especulen sobre medidas terapéuticas concretas. Han entendido que así lo juzgan también los tribunales, incluido el Tribunal Supremo Federal”.
En esa línea, mencionó que el mayor éxito judicial que tuvo al frente de los procesos en los tribunales se dio cuando la revista “Die aktuell” publicó una portada que señalaba “Ya no está con nosotros” y Damm realizó un juicio: “Cuando la frase en la portada de una revista “Ya no está con nosotros” creó la impresión de mal gusto de que Michael Schumacher había muerto. El editor tuvo que pagar 100.000 euros por esta frase. No conozco ningún caso en el que se haya tenido que pagar una indemnización monetaria mayor por la publicación de una frase. Esto puede considerarse sin duda un éxito”.
En una batalla constante por la privacidad de las personas, pidió “equilibrar las posiciones constitucionalmente protegidas del derecho general de la personalidad con los intereses de los medios de comunicación” y repasó los distintos informes que se difundieron en los últimos años: “Se especuló sobre las consecuencias del accidente, sobre las medidas terapéuticas y la evolución de la salud, sobre supuestas actividades de viaje. A continuación, la prensa sacó de la chistera a “expertos” y amigos desconocidos que, sin haber tenido conocimiento de las circunstancias reales, formularon valoraciones remotamente diagnósticas”.
Al mismo tiempo, fue claro sobre las declaraciones que realizaron las pocas personalidades que tienen acceso al día a día de la familia Schumacher como Jean Todt, quien evita dar detalles del tema en cada entrevista pero es tomado como una fuente fiable. “Si no es el propio interesado quien actúa, sino amigos o conocidos quienes divulgan información privada, no se trata de un caso de “autodivulgación voluntaria” de la intimidad. Por tanto, el interesado puede defenderse de la divulgación de circunstancias privadas aunque la información proceda de conocidos”, puntualizó dejando en claro que las declaraciones de estos amigos no habilitan a la prensa a realizar conjeturas o informes del tema.
Damm había estado en la portada de los medios en 2016 cuando se presentó ante la Justicia alemana para demandar a la revista Bunte, que había asegurado que el ex corredor había mejorado considerablemente del accidente. Por entonces, el Daily Mail de Inglaterra afirmó que el abogado dijo ante los jueces que Michael “no puede caminar”, ni siquiera con la ayuda de terapeutas. “Desafortunadamente, un informe de prensa reciente nos obliga a aclarar que la afirmación de que Michael podría volver a moverse no es cierta”, había afirmado la portavoz de la familia Sabine Kehm entonces.