Argentina enfrentará a Inglaterra por el tercer puesto en el Mundial de rugby Francia 2023 para igualar su mejor actuación histórica en la máxima cita. Cada vez más lejos quedó aquella epopeya conseguida en 2007, cuando la Albiceleste derrotó tanto en el partido inaugural como en el de la medalla de bronce a Les Bleus, anfitriones como este año. París fue testigo de una excelente camada de Los Pumas y en la memoria permanecerán los sprints de Ignacio Corleto para doblegar 34-10 al combinado europeo.
El fullback nacido el 21 de junio de 1978 parecía que estaba hecho para llevar la ovalada en sus manos, pero él mismo admitió que en un principio no era un deporte que le atraía mucho. “Empecé a jugar al rugby cuando tenía seis años, siempre en CUBA. Yo quería ser como mi hermano Nicolás, que me lleva once años y por ese entonces ya jugaba en Menores de 19. Arranqué bien porque nunca me costó físicamente, y decían que corría rápido. Así pasé por todas las categorías hasta que cuando cumplí 17 años dejé de jugar seis meses. Estaba un poco cansado, en crisis con el deporte”, relató Nani en primera persona.
Un llamado telefónico con la oferta de jugar en la Primera de su club fue el cambio de rumbo que necesitó para interiorizarse del todo. “Volví y no paré nunca más. No fue fácil porque estaba en plena adolescencia y tuve que dejar muchas cosas de lado. Pero una de las mayores satisfacciones que tengo es que llegué a jugar con mis dos hermanos, Nicolás y Federico. A los 18 años me convocaron por primera vez para jugar en Los Pumas. Y después me fui: me llegaron ofertas desde el exterior y me pareció que era el momento justo. El tren pasa una sola vez, dicen. Y yo no me lo quise perder”, añadió sobre los caminos que optó tomar.
Abandonar Argentina a tan temprana edad no fue nada sencillo, pero en el fondo Corleto sabía que teníaa que pagar ese costo para avanzar profesionalmente: “Tuve que largar mis estudios en Administración de Empresas. Mi primer destino como profesional fue Narbonne, una ciudad al sur de Francia con 50 mil habitantes. Llegué pesando 85 kilos y gané ocho de masa muscular. Desde que cobré mi primer sueldo como tal, siempre me costó decir que trabajo como jugador. Jamás dije: ‘Me voy a laburar’”.
Radicarse en otro país consiste en acostumbrarse a una cultura completamente distinta con el adicionado de tener a los seres queridos a miles de kilómetros. “Mis primeros meses en Europa no fueron fáciles. Los inviernos son duros y la nostalgia te mata. Extrañaba todo: los amigos, la familia, el caos tan particular de Buenos Aires, las milanesas de mamá… En París recién me sentí cómodo cuando jugué con Agustín Pichot y Juan Martín Hernández, dos amigos. Y encima por esa época conocí a mi novia”.
Nani se refiere a la modelo Jazmín Alcorta, con quien está casado y armó una feliz familia junto a sus tres hijos. Pero antes del nacimiento de sus herederos, hubo una época en la que se vinculó al fullback con la estrella de pop, Madonna. A fines de 2004, comenzó a circular el rumor en la prensa argentina de que Corleto había tenido un encuentro amoroso con la cantante en un boliche de la capital de Francia. Según las distintas versiones, fue la cantante quien fue a buscar al deportista luego de ser rechazada una primera vez.
A Ignacio no le gusta hablar del tema por respeto a la familia que formó y una vez, en 2020, se encargó de blanquear la situación. “Sí, conocí a Madonna. No tengo mucho más para decir”, comentó en charla con ESPN. Y concluyó: “No pasó nada entre nosotros. Simplemente nos conocimos”. Poco tiempo después de la situación, el territorio galo recibió la Copa del Mundo 2007 donde Argentina consiguió por primera vez en su historia meterse dentro del podio derrotando en dos oportunidades a los anfitriones.
A lo largo de la cita, Nani apoyó tres tries: uno a Francia en el inaugural, el segundo a Namibia y el tercero a Les Bleus en el duelo por la medalla de bronce. Los sprints a campo abierto quedaron marcados a fuego en la memoria de los hinchas de Los Pumas que se emocionaron con lo que fue un hito para la disciplina y que este viernes frente a Inglaterra se podría igualar. “Creo que jugué mi mejor rugby en ese Mundial”, sentenció siempre con el perfil bajo que lo caracterizó a lo largo de su carrera.
Se mantuvo tan alejado de los flashes y las cámaras que el público argentino se enteró de su retiro por contestar una pregunta en un programa de radio. No llegó a ser un anuncio, sino la simple contestación sobre algo que ya estaba decidido. Una lesión sumada a una relación desgastada con el Stade Francais, un hijo por nacer y las ganas de volver hicieron que regresara a la Argentina para colgar los botines. Iba a ver a CUBA cuando jugaba de local además de crear la Fundación Botines Solidarios.
Desde la pandemia de coronavirus que se radicó en Uruguay, país de origen de sus padres, y se concentró en otras pasiones como el póker, al nivel que se animó a disputar un torneo en Rosario, donde se midió con profesionales. Siempre con la clásica valijita con las fichas y un mazo de cartas inglesas para cualquier ocasión, disfruta el juego como algo más apuntado al ocio que para competir en serio. También aprendió a hacer surf y se animó a catalogar la actividad como algo muy complicado. “Considero que es el deporte más difícil del mundo por lejos y quería intentarlo”, sentenció en charla con Rugby Time.