Los sorprendentes dardos de Max Verstappen a los técnicos de Red Bull durante su triunfo en el GP de Estados Unidos de la Fórmula 1

El neerlandés, tricampeón de la Máxima, celebró su victoria N° 50 con un espectacular sobrepaso a Lando Norris, pero volvió a quedar en el ojo de la tormenta por su soberbia, que quedó en evidencia en un cruce con su equipo vía radio

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El neerlandés Max Verstappen volvió a probar por qué es el tricampeón de la Fórmula 1. Largó sexto en el Gran Premio de Estados Unidos, pero logró progresar hasta alcanzar la punta de la carrera y no soltarla más, incluyendo un sobrepaso de alto impacto a Lando Norris. Así, cerró su victoria N° 15 de las 18 competencias en la temporada.

El británico hizo una buena primera parte, con una magistral largada en la que superó a Charles Leclerc y se quedó adelante. Salvo en su primera parada, lideró las primeras 28 vueltas. En el primer ingreso a boxes le pusieron gomas duras, apostando a que le iban a durar más vueltas, pero sufrió la degradación. A Verstappen, en cambio, le pusieron gomas blandas, empezó a acortar diferencias y quedó a menos de un segundo de Norris para aplicar el DRS. Allí, ubicó el auto por el lado interno al llegar al a curva once y lo pasó. En los metros siguientes, Norris intentó recuperar el mando, pero no pudo.

El ritmo de Verstappen, que también había ganado en el Sprint, fue contundente y ocho vueltas más tarde le sacó más de tres segundos a Norris. Aunque pese el rendimiento de su RB 19, tuvo un áspero diálogo con sus ingenieros en la vuelta 34. Les dijo: “Compañeros, los frenos son una mierda comparados con los de ayer. Son un pedazo de mierda”. Esos dardos se repitieron a falta de dos giros. Un fastidio que se está tornando recurrente en el tricampeón mundial.

* El roce de Verstappen con su equipo

A fines de julio, se había dado una situación parecida en el Gran Premio de Bélgica en Spa-Francorchamps. En aquella ocasión, la batalla interna fue por el punto bonus del récord de vuelta. A falta de nueve vueltas para el final, Verstappen le soltó a su equipo por radio: “También podría empujar y hacemos otra parada, ¿un poco de entrenamiento de parada en boxes?”. El ingeniero Gianpiero Lambiase fue categórico: “Esta vez no”.

La respuesta del técnico en un diálogo que se escuchó en vivo y en directo en la transmisión de alguna forma puso un límite a la ambición de Verstappen por querer quedarse con todo. Lambiese le dio a entender que ese punto extra no iba a cambiar la historia. Finalmente, lo obtuvo Lewis Hamilton.

Ahora, lo que encendió su furia fueron los frenos, en el contexto de otro GP en el que aplastó a sus rivales. A los 26 años, el neerlandés no tiene techo, pero su carácter volvió a ser noticia, tanto como su dominio arrollador en la Máxima.

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