Se fue de República Dominicana a los cuatro años. Su infancia se vio interrumpida de manera drástica para cambiar su lugar de residencia y, sin saberlo, encaminar un sueño incubado desde pequeño. Su madre estaba cansada de los robos y la búsqueda del bienestar de su familia la empujó a viajar más de 2500 kilómetros para instalarse en los Estados Unidos. Tennessee fue su primera casa y, a 15 años de esa decisión, el hijo de esa mujer cumplió el máximo anhelo de su vida: jugar al lado de Lionel Messi.
Esas ilusiones se cristalizaron el 21 de julio pasado, el día del estreno de Leo en el Inter Miami. Su golazo de tiro libre en los últimos segundos concluyó en un abrazo con cada uno de sus compañeros, entre ellos Edison Azcona. Un momento tan efímero como inolvidable. Cuando apoyó la cabeza en la almohada, la inevitable pregunta sobre si aquella situación tenía viso de realidad afloró en el juvenil surgido en las Inferiores. Así lo confesó en una charla distendida con Infobae: “En verdad, lo pensé. Desde chiquito, siempre he dicho que un sueño mío era jugar con Messi, y al fin tengo esta oportunidad de compartir vestuario, entrenar con él y tener esa experiencia de estar en el mismo equipo. Es un sueño realizado”.
La ventaja brindada por la tecnología posibilita entablar una conversación entre República Dominicana y la Argentina. Luego de jugar 45 minutos en la goleada 5-0 ante Barbados por la Concacaf Nations League, el futbolista de 19 años le abrió las puertas de su celular a este medio a pocas horas de abordar un vuelo con destino a Chile para disputar los Juegos Panamericanos con su selección, que integrará el Grupo A con México, Uruguay y el país anfitrión.
“Nos mudamos porque mi familia buscaba una mejor vida. No estábamos mal, pero cuando vivía en Santo Domingo (capital de Dominicana) entraron dos veces a robar a nuestra casa y mi mamá ya no quería vivir allá”, explicó sobre los primeros años en su nación antes de adentrarse en la Revolución Messi. Un torbellino que desenrolló a partir de los 10 años. Tras practicar fútbol, baloncesto, béisbol y taekwondo, su padre le lanzó un ultimátum: “Me preguntó con qué deporte me quería quedar y elegí el fútbol. No tuve dudas. Jugar me hizo feliz desde siempre”.
Ahora, su felicidad es doble por tener a su lado a uno de los mejores jugadores de la historia con la camiseta de las Garzas. Ese ascenso al universo del campeón del mundo con la selección argentina en el Mundial 2022 será el eje principal de un diálogo en el que predominarán las sonrisas. Una reacción que vale más que 1.000 palabras: “Todo el mundo se lleva bien con él. Es muy buena gente, humilde. A veces, viajamos y hay gente desde las 5 de la mañana esperando afuera a Leo”.
Esos mismos fanáticos aguardan horas bajo cualquier clima para llevarse una imagen, un autógrafo o simplemente la posibilidad de ver al capitán de la Albiceleste a escasos centímetros y, ante la consulta inmediata sobre cuánto demoró Azcona en pedirle una foto a él, se diferenció en su respuesta: “Todavía no se la he pedido, pero quiero pronto. ¿Por qué no se la pedí? No sé... Al principio, no quería molestarlo con eso cuando llegó al equipo y aún no se la pedí”.
No es la única cuestión que aún no le pidió. Recientemente, el entrenador de arqueros del Inter Miami, Sebastian Saja, había contado que, cuando llegaba a las prácticas, le pedía “algún mate” a Messi, aunque Edison Azcona no es seguidor de un ritual al que lo intentaron sumarlo dos sudamericanos: “¿La verdad? No soy muy fanático del mate. ¿Quién me lo hizo probar primero? Compartí mates con Diego Gómez y Facu (Farías) también, pero no soy de tomar”.
El extremo izquierdo, que jugó el último Mundial Sub 20 desarrollado en Argentina con su selección, se refirió a las primeras horas del astro en Florida de cara a un ciclo coronado con la obtención de la Leagues Cup. Sobre esto, reveló un episodio desconocido hasta el momento sobre cómo fue el bautismo de Lionel Messi en el plantel. Una versión que aparta la timidez a un costado: “Él cantó en una cena para nosotros en el primer viaje que tuvo con el equipo”. DeAndre Yedlin y Víctor Ulloa fueron los encargados de incentivarlo: “Estaban diciendo que tenían que cantar y bromeando. Primero, Jordi fue a cantar, Sergio también y Leo fue a lo último”.
Justamente, Yedlin había tomado notoriedad luego de la agónica victoria ante Cruz Azul en el partido inaugural del certamen ganado por el elenco Rosa. El defensor declaró que Lionel les había regalado unos auriculares Beats by Dre con los colores y el escudo del club. En referencia a ese obsequio, Azcona brindó mayores detalles del buen gesto de su capitán: “Los tengo, sí. Los uso, de hecho. ¿Cómo me llegó? Fue antes de un partido y estaban en cada asiento del vestuario que tenemos antes de llegar al estadio. Llegamos adonde entrenamos y, en ese vestuario, estaba uno en cada asiento de los jugadores”.
El cubículo asignado a cada futbolista conforma uno de los lugares más sagrados en la intimidad de los protagonistas. El momento previo al precalentamiento o la antesala a la salida al terreno de juego para el pitazo inicial esta dominado, en muchas ocasiones, por la música y los dueños de darle el ambiente son una cuestión de Estado en el microclima de un plantel profesional. Una tarea que ya posee sus elegidos desde hace tiempo: “Yedlin o Leo Campana ponen la música en el vestuario. Son gustos distintos. Con Yedlin se escucha más trap y con Campana se escucha más reggaeton. De los argentinos, Franco (Negri) ha puesto rock”. Cabe recordar que este último no ha tenido continuidad en el segundo semestre porque está recuperándose de una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda.
Todos ellos comparten el denominador común de compartir nómina con el ganador de la Copa América 2021 y cada entrenamiento es una nueva posibilidad de incorporar distintas enseñanzas de Lionel Messi. Así lo contó Edison: “Me dio consejos futbolísticos cuando he hablado con él. Cuando voy a recibir una pelota, me sugiere una opción para controlarla y elegir una mejor alternativa por encima de otra”.
Otra de las dudas vinculadas a esta experiencia única radica en cómo afrontar las prácticas ante la posibilidad latente de causar una lesión indeseada. El límite está fijado de antemano: “Todos entienden que no vamos a tratar de lastimarlo. Uno trata de defender, pero son un poco más cuidadosos. No lo dejamos jugar en los partidos que jugamos entre nosotros, lo defendemos, pero con precaución. Nadie le entra muy fuerte”.
La barrera idiomática con los futbolistas que hablan inglés no aparece como un obstáculo para entender dentro de la cancha a Leo, el apodo utilizado por el plantel del Inter Miami para diferenciarse a los otros vinculados al rosarino (Pulga o GOAT). El joven, que lo tiene agendado como “Leo Messi” en WhatsApp, analizó el nivel de su compañero en esa lengua: “Yo no lo he escuchado hablar inglés a Leo... A veces, ha dicho ‘Good moorning’ cuando entra, pero los que hablan inglés y no saben español están aprendiendo a hablar español”.
Luego de colocar a Jordi Alba y Facundo Farías entre los más bromistas de la delegación, el dominicano puntualizó entre risas en el ex futbolista de Colón de Santa Fe: “A Facu le gusta molestarme mucho”. Más adelante, Infobae le preguntó sobre la imagen impregnada como fondo de perfil en el grupo del plantel en la plataforma de mensajería y estuvo lejos de estar referida a los festejos en la Leagues Cup. “Tenemos el escudo del Inter Miami”, aclaró.
La última pregunta de la entrevista estuvo ligada a su amistad con Benjamín Cremaschi (ambos fueron parte de las Inferiores) y las dudas del destacado juvenil en representar a la Argentina o los Estados Unidos, país en el que Edison Azcona estuvo en condiciones de ser elegible y hasta se mantuvo en el radar de la Sub 16, pero evitó adentrarse en una determinación que tiene un único dueño: “Hemos hablado de ese tema, pero esa decisión es suya”.