Argentina se encuentra a horas de disputar uno de los partidos de rugby más importantes de su historia. La posibilidad de acceder por primera vez a la final de una Copa del Mundo está latente, pero para poder reclamar ese derecho deberá vencer a Nueva Zelanda. También conocidos como los All Blacks por su vestimenta completamente negra desde sus inicios en 1905, son la selección más emblemática de este deporte, con tres Mundiales en su poder y grandes figuras que se convirtieron en estrellas por el talento a la hora de llevar la ovalada.
Dentro de esa lista de ilustres personalidades es imposible esquivar el nombre de Jonah Lomu. El wing trascendió más allá de la disciplina y se convirtió en una de las personalidades más reconocibles. Para tomar dimensión de su influencia, con sólo 19 años y 45 días se convirtió en el jugador más joven de la historia en representar a la selección absoluta de Nueva Zelanda, al debutar contra Francia en el Lancaster Park de Christchurch en 1994. De este modo, batió el antiguo récord que Edgar Wrigley ostentaba desde 1905.
Jonah nació en Pukekohe, Auckland el 12 de mayo de 1975, hijo de padres tonganos, Semisi y Hepi Lomu. Siempre orgulloso de su descendencia tongana, pasó parte de su juventud en dicho país con su tío Mosese y su tía Longo por un conflicto familiar. Su padre solía pegarles tanto a él como a su madre hasta que, siendo un adolescente, Lomu estalló y se defendió. Fue expulsado de casa y no volvió a hablar con su padre durante 17 años. En Nueva Zelanda vivió en Mangare, un suburbio de Auckland. Allí era conocido como un simpático gigante de 1,92 metros y desde que pisó por primera vez una cancha de rugby percibió que era ideal para el deporte.
Durante su crecimiento, estuvo expuesto a la violencia de las bandas de la zona al nivel que perdió a su tío y a un primo. Rápidamente su madre lo sacó de ese entorno y lo envió al Wesley College, donde empezó a prosperar como atleta, destacando en muchas disciplinas diferentes. Jonah era conocido como un velocista fantástico, además de conseguir logros en lanzamiento de bala, jabalina, salto en alto y carrera de relevos. En su último año en el colegio, registró un tiempo de 11,2 segundos en los 100 metros lisos, apenas debajo del récord mundial de la época.
Luego de alternar la ovalada con varias disciplinas del atletismo, llegó el momento de elegir un camino en su vida y se inclinó por el deporte nacional. Lomu empezó su carrera como forward, pero con el tiempo, pasó a ocupar el wing izquierdo siendo consciente de que era una posición poco habitual para alguien de su tamaño. Lejos de caer en los estereotipos, aprendió a jugar en esa zona y desde ese entonces su ascenso al estrellato fue imparable. Apareció en la selección Sub 19 de Nueva Zelanda en 1993 y representó a la Sub 21 un año después.
Jonah preparó la alfombra para su entrada a la mayor en la Copa del Mundo 1995, en la que fue recibido como una sorpresa por los especialistas de la época. Considerado un “comodín” por el seleccionador Laurie Mains, las actuaciones de Lomu en el torneo pronto dejaron en ridículo a quienes dudaron de él. Aunque fue el combinado de Sudáfrica el que se coronó, el wing anotó siete tries en total. La imagen que dejó frente a Inglaterra arrasando a toda velocidad a una selección entera fue la que definió su carrera y lo llevó a ser nombrado el mejor jugador del certamen.
Automáticamente después del Mundial se lo comenzó a comparar con atletas de la talla de Pelé, Diego Armando Maradona, Tiger Woods y Muhammed Ali. La asistencia a los partidos de Lomu creció y se convirtió en un héroe para los neozelandeses y las personas con raíces de las islas del Pacífico. Después de varios años de éxitos, sufrió un revés inesperado. Se le detectó una rara y grave enfermedad renal: el síndrome nefrótico. Esta noticia lo obligó a alejarse del deporte a finales de 1996.
“Es una batalla intentar levantarse cada mañana como paciente renal. Es una de mis mayores luchas. Tengo la suerte de vivir la aventura de ser padre. Eso es lo que veo cuando me levanto por la mañana, me lavo la cara, me miro al espejo y veo a mis dos hijos. Y para mí, eso es emoción”, analizó en su momento. Y añadió: “Ellos son mi prioridad. Los dos niños fueron milagros. Desde el punto de vista médico, se suponía que no iba a ser así debido a mis problemas renales. Ni en mis sueños más locos pensé que sería padre”.
El wing perdió seis meses debido a sus problemas físicos, pero consiguió regresar a finales de 1997 y reanudar su carrera con sólo 22 años. En 1999, Jonah protagonizó otro Mundial. De nuevo, su selección no pudo hacerse con la corona y desde ese entonces quedó la espina de que nunca ganó el máximo certamen en su ilustre carrera. Los All Blacks fueron derrotados por Francia en semifinales, Lomu volvió a ser el centro de todas las miradas al marcar ocho tries en toda la competición.
Lomu sí fue campeón mundial de Rugby 7 en Argentina. En 2001 se disputó la Copa del Mundo en Mar del Plata donde Nueva Zelanda le ganó a la final a Australia, con el arbitraje del argentino Pablo Deluca.
Más allá de sus años en lo más alto del rugby, su enfermedad renal empeoró y necesitaba un trasplante si quería seguir jugando. Luego de otro parate esta vez de tres años, Jonah regresó a la actividad profesional en 2005. Las expectativas de los fanáticos estaban por los cielos pero su retorno nunca fue el éxito que se esperaba. Luchó contra lesiones debilitantes después de la importante operación y soñó con volver a vestir la camiseta de los All Blacks por última vez.
Lamentablemente nunca volvió a representar al combinado nacional mientras jugaba en clubes de Nueva Zelanda, Gales y Francia. El ex wing de los All Blacks enfrentó dos veces al seleccionado argentino en partidos oficiales, ambas oportunidades en 2001. La primera fue en su tierra, más precisamente en Christchurch, el 23 de junio y fue victoria con un contundente 67-19. La revancha fue unos meses más tarde, el 1° de diciembre en el estadio de River Plate, y Los Pumas estuvieron a un error de vencer por primera vez a Nueva Zelanda, pero finalmente fue 24-20 para los de Oceanía.
En 2003, se conoció que Lomu se sometía a diálisis tres veces por semana en turnos de seis horas seguidas debido al deterioro de su función renal. Dicho tratamiento le provocó daños nerviosos en las piernas y los pies lo que lo obligaron a someterse a un segundo trasplante de riñón, el cual fue donado por un locutor de radio de Wellington, Grant Kereama.
“Hay que intentar mantenerse en pie y ser feliz y positivo al respecto”, afirmó Lomu en su última entrevista para Daily Mail. “Porque te diré una cosa: a veces te deprime. Es difícil. Cada paciente de diálisis es diferente, pero todos tenemos algo en común: no tenemos otra opción. Tu segunda opción no es realmente una opción. Es que te rindes”, añadió.
Jonah falleció con solo 40 años el 18 de noviembre de 2015 tras sufrir un infarto. Su muerte fue inesperada y la causa se asoció a la enfermedad que lo atormentó durante tanto tiempo. El día anterior había regresado a Auckland para visitar a su esposa Nadene y sus hijos Brayley y Dhyreille. Lomu ingresó en el Salón de la Fama del Rugby Internacional en 2007 y en el Salón de la Fama del Rugby Mundial en 2011. El wing representó a los All Blacks durante 8 años y anotó 185 puntos. Su legado como uno de los mejores y más famosos jugadores de rugby permanece hasta el presente y siempre aparece en la mente de los amantes del deporte en tiempos de la Copa del Mundo.