Tal vez, el principal síntoma de su impacto en la obra, fue que todo el banco de suplentes y parte de sus compañeros en campo se dirigieron a rodearlo y felicitarlo por la conquista y no a Salomón Rondón, el histórico anotador de River, quien dio la última puntada. A los 72 minutos de juego, en la arrolladora goleada 3-0 de Venezuela ante Chile por las Eliminatorias sudamericanas, Yeferson Soteldo edificó su mejor escena de una jornada dorada para el fantasista del Santos. En el 2-0 que cedió para su compañero el ariete, sacó a pasear a Gary Medel durante 50 metros antes de alimentar al centroatacante, al punto que el ex Boca seguramente soñará con su regate.
Tras un ataque de la Roja, Cristian Casseres transformó un rechazo en un pase a la carrera de Soteldo, de 26 años. El mediapunta, franqueado por Medel, aceleró, pero en el medio amagó con recortar hacia adentro, para luego sacarle un cuerpo de ventaja por afuera. Cuando le salió el arquero Cortés, lanzado en el sprint, parecía que terminaría fuera de los límites del campo. No obstante, en un movimiento, también lo superó y lanzó el centro para Rondón. que llegó a los 41 tantos con la Vinotinto.
Fue su gema dentro de una actuación estelar de Yeferson, con pasado destacado en el fútbol trasandino (jugó en Huachipato y en Universidad de Chile). El futbolista de 160 centímetros abrió el score con un remate rasante y cruzado y también asistió en el tercer grito de Darwin Machís: allí, también volcado hacia la izquierda, al que desairó fue a Loyola, quien tampoco supo cómo detenerlo.
El duelo Soteldo-Medel registraba un antecedente cercano: el 1° de octubre el Santos del venezolano goleó 4-1 al Vasco da Gama del chileno. Y al punta no se le ocurrió mejor idea que pararse encima de la pelota, en una acción que fue juzgada como una provocación, y por la que recibió un golpe y varios empujones, incluso del mencionado Gary. Algo parecido a lo ocurrido en Palmeiras-Boca con el argentino Valentín Barco, aunque en dicha ocasión, en San Pablo, la reacción de los rivales no fue tan agresiva.
Esta vez, Yeferson no necesitó pararse encima del balón: lo erosionó a pura gambeta, tal como en la segunda conquista del combinado dirigido por Fernando Batista, que alcanzó la línea de los siete puntos, con dos victorias, un empate y un tropiezo. Así, puso en valor el gran empate que cosechó en Brasil y sueña con clasificarse al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá, que sería el primero en su historia.