Luego de coquetear con la idea de retirarse ante la falta de ofertas que lo movilizaran, Alejandro Gómez vive un reverdecer de su carrera con la camiseta del Monza, de la Serie A de Italia. A los 35 años, luego de la racha de lesiones que lo acosó a partir de la conquista con la selección argentina en el Mundial, y de su salida del Sevilla, busca recuperar su mejor versión. En una entrevista con Corriere della Sera, el Papu contó por qué rechazó las ofertas de Arabia Saudita y habló de los cortocircuitos que lo llevaron a abandonar el Atalanta, en su momento top en el Calcio.
“Fue elección de toda la familia. Regresar a un país que conocemos bien fue la decisión ideal. Después de haber rescindido mi contrato con el Sevilla y haber rechazado una oferta de Arabia, pensé que me quedaría sin jugar hasta junio”, contó el ex Arsenal y San Lorenzo en el reportaje. ¿Por qué no aceptó la propuesta desde la Saudi Pro League?
“Por un lado, no era una oferta imperdible, una que te cambia la vida. Luego, cuando busqué en el atlas la ciudad donde debería haberme mudado, en medio del desierto, pensé: ‘gracias, pero no llevaré a mis tres hijos allí...’”, describió.
El Papu fue figura y líder de un Atalanta histórico. Sin embargo, su relación con el entrenador Gian Piero Gasperini se quebró y terminó marchándose al Sevilla por la puerta de atrás, como no lo merecía. Esa ruptura fue el eje de la entrevista.
“Somos adultos, se acabó todo. Han pasado dos años, esperamos volver a encontrarnos pronto y despedirnos. Después de ese episodio gané un Mundial, una Copa América y una Europa League. Por supuesto, dejar Bérgamo así no fue agradable, especialmente para la afición de la que no me despedí y que no sabía la verdad en ese momento. Sin embargo, la vida puede ser una locura: todos los títulos que he ganado llegaron tras mi abrupta despedida del Atalanta. Me hubiera encantado ganar algo con mis ex compañeros...”, se explayó.
Cuando le consultaron si la fama que acompaña a Gasperini, de 65 años, es real, respondió: “Tirano es una definición exagerada. Por supuesto, tiene un método de trabajo para el que se necesita la mente adecuada. Estuve muchos años con él y me adapté. Quizás otros jugadores que pasaron por Zingonia no pudieron resistir”.
“Estoy aquí para ayudar al equipo, asistiendo a desarrollar a los más jóvenes. Ya fui mamá gallina en Bérgamo con Spinazzola, Gagliardini, Pessina, Conti. Es un club ambicioso; primero ganemos los 40 puntos necesarios para garantizar nuestra supervivencia y luego ya veremos. ¿Si llegar a una competencia europea es un sueño? Aquí es la idea de todos”, completó el mediocampista, que tras la Copa del Mundo no volvió a vestir la casaca de la selección argentina.